Los acreedores se impacientan ante los impagos de Cuba

El Club de París se queja: "No hay un plan, hay una falta de credibilidad"

Las calles de La Habana carecen de reparaciones desde hace décadas (14ymedio)
La crisis de liquidez en Cuba es máxima y, aunque las autoridades no quieren suspender pagos, sus acreedores no se fían. (14ymedio)
14ymedio

24 de febrero 2020 - 12:03

La Habana/Cuba debía reembolsar a sus acreedores del Club de París entre 32 y 33 millones de dólares el pasado año, del total de 82 millones de dólares que debe, según han contado fuentes diplomáticas a la agencia France Presse.

El enfado de los acreedores queda patente en las declaraciones que varias fuentes han hecho a AFP. "Dijeron que iban a pagar sus deudas. No hay un plan, hay una falta de credibilidad", dijo un diplomático a la agencia.

"Nos encontramos con [Ricardo] Cabrisas a comienzos del año", cuenta otra fuente, que explica que el vice primer ministro mostró un tono derrotista pero expresó la intención de que la Isla no entre en suspensión de pagos

"Nos encontramos con [Ricardo] Cabrisas a comienzos del año", cuenta otra fuente, que explica que el vice primer ministro mostró un tono derrotista pero expresó la intención de que la Isla no entre en suspensión de pagos.

En una carta oficial dirigida a la directora general del Tesoro francés y presidenta del grupo de países acreedores de Cuba, Odile Renaud-Basso, a la que tuvo acceso AFP, Cabrisas prometió que Cuba pagará en mayo. El impago que la Isla dejó en febrero pude suponer un recargo del 9% sobre la deuda.

"Tienen que proponer un calendario preciso", dijo a AFP un embajador que admite que el Gobierno cubano "lo está pasando mal. No tienen liquidez".

Desde que Cuba entró en suspensión de pagos, en 1986, el acceso a los mercados internacionales quedó cerrado hasta que, en 2010 le condonaron la deuda pendiente China, a la que debía 6.000 millones de dólares: México, 400 millones de dólares y, finalmente Rusia, su mayor acreedor con unos 35.000 millones de dólares.

En 2015 el Club de París, formado por 14 países, perdonó a Cuba 8.500 millones de dólares de los 11.000 millones que tenía de deuda. El resto se reestructuró en pagos hasta 2033 y a proyectos de inversiones en la Isla.

La Unión Europea ha sido desde entonces uno de los grandes inversores y socios comerciales de la Isla, con un intercambio de 3.470 millones de dólares en 2018. Pero la situación se ha complicado en los últimos tiempos.

A la caída de su principal aliado, Venezuela, y el aumento de la presión de la Administración de Donald Trump a través de sanciones, se suman problemas en los principales pilares económicos del Gobierno. Por un lado, la venta de servicios médicos sufre por el cambio de signo político en varios gobiernos de la región, como Brasil, Ecuador y Bolivia, que los contrataban y que ahora han roto los acuerdos o exigido a Cuba que varíe las condiciones de los profesionales si quiere mantenerlos; algo que La Habana rechaza.

El turismo es otro sector que ha mostrado una gran debilidad este año, lastrado por el endurecimiento del embargo, pero también por la caída del mercado europeo. El pasado 2019 Cuba perdió un 9% de ingresos en este área.

Según las últimas cifras oficiales, la deuda externa ha aumentado un 53% entre 2013 y 2016, llegando a 18.200 millones de dólares.

Según las últimas cifras oficiales, la deuda externa ha aumentado un 53% entre 2013 y 2016, llegando a 18.200 millones de dólares

Las empresas españolas acumulan impagos por 300 millones de euros, unos 325 millones de dólares, según AFP.

El Club de Londres también lleva años intentando negociar un acuerdo con la Isla sin lograrlo. La pasada semana trascendió que el fondo de inversiones CRF I Ltd ha llevado el caso a los tribunales, contó la agencia económica Bloomberg.

"La junta de CRF dejó en claro que el proceso legal en curso no se detendrá a menos que haya un acuerdo previamente negociado y satisfactorio con el Gobierno cubano", dijo la compañía en un comunicado.

Se desconoce cuál es el importe del dinero reclamado, pero la compañía lleva treinta años esperando que se satisfaga. "Estamos perdiendo la paciencia", dijo su presidente David Charters.

"Si [Cuba] quiere volver a tener acceso al mercado financiero internacional, tiene que arreglar esto".

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