Muere a los 83 años el general de brigada cubano Rafael Moracén
Fue fundador del Partido Comunista cubano, delegado al primer, segundo, cuarto y quinto congreso de la organización
La Habana/El general de brigada Rafael Moracén Limonta ha fallecido este viernes en Cuba a los 83 años, según informó la prensa oficial que no dio detalles sobre la causa de su muerte. El militar se desempeñó como agregado naval y aéreo en Angola y también participó en los conflictos en Siria en la década del 70.
Moracén nació en 1939 en Palma Soriano, entonces provincia de Oriente, y con 18 años pasó a formar parte de las fuerzas del Tercer Frente Oriental bajo el mando de Juan Almeida, donde fue apodado Quitafusil. A partir de 1959, con la llegada al poder de Fidel Castro, integró las Fuerzas Armadas hasta que en 1965 viajó para un entrenamiento militar en el Congo.
Con una falsa identificación de angolano, cruzó la frontera con ese país para apoyar militarmente al Movimiento para la Liberación de Angola, con el que colaboró también en el entrenamiento de soldados. En 1967 regresó a Cuba donde partió seis años después hacia Siria para involucrarse en la guerra de Yom Kipur contra Israel.
En 1982 regresó a Cuba, pero retornaría a territorio angolano en 1995 como agregado militar, naval y aéreo, un cargó que desempeñó por tres años
Poco después volvería a Angola donde sería pieza clave del régimen cubano en su apoyo militar a Agostinho Neto hasta su muerte en 1979 y luego a José Eduardo dos Santos. En 1982 regresó a Cuba, pero retornaría a territorio angolano en 1995 como agregado militar, naval y aéreo, un cargó que desempeñó por tres años.
También fue fundador del Partido Comunista cubano, delegado al primer, segundo, cuarto y quinto congreso de la organización y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular en la primera y la segunda legislatura. Al morir, formaba parte de la Asociación de Combatientes.
Las cenizas de Moracén serán expuestas este lunes en el Panteón de los Veteranos de la Necrópolis de Colón en La Habana, donde permanecerán hasta que sean trasladadas al Mausoleo del Tercer Frente.
Su muerte se agrega a una larga lista de militares de alto rango que han fallecido en los últimos meses en Cuba. Solo entre julio y octubre del pasado año murieron hasta 17, todos pertenecientes a la generación histórica. El primer gran grupo de fallecidos se produjo en julio, precisamente después de las protestas del día 11. Los generales Agustín Peña, de apenas 57 años, Marcelo Verdecia Perdomo, Rubén Martínez Puente, Manuel Eduardo Lastres Pacheco, Armando Choy Rodríguez, y el comandante Gilberto Antonio Cardero Sánchez perecieron en aquel mes.
En agosto Arnoldo Ferrer Martínez, el general de división de la reserva Félix Baranda Columbié y Santiago Lorenzo Hernández Cáceres se unieron a la lista y en septiembre entraron también Eladio Julián Fernández Cívico, que estaba al frente de GeoCuba, al coronel de la reserva Eugenio Suárez Pérez y el coronel retirado de las FAR Eduardo Morejón Estévez, veterano de conflictos bélicos en África y Asia.
El primer gran grupo de fallecidos se produjo en julio, precisamente después de las protestas del día 11
El mes de octubre dejó también numerosas muertes, como la de Manuel de Jesús Rey Soberón, José Ramón Silva Berroa, el general de brigada Diego Cobas Sanz, Manuel Fernández Falcó a los 85 años y, finalmente, Alejandro Ferrás Pellicer, uno de los últimos asaltantes al cuartel Moncada, que ya tenía 99 años.
Aunque a todos, menos uno, les unía su avanzada edad y los fallecimientos se produjeron en el pico de covid, no faltaron las especulaciones, en ocasiones alimentadas por la propia prensa oficial que fue parca en la información sobre las razones de los fallecimientos y escamotearon otros detalles.
Los medios oficiales dieron cuenta de las muertes a veces en la fecha de fallecimiento, a veces pasados los días, unas veces revelando la causa (que en algunos casos fue oficialmente el covid pero en otras no) y otras veces con vaguedades. Además, a algunos se les realizó un homenaje público mientras otros pasaron desapercibidos.
En particular, las muertes de julio despertaron la mayor suspicacia, ya que los cuerpos de los primeros cinco generales fallecidos fueron cremados de inmediato sin honores.
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