El cemento producido en Cuba va en prioridad a la instalación de los parques fotovoltaicos chinos
Producción
Siguaney, la emblemática fábrica de cemento de Taguasco, lleva tres meses produciendo frenéticamente material de construcción para el resto de las provincias
La Habana/Una emisión del noticiero local VisioneES, dependiente del periódico oficialista Escambray, mostró este martes la ingente cantidad de recursos que cada provincia debe aportar para la construcción de los parques fotovoltaicos que China instala en Cuba. En el caso de Sancti Spíritus, la responsabilidad y el gasto son aún mayores, puesto que está obligada a producir cemento para la instalación de paneles en todo el país.
Siguaney, la emblemática fábrica de cemento de Taguasco, lleva tres meses produciendo frenéticamente material de construcción –por demás muy escaso– para el resto de las provincias. El trabajo ha sido tal que, pese a los más de 50 años de sobreexplotación de la fábrica, se ha deteriorado en pocos meses lo que habría tomado años desgastar.
Según el noticiero, el horno de la fábrica necesita una sustitución urgente de sus ladrillos. Ahora tienen que extraer los bloques “envejecidos” y colocar otros, mezclados con hormigón “similar”. No es una solución permanente, pero los ayudará a cumplir la “meta” inmediata: la producción de cemento para el parque fotovoltaico de Cabaiguán.
El noticiero es particularmente útil para conocer el proceso constructivo de estas instalaciones en un país en crisis total
El noticiero es particularmente útil para conocer el proceso constructivo de estas instalaciones en un país en crisis total. De momento, se trata de un vasto campo en el que hay pivotes, donde se colocarán los paneles.
A su alrededor se han improvisado varias naves de almacenamiento y trabajo, con cemento y techo de zinc. Las construcciones son enclenques, a juzgar por las imágenes, y absorben un calor considerable bajo el inclemente sol cubano. A la sombra, pero asfixiados por el vapor, trabajan los soldadores y demás operarios.
El parque está a un 94% de ejecución, asegura Osmany García, director del proyecto. Las imágenes, sin embargo, ofrecen un panorama que dista mucho de lucir terminado, por lo que García aclara que ese porcentaje responde a la “ejecución civil”. No aclaró si del resto se encargan las Fuerzas Armadas u otra institución.
“Tenemos un nivel de atraso debido a la falta de recursos”, reconoció el jefe del proyecto. “Estamos en espera de que los contenedores lleguen al puerto”, añadió, un pretexto –el de la falta de dinero para pagar a los barcos que recalan en la costa cubana con insumos– que ya se ha vuelto una consigna tan recurrente como la de culpar al bloqueo.
Los inversores eléctricos, cisternas y otros elementos del parque ya están ahí, asegura García, aunque la cámara no llega a enfocarlos. Sí se observa el almacén, cuatro garitas de control y tres de vigilancia, puesto que –como ha indicado la Policía en Televisión Nacional– estas instalaciones han sufrido la sustracción de componentes incluso antes de estar acabadas. Y en los robos, han añadido, intervienen en primerísimo lugar los trabajadores.
El 24 de junio, afirman, prevén que todo esté listo, pero García no se atreve a prometer nada
Enormes contenedores, rotulados en chino, parecen guardar lo realmente valioso de la instalación, como paneles, cables y otros elementos. Junto a ellos parquean guaguas de trabajadores, y camiones con trompos de cemento. El 24 de junio, afirman, prevén que todo esté listo, pero García no se atreve a prometer nada.
En Cabaiguán están trabajando 10 horas al día unas 60 personas. García aporta el dato sin aclarar si se paga más por violar la jornada laboral en un país que afirma defender los derechos de los trabajadores a toda costa. Es un proceso cada vez más frecuente cuando el Gobierno impone metas para quedar bien con el inversor extranjero, ya sea China o Rusia, pero no da tiempo ni recursos para completarlas, por lo que el saldo se paga en tiempo de trabajo.
Durante su conversación con Escambray, García puso sin querer el dedo en la llaga. El Gobierno afirma que los parques fotovoltaicos chinos mejorarán la situación energética. El jefe del proyecto coincide, pero acota “mientras dure el sol”. La periodista pide una aclaración –”¿estos no son de los parques que acumulan la energía, no?”– y García responde sin ambages: “No, no tenemos cómo guardarla”.
Tampoco tienen cómo guardar los paneles ante una temporada ciclónica que se anuncia muy activa. Son 39.000 placas, justifica García, y “no está previsto retirarlas”. Lo que han hecho es fijar bien los pivotes “gracias al cemento” de Siguaney.