La artista Camila Lobón y Alex Otaola denuncian el robo de los restos de sus familiares en Camagüey
Cuba
Los cementerios cubanos sufren saqueos de nichos, exhumaciones irregulares y una gestión funeraria deficiente
La Habana/La preocupación por la profanación de tumbas y el manejo inadecuado de restos humanos en cementerios cubanos vuelve a ocupar la atención pública tras recientes denuncias y testimonios recogidos en distintas ciudades del país. Familiares y trabajadores del sector funerario describen un deterioro creciente en las condiciones materiales, la seguridad y la organización de los procesos de exhumación.
La artista Camila Lobón y su primo, el presentador Alejandro Otaola, denunciaron esta semana en redes sociales que un pariente descubrió que la bóveda familiar en el cementerio de Camagüey había sido violada cuando acudió a enterrar a su padre. Según relató, al abrir el panteón este se encontraba vacío, sin restos óseos ni registro de los ocupantes anteriores. El testimonio reavivó sospechas de que las profanaciones no son hechos aislados, sino parte de una crisis estructural en la administración funeraria.
El testimonio reavivó sospechas de que las profanaciones no son hechos aislados
A este caso se suma la denuncia difundida por CiberCuba en diciembre de 2024. El camagüeyano José Morell Rodríguez aseguró que el nicho donde reposaban varios familiares había sido saqueado. De acuerdo con su declaración, encontró el candado forzado, los osarios abiertos y la ausencia de restos humanos, incluidos varios cráneos. Afirmó poseer documentación oficial que acreditaba diez cajas dentro de la bóveda, todas vaciadas. “Lo que vi fue de horror; los restos quedaron expuestos a la intemperie”, expresó al medio independiente. Morell afirmó que acudió a la administración del cementerio sin obtener respuesta y sostuvo que estos saqueos forman parte de un patrón que permanece sin supervisión efectiva. Tras su denuncia, circularon imágenes y videos que mostraban bóvedas fracturadas, tumbas abiertas y restos dispersos. El medio local La Hora de Cuba abordó el tema con un reportaje fotográfico que evidenciaba un deterioro sistemático del camposanto.
En el cementerio de Colón, en La Habana, sepultureros consultados por 14ymedio coinciden en que la falta de materiales básicos, en especial cemento para sellar nichos, facilita la violación de tumbas. Señalan que muchas sepulturas quedan cerradas solo con la lápida, lo que permite retirarla sin herramientas especializadas. Algunos trabajadores afirman, bajo anonimato, que la precariedad salarial incentiva prácticas irregulares relacionadas con la extracción y venta de restos óseos por motivos religiosos relacionados con el Palo Mayombe.
Los enterradores también alertan sobre las condiciones de las tumbas estatales, donde suelen depositarse varios ataúdes apilados, marcados únicamente mediante un número. Cumplidos dos años del entierro, los restos se exhuman. Si un familiar se presenta, recibe los huesos para su traslado; cuando no hay reclamaciones, estos se colocan en sacos o cajas plásticas sin identificación y se envían al osario común, donde se mezclan sin registro individualizado.
Un caso documentado por este medio en 2022 aporta otra dimensión del problema. Fidela López, conocida como Fifita en Guanabacoa, falleció a los 85 años y fue enterrada en una fosa común del cementerio de Colón. Sus familiares sólo pudieron despedirse durante unos minutos antes de que otro cuerpo fuera depositado en el mismo espacio. Con varios parientes emigrados y la ausencia de información precisa, hoy desconocen si los restos de Fifita fueron trasladados al osario común, mezclados con otros o extraviados.
Los testimonios recogidos apuntan a fallas sistemáticas en la gestión funeraria: infraestructura deteriorada, escasez de materiales, falta de control institucional y vigilancia insuficiente. Familias que acuden a los cementerios expresan temor y desconfianza respecto al destino final de sus difuntos. Hasta el momento, las autoridades no han ofrecido una respuesta pública sobre la situación ni sobre las denuncias acumuladas en varias provincias.