Aumentan las importaciones desde China y bajan las de EE UU
La Habana/Cuba ha incrementado en los primeros diez meses de 2015 en un 76,6% las importaciones de productos chinos, mientras que las desde EE UU bajan, según el informe del Cuba Standard Economic Trend Index (CSETI) publicado este jueves. Las importaciones desde Europa también aumentan, informa el reporte de la publicación Cuba Standard, sobre todo de bienes provenientes de España (42,4%), Holanda (34,5%), Alemania (24,7%) e Italia (23,9%) en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Las importaciones en el conjunto suben un 27%, según el equipo dirigido por Pavel Vidal. El economista no tiene una explicación puramente económica para la caída del 42,1% de las compras de productos agrícolas de Estados Unidos, explica a El Nuevo Herald, pues "va en contra de la tendencia al incremento de las importaciones totales y se aleja de los valores históricos promedios".
El pasado octubre, el US-Cuba Trade and Economic Council reportó datos similares, con un descenso del 44% en las exportaciones de productos agrícolas de EE UU a Cuba.
El Gobierno cubano justifica la disminución de las compras al país vecino en las "condiciones discriminatorias y onerosas: cada compra tiene que ser autorizada por una licencia, se prohíben los créditos, Cuba está obligada a pagar en efectivo y por adelantado, a través de entidades bancarias de terceros países, y no puede utilizar barcos propios para transportar estos productos".
El CSETI alcanzó el 0,38, su índice más alto desde septiembre del 2014, cuando Cuba Standard comenzó a medir el desempeño de la economía cubana a partir de 28 variables correlacionadas con el PIB.
El crecimiento del PIB cubano será de un 3,7% "gracias al aumento del turismo, las inversiones y los beneficios de una política económica más expansiva en cuanto a las importaciones y la política fiscal", de acuerdo con el informe. La cifra difiere en tres décimas de la previsión del Gobierno cubano, que prevé un crecimiento del 4%.
Los autores del reporte señalan, como ya han hecho otros especialistas, la lentitud con que Cuba responde a las medidas de flexibilidad del Gobierno estadounidense.