Se desvanecen las expectativas de la australiana Melbana de encontrar petróleo en Cuba
Hidrocarburos
Crecen las sospechas de que la compañía ha sido engañada por el régimen
La Habana/Las esperanzas del Gobierno cubano en las nuevas prospecciones petrolíferas de la australiana Melbana se han desvanecido. La compañía, autorizada desde 2015 por el régimen para realizar exploraciones en busca de petróleo, ha comunicado este miércoles que el resultado de las pruebas en el nuevo pozo Amistad-2 arrojaron resultados “decepcionantes”, un jarro de agua fría en una zona que prometía mucho más, según las autoridades cubanas.
Andrew Purcell, presidente ejecutivo de Melbana, ha informado en un comunicado que la frustración es mayor aún porque “el pozo se encontraba en una zona con la mayor concentración de petróleo conocido”. No obstante, añadió que estas cosas pueden pasar “durante la etapa inicial de evaluación y desarrollo de nuevos yacimientos petrolíferos”.
La nota afirma que la calidad del yacimiento es buena y la saturación de petróleo “razonable”. Además, resalta que el ritmo de perforación fue más rápido de lo previsto, avanzando a mayor profundidad de la esperada –2.000 metros, frente a los 1.125 fijado como objetivo–. Aunque este pozo se sitúa a solo “a 850 metros al suroeste y 200 metros aguas arriba” de Alameda-2, no hay conexión entre ellos.
Este sigue siendo el único yacimiento fructífero de los hallados en Cuba, pero sus rendimientos tampoco justifican la inversión. Apenas 33.000 barriles almacenados como resultado de cinco años de trabajos parece una cantidad muy exigua. De momento, en cualquier caso, la empresa persiste oficialmente en continuar adelante.
Desde que en 2020 entró en las operaciones la estatal petrolera de Angola, Sonangol, Melbana posee solo una participación del 30%
Melbana afirma que los nuevos datos han llevado a tomar la decisión de continuar perforando Amistad-11 (y no 3, como estaba planeado), mientras que las operaciones de producción de Amistad-1 “se han suspendido temporalmente para preparar la perforación de este pozo, en caso de que la operación conjunta apruebe esta medida".
La empresa australiana lleva años afirmando que existen reservas multimillonarias en el campo petrolífero de Varadero, donde cuenta con autorización para explorar lo que denomina Bloque 9: 2.344 kilómetros cuadrados de promesas que no se traducen en nada. Desde que en 2020 entró en las operaciones la estatal petrolera de Angola, Sonangol, Melbana posee solo una participación del 30%. El resto pertenece a la compañía africana, que ha asumido el 85% de los costos de exploración y perforación a cambio.
El investigador de la Universidad de Texas Jorge Piñón no ha dejado de expresar sus dudas acerca de la singular alianza entre Melbana, una empresa australiana con escasa experiencia en el sector, y Cupet, que hace más de 30 años halló el yacimiento, pero no encontró petróleo después de perforar un sin número de pozos exploratorios.
En diciembre de 2024, Purcell anunció que Melbana tenía previsto exportar crudo cubano, una decisión que causó estupor en plena crisis energética de Cuba, que invierte miles de millones –que no tiene– en la adquisición del combustible. Meses después, ya en mayo, se concretó para junio el envío de un cargamento de 250.000 barriles, dijo entonces la empresa, que solo un mes más tarde tuvo que desdecirse y suspenderlo, escudándose en problemas de electricidad y portuarios que nada tenían que ver con la decisión, atribuible en realidad a los malos resultados de la exploración que aún no se habían hecho públicos.
Ahora, sin embargo, insiste en retomar la operación antes de que acabe el año, ya que considera normalizados los obstáculos que supuestamente lo impedían.
Varios expertos han expresado su extrañeza ante el optimismo excesivo de las autoridades cubanas
"Estas condiciones se han normalizado en gran medida y se ha reanudado el trabajo para una primera exportación de prueba antes de fin de año, cuando haya suficiente volumen de petróleo almacenado para llenar un buque de mayor capacidad”, señala el comunicado.
A lo largo de la última década, varios expertos han expresado su extrañeza ante el optimismo excesivo de las autoridades cubanas pese a los fracasos repetidos de Melbana en su empeño por perforar sin obtener resultados que lo justificaran. La perplejidad fue aún mayor cuando se supo que el representante de la compañía australiana en la Isla era el ex director de Exploración de Cupet, Rafael Tenreyro, que no había encontrado petróleo en ese bloque durante sus años en la empresa estatal, antes de ponerse al servicio de Melbana.
¿Qué información confidencial tenían los australianos que les convenció de invertir en esa costosa operación en Cuba y anunciar hace menos de un año que habían encontrado petróleo ligero —algo inusual en la Isla— y que habían obtenido del Gobierno la autorización de exportarlo —algo aún más inusual—? Crece la sospecha de que la compañía ha sido engañada y las consecuencias están en las pérdidas registradas por Melbana a partir de septiembre del año pasado y el derrumbe de sus acciones en la bolsa.