El Gobierno "no quiere que se cuente lo que está pasando"
A comienzos de mes el periodista canadiense David Himbert fue detenido cuando se dirigía a casa de la activista Berta Soler
La Habana/El día en que el fotorreportero canadiense David Himbert se dirigía hasta la casa de la líder de las Damas de Blanco Berta Soler para retratar la fachada, creyendo que en la Isla se respiraba más libertad, no imaginó que acabaría siendo detenido por la Seguridad del Estado, que también le confiscó parte de su material de trabajo.
"Nunca antes había tenido problemas, voy regularmente, cada año, estuve en los funerales de Fidel Castro, hice un fotorreportaje sin ningún problema, esta es la primera vez que me pasa esto", cuenta a 14ymedio vía telefónica desde Montreal. Su colega cubano Vladimir Turró Páez, periodista independiente, le había advertido de que retratar a Berta Soler, el primer domingo de este mes, sería difícil, y aunque era consciente de ello pensó que una foto de su vivienda no lo metería en problemas.
Himbert cuenta que desde hace siete años realiza un trabajo para documentar la transición en Cuba, el fin de la Revolución y el cambio del país hacia una economía de mercado. Sobre las nueve y media de la mañana, mientras se dirigía a la casa de Berta Soler, la Seguridad del Estado ya le estaba esperando. "Cuando me bajé del taxi en la calle principal fui detenido inmediatamente", explica.
La policía lo sometió a dos interrogatorios. Durante el primero, de tres horas de duración, los agentes eliminaron muchas imágenes de su cámara y el periodista también comprendió que la policía había escuchado sus conversaciones telefónicas entre él y Soler y su amigo Turró Páez. "Para mi es algo muy grave, sobre todo porque cuando me detuvieron y me llevaron a la oficina de la Seguridad del Estado donde tuve un largo interrogatorio ya sabían que yo era un periodista y no un espía ni un disidente", denunció.
La policía lo sometió a dos interrogatorios. Durante el primero, de tres horas de duración, los agentes eliminaron muchas imágenes de su cámara
Aunque HImbert había planeado regresar a Canadá esa noche, fue trasladado en guagua hasta el aeropuerto de Varadero bajo vigilancia y sin su pasaporte, con el que había viajado con visado de turista, y que le había sido retirado durante el interrogatorio.
Una vez en el aeródromo permaneció detenido y se le sometió a otro interrogatorio de cuatro horas. Agentes de migración registraron sus pertenencias y le confiscaron dos tarjetas de memoria y un disco duro externo que contenía la mayoría de sus imágenes.
Que las imágenes podían tener "contenido de interés" fue la única explicación oficial que recibió de la confiscación de su trabajo, que incluía fotos de las embajadas de Estados Unidos y Rusia en La Habana. Durante las doce horas que duró su detención se le ofreció agua pero no comida. Su pasaporte le fue devuelto para dejar el país esa noche.
Tras la experiencia vivida, ahora Himbert, desde Canadá, opina que el mensaje que está dando el Gobierno cubano con estas acciones es simple: "no se meta usted en nuestros asuntos".
Tras la experiencia vivida, ahora Himbert, desde Canadá, opina que el mensaje que está dando el Gobierno cubano con estas acciones es simple: "no se meta usted en nuestros asuntos"
El fotorreportero tiene sentimientos encontrados tras esta última visita. Por una una parte piensa que el Gobierno ha dado marcha atrás desde finales de 2016. "Obama dijo que relajaría el embargo, luego abrió la embajada, pero después llegó Trump, que es agresivo con todo el mundo, y tengo la impresión de que el Gobierno cubano volvió sobre sus pasos, lo que está pasando ahora yo lo veo como una regresión", opina.
Pero, por otro lado, piensa que la sociedad y la actividad económica es más fluida en comparación con no hace mucho tiempo. "Encuentro que ahora es más fácil hablar con la gente en la calle, algo que hace cinco o siete años era difícil. Antes había que esconderse para hablar, encuentro que ahora es mejor. También sé que no va rápido pero noto una cierta apertura hacia el exterior en cuanto al comercio", opina.
Sobre Díaz-Canel su opinión no es tan favorable. Aunque el nuevo presidente se presenta como "joven y reformador", su impresión es que "forma parte de la línea más dura del régimen, incluso más que Raúl Castro". "Miguel Díaz-Canel veo que tiene un doble discurso", opina el fotorreportero, quien también sostiene que el mandatario "se muestra como un liberal por un lado y es muy represivo por otro".
Himbert ha hablado sobre su caso con Reporteros Sin Fronteras, que ya documenta su caso. Pronto deberían emitir un comunicado de prensa para denunciar lo que él considera un ataque grave a la libertad de prensa. Aunque recuerda que "la peor parte de la represión se la llevan los periodistas locales que trabajan en Cuba" porque el Gobierno "no quiere que se cuente lo que está pasando".
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