"Soluciones socialistas" en Cuba para frenar el alza de precios causada por la guerra de Ucrania

A los problemas que ya venían con la caída de viajeros procedentes de Rusia, se une ahora la situación alimentaria

Aunque ya en algunas bodegas se ha vendido, oficialmente se comercializará desde este 1 de noviembre a los habitantes de la capital cubana. (Cortesía)
Desde hace meses el aceite vegetal escasea en la Isla donde la cultura culinaria incluye muchos alimentos fritos, salteados o con abundante uso de grasas. (14ymedio)
14ymedio

11 de marzo 2022 - 18:14

La Habana/En 2021, las grasas y aceites de origen vegetal ocuparon el primer lugar de las importaciones a Cuba desde Ucrania. No es su principal suministrador, pero la Isla se prepara para padecer las consecuencias de la guerra, también en lo alimenticio. Este jueves, el viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, advirtió del alza de precios que se avecina y que el Gobierno planea combatir con "soluciones socialistas".

Gil Fernández indicó que los mercados ya se tambalean con el precio del combustible, que repercute sobre todos los transportes, en particular el flete de barcos. El aceite, las harinas de trigo y soya, dijo el ministro, tienen su precio disparado, una situación que está empujando al alza la inflación en todos los países del mundo, pero que en Cuba amenaza con ser una hecatombe ya que, aunque no lo mencionó el funcionario, la Tarea Ordenamiento ya ha generado su propio efecto inflacionario en la Isla, donde los precios han subido hasta un 70%.

Los Gobiernos de todo el mundo preparan planes de contingencia para tratar de contener los efectos de la escasez e inflación que se avecinan, según la propia Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que este viernes advirtió de que "perturbaciones de la cadena de suministro y la logística de la producción de cereales y semillas oleaginosas de Ucrania y la Federación de Rusia, así como las restricciones a las exportaciones rusas, tendrán importantes repercusiones para la seguridad alimentaria" en todo el mundo.

Todas estas medidas no se distinguen de las anunciadas en crisis anteriores, como la de la pandemia, sin que se haya logrado nada

Pero Gil Fernández, por el momento, no ha explicado qué ideas tiene el Gobierno cubano para contener la situación, más allá de su declarada intención de concentrarse "en soluciones socialistas, administrativas y justas" que pasan por proteger a la población vulnerable el control de precios y subsidiar a la población y no a las empresas, dijo. Todas estas medidas no se distinguen de las anunciadas en crisis anteriores, como la de la pandemia, sin que se haya logrado nada.

El viceprimer ministro también aprovechó para recordar que el pasado 2021 hubo 500 entidades con pérdidas, aunque aclaró que muchos de esos problemas se debieron a que los precios de sus bienes o servicios estuvieron por debajo de los que tuvieron las materias primas o insumos necesarios para producirlas y no por la ineficiencia. Sin embargo, insistió, el Gobierno no está en condiciones de mantener empresas deficitarias, menos aún si sus plantillas están infladas o reparten beneficios.

Aunque Gil aseguró en su intervención de este jueves que el complicado escenario internacional hay que "enfrentarlo sin lamentaciones", Meisi Bolaños tomó la palabra para hablar del presupuesto nacional aclarando que se realizan ajustes por "la contracción de los ingresos" como consecuencia de la pandemia "y del recrudecido bloqueo norteamericano", que llevó a desembolsar 17.000 millones de pesos para gastos.

A los problemas que ya venían con la reducción del turismo que supondrá la previsible caída de viajeros procedentes de Rusia, se une ahora la situación alimentaria.

La noticia es pésima para las familias cubanas. Desde hace meses el aceite vegetal escasea en la Isla donde la cultura culinaria incluye muchos alimentos fritos, salteados o con abundante uso de grasas

La noticia es pésima para las familias cubanas. Desde hace meses el aceite vegetal escasea en la Isla donde la cultura culinaria incluye muchos alimentos fritos, salteados o con abundante uso de grasas. A medida que las opciones culinarias se han ido reduciendo, han ganado protagonismo en las cocinas las croquetas y otros platos que ayudan a estirar la poca proteína animal que se consigue.

Las galletas, panes, pizzas y pastas también son un refuerzo importante para el día a día. En muchas casas cubanas existe la tradición heredada de sus ancestros españoles de acompañar el almuerzo o la cena con un trozo de pan. También el producto es indispensable para garantizar la merienda que llevan los niños a la escuela y es, prácticamente, la principal oferta de las cafeterías particulares.

Pan con queso, con jamón, con mayonesa o –para los más pobres– con una cucharada de azúcar, constituye a veces la única comida por largas horas. El menú de servicio a domicilio y de muchas paladares privadas también basa parte de sus ofertas en productos hechos a partir de la harina de trigo. Una disminución de su presencia afectará duramente a todo el sector de negocios gastronómicos.

Incluso podría lastimar a la sensible distribución del pan del mercado racionado, blanco frecuente de quejas por el deterioro de su calidad y la disminución arbitraria de su tamaño que debería llegar a los 80 gramos diarios por persona, pero rara vez los alcanza. El intento de sustituir parte de la harina de trigo por la de yuca o boniato no ha sido bien recibido por los consumidores, que rechazan el resultado por duro e insípido.

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