Frente a Coppelia, una indigente vende medallas oficiales recogidas en la basura

Foto del día

A diferencia de lo que pasó en Alemania o Rusia, los cubanos se adelantan al fin del régimen para deshacerse de la parafernalia comunista

Por unos 600 pesos, el cliente podía llevarse una medalla conmemorativa de la Alfabetización.
Por unos 600 pesos, el cliente podía llevarse una medalla conmemorativa de la Alfabetización. / 14ymedio
Natalia López Moya

15 de septiembre 2025 - 17:08

La Habana/Cuando el muro de Berlín cayó no solo se vendieron sus trozos sino también las medallas que los residentes de la Alemania comunista habían atesorado por décadas. Trabajadores destacados, maestros ejemplares y deportistas de alto nivel liquidaron aquellos pedazos de calamina. En Cuba ya comenzó el remate de la memorabilia oficial de los últimos 66 años. Condecoraciones y broches que, hasta hace poco, algunos se colgaban en la solapa llenos de orgullo, se ofrecían este lunes frente a la heladería Coppelia, en La Habana.

Por unos 600 pesos, el cliente podía llevarse una medalla conmemorativa de la Alfabetización, entregada por el Consejo de Estado a quienes participaron en la campaña de 1961. La vendedora también proponía, por 500 pesos, un pasador que homenajeaba al Directorio Revolucionario y, en 150, un silbato policial de 1959. La peculiar oferta la completaba un billete con el rostro de Ernesto Che Guevara, algunos libros de uso y numerosas monedas nacionales y extranjeras de diferentes momentos históricos.

La venta de insignias oficiales comenzó en Cuba con la apertura al turismo en los años 90. En la Plaza de Armas de La Habana Vieja se veían en aquellos años desde condecoraciones entregadas a los veteranos de la guerra de Angola hasta las que recibían los altos oficiales del Ministerio del Interior. Poco después irrumpieron en el mercado las preseas deportivas, que han sido una constante en los últimos años, de la mano de atletas urgidos por financiar alimentos, un techo o la salida del país. 

Frente a Coppelia, una indigente vende medallas oficiales recogidas en la basura

En este tiempo ha cambiado, sin embargo, la forma en que se comercializan estos símbolos. Si antes llegaban rodeados de cierta aura de solemnidad, ahora se ha impuesto la desvergüenza ante unos objetos que resumen una historia de fracasos. La mujer que exhibe su mercancía frente a la más conocida heladería cubana sabe que esos trozos de metal con cintas coloridas cada vez valen menos. Si algún curioso se acerca y decide regatear, está dispuesta a ceder unas decenas o cientos de pesos con tal de sacarle algo de dinero a uno productos que se devalúan cada día.

El comercio de medallas se hacía hace unos años de manera más discreta y casi directamente con el dueño de la condecoración, pero ahora es un negocio de pobres, de gente que roza la indigencia y ha encontrado estas distinciones en la basura. Los apurados comerciantes saben que estas chapas con estrellas y escudos solo pueden interesar a algún nostálgico turista o a quienes quieran disfrazarse para la próxima fiesta de Halloween. El pasado tiene un valor solo si se quiere recordar, dicen los más escépticos ante tanta parafernalia comunista.  

También te puede interesar

Lo último

stats