Una bebé sufre una fractura de tibia durante un intento de desalojo en Santiago de Cuba

La familia perdió su vivienda como consecuencia del huracán Sandy, en 2012

Los hombres retiraron las bisagras, empujaron la madera y la puerta cayó hacia el interior de la casa golpeando a la niña que Shaquira Alvarado sostenía en brazos. (14ymedio/Cortesía)
Los hombres retiraron las bisagras, empujaron la madera y la puerta cayó hacia el interior de la casa golpeando a la niña que Shaquira Alvarado sostenía en brazos. (14ymedio/Cortesía)
14ymedio

12 de enero 2024 - 19:55

La Habana/Hay dos momentos en su vida que Lucy Gutiérrez Formosa, de 52 años, nunca olvidará. Uno es el 25 de octubre de 2012 cuando el huracán Sandy destrozó parte de su casa en Santiago de Cuba. El otro, el pasado 15 de diciembre, día en que su nieta, de apenas dos meses de nacida, sufrió una fractura de tibia durante un intento de desalojar a la bebé y a la madre de un consultorio médico.

Aquella madrugada de hace más de una década, la casa de Gutiérrez, en la calle 10 del Reparto Altamira, no aguantó los vientos de más de 175 kilómetros por hora con las que Sandy azotó el oriente cubano dejando miles de damnificados en más de 20 municipios. Entre ellos, Gutiérrez Formosa.

Desde entonces, vive en el trozo de vivienda que quedó en pie tras el paso del meteoro. El resto, pura ruina. "Los techos apuntalados y cubiertos con una lona para intentar que no entre tanta agua cuando llueve, las paredes de tablas a punto de desplomarse, sin baño y con agua corriente solo en una pila", así describe su vivienda la mujer a 14ymedio.

"Nadie nos escuchó y entonces nació mi nieta y nos vimos todavía con la casa destruida por el Sandy y sin un lugar donde tener a una niña pequeña sin tantos peligros"

Casi 12 años bregando con la burocracia han alimentado el escepticismo y la desconfianza de muchos santiagueros que perdieron parcial o totalmente sus hogares. En medio de las ruinas, la familia de Gutiérrez Formosa ha seguido creciendo y su hija, Shaquira Alvarado, de 22 años, dio a luz a una bebé el pasado 27 de octubre.

"La situación era tan difícil que la bebita no podía quedarse bajo este techo que está a punto de caerse cada día", cuenta la mujer que trabaja como agente de seguridad en el Cuerpo de Vigilancia y Protección (CVP). "Aquí no se podía quedar recién parida y con esa niña tan chiquita porque nosotros vivimos con el riesgo de terminar aplastados".

Gutiérrez Formosa convenció a su hija, también del CVP, que ocupara un local semiabandonado y que, con anterioridad, había funcionado como consultorio del médico de la familia perteneciente al Policlínico 28 de Septiembre, en el reparto Altamira. "El estado constructivo del local es muy malo, tiene las cabillas del techo a la vista, pero está mejor que nuestra casa", detalla la mujer.

Antes de tomar esa decisión, la familia había agotado todos los caminos para pedir ayuda a las autoridades, advierte la abuela. "Hicimos gestiones de todo tipo y lo único que nos dijeron es que nos iban a dar un terreno para que construyéramos desde cero, pero nosotros no tenemos recursos ni salud para eso", explica.

El 22 de noviembre de 2023, impulsada por su madre, Alvarado ocupó con su hija el antiguo consultorio médico. La acompañaron su esposo y padre de la pequeña niña

"Hablé en todas partes, hice trámites de todos los colores para que nos entregaran un local que estuviera sin usarse y que nosotros lo reparábamos", explica. "Pero nadie nos escuchó y entonces nació mi nieta y nos vimos todavía con la casa destruida por el Sandy y sin un lugar donde tener a una niña pequeña sin tantos peligros".

El 22 de noviembre de 2023, impulsada por su madre, Alvarado ocupó con su hija el antiguo consultorio médico. La acompañaron su esposo y padre de la pequeña niña. "Desde que se instalaron en el lugar comenzaron a recibir visitas de las autoridades de Salud Pública para decirles que tenían que salir", explica a este diario la abuela.

"Decidí ir a hablar con la directora del Policlínico para pedirle que nos diera un tiempo para encontrar un lugar donde ubicar a mi hija y a mi nieta, porque nuestra casa de Altamira ofrecía peligro. Ella pareció comprender la situación pero pronto me di cuenta de que todo era un engaño", lamenta la mujer.

"Una semana después de aquella conversación, el 15 de diciembre, la directora del Policlínico se presentó en el Consultorio acompañada de varios trabajadores con la misión de arrancar la puerta para que Shaquira se viera obligada a abandonar el local", rememora. Los hombres retiraron las bisagras, empujaron la madera y la puerta cayó hacia el interior de la casa golpeando a la niña que Shaquira Alvarado sostenía en brazos.

El hombre fue detenido y está aún encarcelado a la espera de ser procesado por el delito de agresión y la familia está a la espera de que se les avise sobre la fecha del juicio

En respuesta, el padre de la bebé "le fue arriba a uno de los empleados" al que golpeó, según cuenta Lucy Gutiérrez Formosa, en un intento por defender a su hija. El hombre fue detenido, posteriormente liberado y está a la espera de ser procesado por el delito de agresión.

El golpe de la puerta le ocasionó una fractura de tibia a la menor que apenas tenía, en ese momento, un poco más de dos semanas de nacida. La niña tuvo que ser ingresada en la sala de ortopedia del Hospital Infantil Sur, conocido como La Colonia. "Pido que los culpables paguen por lo que le pasó a mi bebé", publicó entonces su madre en la red social Facebook, acompañando la frase con una foto de la pequeña paciente con la pierna enyesada.

La abuela, por su parte, denunció a la directora del policlínico a la que identifica como la culpable del hecho, pues "ella estaba presente y era la que daba las órdenes". La denuncia aparece registrada en la Estación de Policía El Palacete con el número 33940 y la imputación contra la funcionaria se basa en su implicación en un acto que ocasionó "lesiones menos graves", pero la acusación no ha prosperado.

Después de reiteradas reclamaciones, la abuela de la niña logró que los empleados del Policlínico devolvieran la puerta al Consultorio médico, donde actualmente todavía reside su hija, pero con el temor de que el próximo intento de desalojarla puede ser más violento.

Lucy Gutiérrez Formosa busca justicia: "Ellos dicen que fue un accidente, pero actuaron con mala intención y de forma irresponsable. La directora sabía, veía, que mi hija estaba allí con mi nieta y no dudó en ordenar que echaran la puerta abajo".

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