Hasta el dólar pierde la batalla de los apagones en Matanzas
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Sin corriente, los comercios paralizan las ventas y dejan de ingresarse todo tipo de monedas
Matanzas/El patrón se repite. En cualquier ciudad donde se abre una tienda en dólares, los comercios en moneda libremente convertible (MLC) aceleran su decadencia. Matanzas no podía ser diferente y el Ten Cent de la calle Medio es el más reciente ejemplo de esa lucha sorda que recorre el entramado comercial. Casi vacío, el amplio local parece tener ahora sus días contados.
Desde inicios de abril pasado, tres tiendas de la ciudad pasaron a la modalidad de venta en divisas. La Matancera, La Reina y La Atenas de Cuba fueron las elegidas para sumarse al pelotón de mercados que por toda la Isla venden en dólares o tarjeta Clásica. El viejo Ten Cent, rebautizado hace décadas como Centro Comercial Variedades, no fue incluido en esa lista y, desde entonces, sus ofertas no han hecho más que disminuir.
Una parte de los productos que antes estaban en los anaqueles del mercado en MLC pasaron a La Atenas de Cuba, situada a pocos metros de distancia, en el Callejón de la Sacristía, esquina a Milanés. La orientación de desnudar un santo para vestir a otro llegó desde “arriba”, según cuenta a 14ymedio un empleado del local caído en desgracia. Así, cajas y cajas de mercancías cambiaron de ubicación y de moneda en que se comercializan.
"Esto parece un gimnasio pero sin gente", se escuchaba decir la mañana de este lunes a una cliente que recorría el amplio salón destinado a los implementos deportivos en el antiguo Ten Cent. El piso de granito blanco, los techos altos y un fuerte olor a humedad le confieren al mercado una apariencia de museo poco visitado. Unas bicicletas estáticas por 280 MLC, junto a unas sombrillas de playa componían algunas de sus escasas opciones.
La desidia y la desorganización se extienden por el resto de la tienda donde el espacio más visitado no es el mostrador con insumos de aseo ni la zona de electrodomésticos sino el guardabolsos. El dinamismo está dado porque algunos matanceros guardan sus mochilas y carteras allí cuando quieren entrar a otros comercios cercanos que tienen restricciones para acceder con bolsas o paquetes. Pocos dirigen sus pasos hacia el interior de Variedades.
Sin embargo, cuando el apagón llega, la falta de electricidad iguala ambos locales. Sin corriente, los trabajadores de La Atenas de Cuba paralizan las ventas y los dólares dejan de ingresar, contantes y sonantes, en sus cajas registradoras. El viejo Ten Cent también se hunde aún más en el inmovilismo. Sin electricidad, las diferencias se acortan y ambos comercios solo son dos edificios a oscuras y sin gente.