La joven expulsada de la universidad en Cuba denuncia una campaña mediática en su contra

Karla González deberá "presentar pruebas" durante la apelación, un requisito que la estudiante considera una mera formalidad. (Cortesía)
Karla María Pérez González denuncia ser víctima de un ataque sistemático de periodistas oficiales. (Cortesía)
Mario J. Pentón

08 de mayo 2017 - 21:02

Miami/Mercenaria, caballo de troya, mantenida por Eliécer Ávila, proselitista de un grupo opositor, contrarrevolucionaria y deteriorada política e ideológicamente son algunos de los calificativos que ha recibido por parte del oficialismo Karla María Pérez González desde que la expulsaron de la Universidad Central de Las Villas el pasado mes de abril por pertenecer al movimiento opositor Somos+.

Después de ser ratificada la expulsión de la carrera de periodismo, la estudiante denuncia ser víctima de un ataque sistemático de periodistas oficiales, blogueros y autoridades universitarias, asegura la joven, se ha convertido en una campaña de desprestigio dirigida en su contra.

"Nieta del general castrista Cayillo y sobrina de Posada Carriles", se apresuró a asegurar el blog Universo Increíble, publicando fotos de la familia de la joven.

El periodista oficial Arnaldo Mirabal, del semanario Girón, en Matanzas, insinuó que la expulsión de Pérez había sido una coartada para conseguir una beca en el extranjero. "Hasta donde había leído ya a la joven cienfueguera le esperaban otras universidades en el exterior. ¿Sería esto lo que perseguían? Un escándalo, pensaba yo", dice en su blog Revolución.

Existe efectivamente una campaña para que la Universidad Internacional de Florida conceda una beca a Karla María Pérez, impulsada por el activista Jorge Ros

Existe efectivamente una campaña para que la Universidad Internacional de Florida conceda una beca a Karla María Pérez. El activista Jorge Ros, principal impulsor de la iniciativa, dijo a 14ymedio que está tratando de lograr apoyos en el exilio cubano para ofrecer una oportunidad de estudio a la joven.

"Karla es una joven brillante. Debemos darle una oportunidad ya que el régimen cubano se la quitó", dijo Ros, quien ya ha recogido más de 300 firmas en la plataforma online GoPetition.

Post Cuba, otro sitio especializado en denigrar a opositores, fue más allá y acusó a la madre de la estudiante, también miembro de Somos+, de ser la principal responsable por lo ocurrido.

"Lizet González, sin ningún escrúpulo, por lucrar más que por cualquier otro interés, puso en contacto a su hija con el mercenario Eliécer Ávila. Propició una relación entre ellos, cuya influencia negativa agravó el deterioro político ideológico de la joven", se puede leer en la entrada firmada por Ileana González, una bloguera a quien nadie le conoce el rostro.

"Karla María comienza a invitar a compañeros de clase a centros nocturnos y restaurantes, asumiendo los gastos. Aprovechaba los intercambios para intentar captarlos para Somos+, lo que no logró en ninguno de los casos. El dinero que gastaba provenía de Eliécer Ávila, quien a su vez lo recibe de organizaciones extranjeras que promueven el cambio de sistema político en Cuba", agrega el sitio, que además recoge acusaciones sobre supuestos sobornos cometidos por la estudiante para obtener la única beca de periodismo que llegó a la provincia Cienfuegos.

Para Karla María Pérez es la Seguridad del Estado quien está detrás de estos ataques.

"Es una mentira tras otra o medias verdades. Todo esto hecho desde el poder y sin posibilidad ninguna de defensa", dice.

Su expulsión tuvo como singularidad el hecho de que seis de sus 14 compañeros decidieron romper la unanimidad que normalmente acompaña a este tipo de castigos y no votar a favor. Aún así, a Pérez le esperaba una andanada de ataques en las redes sociales y la prensa.

Para Karla María Pérez es la Seguridad del Estado quien está detrás de estos ataques

La lapidación mediática contra opositores y contestatarios al Gobierno es una práctica común en los medios y la blogósfera oficial. Pérez cree que en su caso se debe a la manera frontal en que asumió su activismo político.

"A los 17 años supe que no podía permanecer pasiva ante lo que estaba ocurriendo, por eso decidí ingresar a Somos+", agrega.

"No había pasado un mes estando en la Universidad Central cuando me sacaron del aula para que me entrevistase con alguien. Luego supe que se trataba del agente Yandris Riverón, un hombre alto, calvo, aunque todavía joven que me hizo una infinidad de preguntas", relata Pérez.

Aquella conversación terminó sin consecuencias. Era un primer encuentro para sondearla.

"Me dijo que yo era brillante y me cuestionó sobre lo que creía del sistema electoral cubano. Después de eso intentó buscarme nuevamente pero yo lo evitaba hasta que me dijo claramente que, o colaboraba con ellos, o sería tratada como una criminal y las autoridades de la universidad sabrían de mi existencia", agrega.

Tras la negativa de Pérez a convertirse en una agente de la Seguridad del Estado para espiar al movimiento opositor Somos+, las autoridades de la escuela convocaron al estudiantado a espaldas de la joven y les informaron de la militancia de Pérez.

Difundieron un video realizado por la Seguridad del Estado donde se denigra al movimiento opositor y a su presidente Eliécer Ávila. A partir de ese momento, la joven se convirtió en la oveja negra del primer año de la carrera de periodismo en la universidad santaclareña.

"Presionaron a los miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas para que pidieran mi expulsión de la Universidad", explica la estudiante

"Presionaron a los miembros de la Unión de Jóvenes Comunistas para que pidieran mi expulsión de la Universidad. A quienes se negaban, les dijeron que serían analizados posteriormente", recuerda Pérez.

Ese mismo claustro docente retuvo al periodista independiente Maykel González Vivero, cuando intentaba conseguir información sobre la expulsión de la estudiante y lo entregó a la policía.

"La presión en la Universidad es enorme para que apoyen la expulsión. En estos días no cesan las reuniones con el rector para hablar del mismo tema y hacer actos de repudio sin la repudiada", añade Pérez.

"Algunos amigos me han dicho que incluso los han llamado a la rectoría por compartir una foto mía en su perfil de Facebook", explica la estudiante.

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