"En Mayarí la intolerancia es mayor que en el resto de la isla"

Horas después de ser liberado tras una detención de tres días, el reportero Osmel Ramírez denuncia la situación de los periodistas independientes en Cuba

El periodista independiente Osmel Ramírez Álvarez. (HavanaTimes)
El periodista independiente Osmel Ramírez Álvarez estuvo 72 horas retenido. (HavanaTimes)
14ymedio

25 de junio 2018 - 14:25

La Habana/Las primeras publicaciones de Osmel Ramírez fueron textos en los que desgranaba sus ideas sobre el socialismo democrático, pero poco después comenzó con las notas informativas y los reportajes. Un día leyó una entrevista con Circles Robinson, el fundador de Havana Times y decidió enviarle sus trabajos.

"Me hice un asiduo colaborador de esa publicación", recuerda ahora tras casi tres años de haber publicado su primera nota en internet. El periodista conversó este domingo con 14ymedio pocas horas después de ser liberado tras una detención arbitraria de tres días. En el momento del arresto, un oficial de la Seguridad del Estado le advirtió de que "por cada artículo publicado" iría 72 horas a una estación de policía.

En Mayarí, Holguín, Ramírez se siente casi como "un bicho raro" porque hay pocos que se atrevan a denunciar o escribir la realidad de la comunidad. "La mayoría de la gente aquí no tiene la posibilidad de conectarse a internet y cuando va a una zona wifi es para hablar con algún familiar residente en el extranjero". El periodista sostiene que para muchos de sus vecinos Internet es muy caro, cuando no es, directamente, algo casi desconocido.

El holguinero ha publicado este fin de semana en 'Havana Times' su encierro estos tres días en una pequeña celda (a la que califica de horno) en la que perdió seis libras y la comida era horrible

A pesar de lo lejos que para muchos cubanos queda la web, a la Seguridad del Estado no le ha pasado por alto el trabajo de Ramírez. El holguinero ha publicado este fin de semana en Havana Times su encierro estos tres días en una pequeña celda (a la que califica de horno) en la que perdió seis libras, la comida era horrible y solo tomó un café, "un pedazo de mortadela" y agua.

En su texto sostiene que los tres días de encierro fueron "un castigo" por su "osadía" de ser periodista independiente en Mayarí y considera que en esa región "la intolerancia es mayor que en el resto de la isla". Esta es la segunda vez que pasa tres días en prisión y recuerda que, también en fecha reciente, hicieron un registro en su vivienda y le incautaron sus útiles de trabajo.

Los oficiales de la Seguridad del Estado amenazaron con cerrar su cuenta de Nauta para la navegación web y le advirtieron que, cuando su expediente policial tenga suficiente material, podrían llevarlo a juicio y prisión. El reportero, no obstante, se muestra preocupado más que nada porque su familia "sufre mucho todo esto".

"Me prohíben viajar al extranjero desde hace más de siete meses", señala, y agrega que durante el último encierro le informaron de que no le permitirán salir nuevamente de la Isla.

Cuba se mantuvo en el último informe de Reporteros sin Fronteras como la nación peor calificada del continente en cuanto a libertad de prensa. "Aquí es el propio Estado el que daña a los periodistas", acusa

Cuba se mantuvo en el último informe de Reporteros sin Fronteras como la nación peor calificada del continente en cuanto a libertad de prensa. El país ocupó el lugar 172 de 180 posibles en el índice que cada año elabora esta organización internacional, una posición con la que el reportero está de acuerdo. "Aquí es el propio Estado el que daña a los periodistas", acusa.

Ramírez sueña con poder ejercer su labor sin el temor de pasar la noche en el calabozo por las palabras que publica. "Lo primero que tiene que cambiar para poder hacer periodismo con garantías y seguridad es que en el país se respete la libertad de expresión", ya que incluso los reporteros oficiales "sufren con frecuencia la censura y tienen que pedir permiso para escribir sobre ciertos temas".

Su historia de los últimos años es un camino sin retorno, donde cada presión oficial le ha hecho la vida más complicada a nivel profesional y social, pero también le ha confirmado la urgencia de que el país viva un proceso de apertura política e informativa.

"Las autoridades siempre exponen esa teoría de la conspiración de que hay alguien detrás de mí, de que no hago esto porque me nace o se me ha ocurrido"

"Empezaron a cerrarme el camino en la Universidad de Moa donde trabajaba como profesor adjunto de Filosofía, Historia y Economía política". "Las autoridades siempre exponen esa teoría de la conspiración de que hay alguien detrás de mí, de que no hago esto porque me nace o se me ha ocurrido", lamenta.

Osmel Ramírez no pierde la esperanza de un día publicar sus textos en un periódico que llegue a los estanquillos de Mayarí y que puedan leer sus vecinos. Porque "el sueño de todo periodista es que eso que reporta sea leído por las personas a las que más les interesa, a las que más toca". Aspira también a que esos artículos fomenten un debate que debe ser inclusivo.

Un clima favorable para los medios pasa por que el Gobierno "deje de bloquear sitios digitales y permita el debate". Sin embargo, Osmel Ramírez no ve que Miguel Díaz-Canel esté trabajando en este sentido.

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