Reactivan las Brigadas de Respuesta Rápida en las universidades cubanas

En Pinar del Río, La Habana y Villa Clara, los directivos presionan a profesores y administrativos para que firmen una planilla en la que se comprometen a pertenecer a estos grupos

Un Grupo de Respuesta Rápida protagoniza un acto de repudio a las Damas de Blanco. (Cubasindical)
Un Grupo de Respuesta Rápida protagoniza un acto de repudio a las Damas de Blanco. (Cubasindical)
Marcelo Hernández

14 de abril 2019 - 16:27

La Habana/En varias universidades cubanas se está exigiendo a profesores y directivos que ratifiquen su pertenencia a las Brigadas de Respuesta Rápida (BRR), unos grupos parapoliciales destinados a enfrentar protestas populares. Los docentes deben firmar un documento con el compromiso de integrar esos grupos, según testimonios y documentos recogidos por 14ymedio.

"A finales de febrero pasaron una hoja donde cada profesor debía poner su nombre, cargo y número telefónico, además de agregar la firma como compromiso para formar parte de las Brigadas de Respuesta Rápida", comentó a este diario un joven profesor de la Universidad de Pinar del Río que prefirió el anonimato. "Todos en mi departamento firmamos", agrega el maestro que se desempeña en el área de informática.

Desde su creación a inicios de los años 90, las Brigadas de Respuesta Rápida fueron concebidas como una organización parapolicial que permitiera controlar estallidos de inconformidad popular. Las autoridades cubanas querían evitar la imagen de uniformados reprimiendo al pueblo y fundaron estos cuerpos de "camisas pardas" como primer anillo para neutralizar las protestas.

Desde su creación a inicios de los años 90, las Brigadas de Respuesta Rápida fueron concebidas como una organización parapolicial que permitiera controlar estallidos de inconformidad popular

Las BRR han tenido una participación especial en los actos de repudio contra opositores y activistas, especialmente contra el movimiento Damas de Blanco. Pero su consagración les llegó en agosto de 1994, cuando junto a policías y constructores armados de palos enfrentaron a quienes se lanzaron a las calles en la revuelta popular conocida como El Maleconazo y que fue el preámbulo de la llamada Crisis de los Balseros.

"Me sorprendió porque hacía años que no oía hablar de esas brigadas pero creo que ahora es algo más bien formal, que nunca nos van a llamar para hacer nada", opina el profesor pinareño. "Una colega mía estaba de licencia por esos días y la llamaron para que viniera a firmar porque dijeron que era muy importante y que el país está atravesando momentos difíciles en los que hay nuevas amenazas".

El formulario, al que 14ymedio tuvo acceso, detalla que el compromiso se lleva a cabo por indicación del rector de la Universidad de Pinar del Río "Hermanos Saíz Montes de Oca" (UPR), el doctor en ciencias de la educación, Yorki Mayor Hernández. Graduado inicialmente en la Licenciatura de Inglés, Mayor Hernández fue ascendiendo en puestos docentes y administrativos hasta llegar a su actual posición.Este diario se comunicó telefónicamente con varios de los profesores que aparecen en el documento de compromiso, pero ninguno quiso hacer declaraciones sobre su filiación a las Brigadas de Respuesta Rápida. Tampoco negaron la autenticidad de la planilla ni del proceso de reactivación de estas tropas de choque. "Tengo todo mi derecho a pertenecer a lo que quiera", aseguró uno de ellos antes de colgar el teléfono en medio de la conversación.

"En Artemisa nunca han dejado de existir las Brigadas de Respuesta Rápida", asegura Niurka, de 42 años y residente en el municipio de Candelaria. El año pasado cuando se hizo el Día de la Defensa en esta zona movilizaron a muchos trabajadores del sector estatal y se hicieron ejercicios de contingencia en caso de protestas masivas, los miembros de las Brigadas de Respuesta Rápida fueron convocados".

"Con el propósito de ampliar conocimientos y aprender a enfrentar situaciones especiales", versaba la convocatoria a estas prácticas que incluso reflejó la prensa local. "No fue nada a escondidas, salió hasta en el periódico pero claro que nos llamó la atención que volviera a hablarse de algo que muchos pensaban se había acabado que era cosa del Período Especial", agrega Niurka.

En el entrenamiento, Niurka recuerda que se les insistió en que el propio pueblo tenía que "defender la Revolución" y algunas técnicas para "callar, evitar que griten consignas contrarrevolucionarias y hasta inmovilizar a "elementos desafectos al proceso". También hicieron énfasis en "cuidarse de no mostrar una imagen de violencia física ante gente que esté grabando con los teléfonos móviles".

Niurka recuerda que se les insistió en que el propio pueblo tenía que "defender la Revolución" y algunas técnicas para "callar, evitar que griten consignas contrarrevolucionarias y hasta inmovilizar a "elementos desafectos al proceso"

A diferencia de la década de los 90, cuando las comunicaciones en la Isla eran muy precarias, actualmente los cubanos hacen un uso cada vez más intenso de los teléfonos móviles y las redes sociales. En los últimos meses se han hecho virales imágenes de protestas contra la caravana de Miguel Díaz-Canel en un barrio afectado por un tornado en La Habana y numerosos arrestos violentos de activistas.

Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, fechado en octubre de 1996, describía a las BRR como grupos que “el Gobierno cubano lanza a las calles con armas y palos para darles golpes a los opositores".

Las BRR no han sido desactivadas desde que se crearon hace casi 30 años pero han languidecido en la última década. Ahora, con el aumento de la inconformidad social debido al recrudecimiento de la carestía de alimentos, el deterioro de los servicios públicos y el aumento del costo de la vida, las autoridades parecen preocupadas por un posible estallido social y están desempolvando a estos grupos parapoliciales.

Docentes de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas y de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría, también ratificaron a este diario que un formulario similar ha circulado en las últimas semanas entre los profesores, administradores y directivos de estos centros de la enseñanza superior. Hasta el momento no existe confirmación de que el compromiso se haya extendido también a los estudiantes.

La reactivación de las BRR reaviva la memoria de muchos que formaron parte de estos grupos o fueron objeto de sus víctimas de sus actos de repudio.

Docentes de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas y de la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría, confirmaron que han convocados a llenar planillas similares

Roberto de 68 años y emigrado en Miami recuerda muy bien aquella jornada. "Trabajaba en un almacén en la calle Zanja en Centro Habana cuando nos avisaron que había una provocación cerca del Hospital Ameijeiras y que teníamos que salir a enfrentarla", recuerda ahora bajo seudónimo. "Nos dieron cascos de constructores y tubos, pero en el camino yo me perdí del grupo a propósito porque no sabía que no iba a poder golpear a nadie".

Ahora, trabajando junto a un contratista en la reparación de casas en Florida, Roberto asegura que no pudo cumplir con su deber como miembro de las BRR en parte porque su hijo mayor "había salido aquella mañana temprano hacia la Lancha de Regla porque se había extendido el rumor que iban a salir para Estados Unidos". Solo pensar que "entre los que iban a coger golpes estaba mi hijo me paralizó".

Finalmente el joven logró salir en una balsa, ser recogido por la Guardia Costera norteamericana y radicarse en Miami. Una década después había logrado sacar a sus padres de la Isla. Sin embargo, Roberto rara vez cuenta su historia porque teme que lo señalen en público como miembro de las BRR, una pertenencia que le podría costar su residencia en EE UU.

Recientemente la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC),con sede en Miami, lanzó la iniciativa Represores Cubanos, para "identificar, investigar y acopiar información sobre militares (MININT/MINFAR) o paramilitares (Brigadas de Respuesta Rápida)" que ejercieron "la represión política violenta contra los ciudadanos" y ahora radican en territorio estadounidense.

"Me inscribí para no perder el trabajo pero nunca le di ni a una mosca", asegura Roberto. "Aunque sí recuerdo compañeros de trabajo que disfrutaban eso de salir con el tubo a romper cabezas, pero la mayoría ahora no quiere recordar eso y muchos hasta viven aquí en Estados Unidos y se muestran como tremendos anticastristas".

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