Bahía de La Habana
La Habana/Con la disminución de la actividad portuaria en la bahía de La Habana, se redujo la contaminación ambiental que ha caracterizado por décadas al litoral de la capital cubana. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para mejorar unas aguas que los especialistas ubican entre las más sucias de la región del Caribe.
A los desechos industriales que se vierten cada día en los 5,2 kilómetros cuadrados de bahía, se le suman los residuos residenciales, que llegan a través del sistema de alcantarillado de la ciudad y de varios ríos que arrastran los vertidos hacia el mar. Unas 124 industrias clasificadas como "agresivas" para el medioambiente lanzan sus desechos en la zona y otras 53 "altamente contaminantes" agravan la situación.
En los últimos años, se ha notado un regreso de peces y aves marinas al litoral habanero, pero todavía las aguas mantienen un fuerte olor a carburantes y muchos residuos sólidos flotan en ellas. La refinería de petróleo Ñico López causa un profundo daño no solo en la bahía habanera, sino también en las barriadas que reciben sus emanaciones contaminantes.
Un proyecto a largo plazo propone trasladar la industria hacia la zona de Mariel, a unos 50 kilómetros al oeste de la capital, según ha comentado la prensa oficial. El puerto de La Habana se destinará entonces a los cruceros y yates de turismo, además de otros servicios gastronómicos y recreativos.