Cuba manda oftalmólogos a China cuando en la Isla no hay siquiera armaduras de espejuelos
Pekín y La Habana abrieron un nuevo hospital en la provincia china de Anhui
La Habana/Los titulares sobre la apertura de un hospital oftalmológico con médicos cubanos en la provincia china de Anhui inundaron este miércoles los medios oficiales. El "nuevo hito" institucional, como lo calificaron Pekín y La Habana, será administrado por ambas partes, que no revelaron en ningún momento el número exacto de profesionales que serán enviados al país asiático.
El establecimiento es una sucursal, en la ciudad de Hefei, del Hospital Oftalmológico Amistad Cuba-China, con presencia desde hace 12 años en ese país. "La colaboración en materia oftalmológica entre Cuba y Anhui cuenta con (...) una enorme acogida de la población local, en tanto se han beneficiado más de 400.000 pacientes" hasta el momento, celebró la cónsul cubana en Shanghái, Mileidy Aguirre.
La diplomática también agradeció al Segundo Hospital Popular de la provincia por el "envío de toneladas de suministros médicos" a Cuba durante la pandemia de coronavirus.
La diplomática también agradeció al Segundo Hospital Popular de la provincia por el "envío de toneladas de suministros médicos" a Cuba
Ninguno de los medios oficiales que difundieron la noticia aclararon si el aporte de la Isla al nuevo hospital consiste únicamente en el envío "solidario" de médicos para cubrir las plazas o si también La Habana cobrará por ellos, como hace regularmente con sus demás misiones en otros países a través de la Comercializadora de Servicios Médicos.
Mientras la cantidad de profesionales en los hospitales cubanos decrece por los bajos salarios, las precarias condiciones para la asistencia sanitaria y el exilio masivo, el Gobierno cubano insiste en enviar a los pocos galenos que le quedan para cumplir su "principio de internacionalismo", que constituye una de sus principales fuentes de ingreso de divisas. Los programas oftalmológicos son unos de los que más defiende el régimen por "su gran prestigio" y por los réditos que aporta.
Semanas atrás, el Gobierno de Jamaica anunció que reanudaría el Programa de Atención Oftalmológica Jamaica-Cuba con la llegada de un grupo de 18 especialistas cubanos. Las colaboraciones habían sido suspendidas en 2020 por el impacto de la pandemia y los plazos de otros convenios previos ya habían vencido, por lo que el país decidió reactivar el acuerdo.
Otros nueve especialistas habían llegado a Jamaica en julio para trabajar en el hospital público de Kingston, dijo el pasado septiembre en una conferencia de prensa el ministro de Salud y Bienestar de ese país, Christopher Tufton.
El pasado marzo, el canal venezolano Telesur recordaba la impronta de la Misión Milagro, un programa ideado por Fidel Castro
El pasado marzo, el canal venezolano Telesur recordaba la impronta de la Misión Milagro, un programa ideado por Fidel Castro que, con la ayuda millonaria del entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, pretendía exportar oftalmólogos de ambos países por todo el mundo.
Según el noticiero, "la Misión Milagro devolvió la visión a más de 668.844 latinoamericanos, atendidos por especialistas cubanos y venezolanos. De manera gratuita, efectiva y rápida, se comenzó a atender a quienes padecían de enfermedades oftalmológicas que les impedían la incorporación a la vida social".
La realidad, sin embargo, es que los Gobiernos de ambos países se han apropiado, durante las últimas dos décadas, de entre el 70% y el 90% de los salarios que le corresponden a cada uno de los sanitarios que envían por el mundo, algo que múltiples organizaciones internacionales de derechos humanos y laborales han calificado de "esclavitud moderna".
Según cifras oficiales, unos 30.000 médicos cubanos permanecen diseminados por todo el mundo prestando sus servicios. Muchos de ellos recurren a las "misiones" como vía para mejorar su economía o incluso como método de escape de la Isla.
Mientras, en Cuba los pacientes oftalmológicos son incapaces de encontrar gotas para graduarse la vista, espejuelos para paliar la falta de visión o los insumos necesarios para realizar la misma cirugía que La Habana ofrece ahora a los pacientes chinos.
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