Ferrocarriles de Cuba resucita la ruta Los Arabos-Matanzas
Transporte
La línea prestará servicio desde este 6 de junio los lunes, miércoles y viernes, con salida a las 4:40 a.m. y regreso a las 3:30 p.m.
La Habana/La reapertura de la ruta ferroviaria Los Arabos-Matanzas, prevista para el viernes 6 de junio, ha sido recibida con entusiasmo por la población local. La Dirección Provincial de Transporte de Matanzas anunció que esta línea prestará servicio los lunes, miércoles y viernes, con salida a las 4:40 a.m. y regreso a las 3:30 p.m. Inicialmente, contará con solo dos coches de 80 pasajeros cada uno, con la promesa de aumentar a cuatro en el futuro. Este servicio priorizará el traslado de estudiantes universitarios, en coordinación con la Base de Ómnibus Escolares de la capital provincial.
El ingeniero René Peña García, director adjunto de la Unión de Ferrocarriles de Cuba en Matanzas, expresó, según recogió el periódico Girón, su intención de ampliar la frecuencia del servicio y adaptarlo a las necesidades de la población, incluyendo la posibilidad de operar los sábados durante el verano para facilitar el acceso a las playas.
Matanzas, la segunda mayor provincia cubana, tiene una larga tradición ferroviaria, unida principalmente a la industria azucarera, que en su territorio fue la mayor locomotora económica y una de las más importantes fuentes de empleo. Con una geografía llana, también se erigió como una de las principales canteras nacionales de profesionales y técnicos dedicados a los trenes.
El déficit de combustible y la falta de inversiones han dejado incomunicados a muchos de los pueblos y bateyes matanceros que vivían de lo que llegaba y salía en los vagones
Sin embargo, el déficit de combustible y la falta de inversiones han dejado incomunicados a muchos de los pueblos y bateyes matanceros que vivían de lo que llegaba y salía en los vagones. Un ejemplo de esa crisis es justamente Los Arabos, donde los vaivenes en el servicio de transporte que conecta el municipio con la capital provincial han contribuido a deprimir el traslado de personas y productos.
El sistema ferroviario cubano enfrenta serias limitaciones técnicas y operativas. Según informes recientes, el déficit de locomotoras, la falta de repuestos y los constantes retrasos afectan la calidad y estabilidad del servicio. En 2024, de las 20 locomotoras necesarias, solo 14 estuvieron operativas en promedio, y solo el 63% de los coches planificados estaban en funcionamiento.
La experiencia del pasajero promedio es, cuanto menos, desafiante. Varios videos circulan en las redes sociales mostrando a viajeros empujando trenes para que arranquen, evidenciando la profunda crisis que atraviesa el transporte público en la Isla. Este tipo de situaciones, lejos de ser excepcionales, se han convertido en parte del día a día de muchos cubanos que dependen del ferrocarril para su movilidad.
Irónicamente, Cuba fue el primer territorio de Iberoamérica en tener ferrocarril. Allá por 1837, el tren ya pitaba entre La Habana y Bejucal. Y para 1903 ya iba desde la capital hasta Santiago de Cuba. Hoy, casi dos siglos después del primer viaje, se celebra el milagro de revivir un trayecto con horario limitado, dos coches y más voluntad que piezas de repuesto.
La crisis energética actual también ha impactado negativamente en el funcionamiento de las estaciones y talleres ferroviarios. Los apagones y la inestabilidad del sistema eléctrico nacional han obligado a implementar planes de respaldo con generadores de emergencia en las principales terminales.
La reapertura de la ruta Los Arabos-Matanzas es un paso positivo, pero insuficiente, para resolver los problemas estructurales del sistema ferroviario cubano. Se requieren inversiones significativas en infraestructura, mantenimiento y modernización para echar a andar y sostener un servicio eficiente y seguro. Mientras tanto, los cubanos continúan enfrentando las dificultades diarias de un sistema de transporte que lucha por mantenerse en marcha. Como diría el son Pico y pala, veremos si la locomotora no solo es capaz de iniciar su viaje, sino de garantizar el regreso.