En Holguín, el 'químico' se impone en el callejón de la Marihuana

Holguín

  • Los estudiantes de los dos colegios vecinos "se drogan a plena luz del día"
  • En lugar de priorizar la prevención, las autoridades montan juicios ejemplarizantes con penas de hasta 20 años de prisión

Escuela secundaria Alberto Sosa González, en Holguín.
Escuela secundaria Alberto Sosa González, en Holguín. / Facebook
Miguel García

26 de junio 2025 - 13:53

Holguín/El callejón de la Marihuana de Holguín se ganó su nombre hace años por la facilidad de encontrar allí a quien vendiera algún “pitillo de maría”. Pero con la aparición del químico y sus papelitos baratos y potentes, el cannabis está en retirada. El nuevo rey de las drogas pasa ahora de mano en mano, de estudiantes de secundaria a muchachos de pre, de desempleados a amas de casa, y sigue ganando terreno en la ciudad. 

A escasos metros del callejón hay dos escuelas, cuenta a este diario Susana, quien solía atender ambos centros como trabajadora social. La secundaria se llama Alberto Sosa González y tiene cerca de 1.000 alumnos. En un anexo, “casi pared con pared”, explica la holguinera, también hay un preuniversitario. “Con 150 o 200 pesos en la mano, cualquiera de esos muchachos puede hacerse con una dosis de químico”, lamenta.

Ella misma los ha visto, confiesa. “Por la mañana, antes de entrar a la escuela, te los encuentras ahí, fumando cigarro y lo que no es cigarro también. Luego, por la tarde, cuando salen de las clases, vuelven al callejón”, relata. Si hace unos años los estudiantes se escondían para compartir unas cachadas de marihuana, asegura Susana, ahora están completamente desinhibidos. “Incluso fuera de la escuela, mientras esperan a sus novias, muchos se drogan como si nada, a plena luz del día”. 

Susana ya no es trabajadora social, pero eso no le ha impedido notar que el consumo de estupefacientes en Holguín está “desenfrenado”

Susana ya no es trabajadora social, pero eso no le ha impedido notar que el consumo de estupefacientes en Holguín, sobre todo en las escuelas, está “desenfrenado”. “Aunque no se han hecho públicos, se han dado varios casos de muchachos a los que les encuentran papelitos de químico guardados en la mochila o en el uniforme. También los han cogido consumiendo”, advierte. 

Parques, esquinas, calles concretas o barrios enteros. El cannabinoide está presente en toda la ciudad, no solo en las escuelas. “Hace unos meses yo misma fui testigo de una compra”, cuenta la holguinera, que ubica los hechos en el llamado parque de los Chivos, otro enclave donde las “transacciones” de drogas se han hecho frecuentes.

“Llegó un hombre en una bicicleta y se paró delante de tres muchachos jóvenes. Sin bajarse, los muchachos empezaron a pagarle y él sacó una caja de cigarros forrada en precinta, le dio un papelito a cada uno y se fue”, detalla Susana, que, hasta ese punto no estaba segura de lo que había presenciado.

“Enseguida me di cuenta cuando los muchachos comenzaron a sacar parte de la picadura de unos cigarros para hacer espacio al químico”, confiesa. “Ahí mismo prendieron y se pusieron a fumar”. 

Susana también ha escuchado hablar de otros métodos de consumo. “Para amplificar la sensación del químico, compran ron y refrescos instantáneos. Después de consumir la droga, preparan un concentrado del alcohol y el polvo que los hace sentirse bien”, explica.

Además del callejón de la Marihuana, Susana relaciona las zonas de mayor presencia del químico con los barrios más marginales. “Hay un lugar conocido como la loma del Tanque donde también hay mucha droga, sobre todo entre los jóvenes de 15 a 25 años. Ahí vive gente muy pobre, que ha venido de otros municipios y del campo intentando acercarse a la ciudad”, señala.

El barrio 26 de Julio, añade, es otra “zona roja”. Aunque si tuviera que señalar la “capital” del consumo de químico y marihuana –aduce Susana– sería el parque de los Chivos. 

La mujer reconoce que ha sabido de muchos juicios y operativos para combatir la presencia de estupefacientes en la ciudad

La mujer reconoce que ha sabido de muchos juicios y operativos para combatir la presencia de estupefacientes en la ciudad. “Hace unos días hicieron dos redadas en la calle 13 y decomisaron químico”, cuenta. Pero las zonas que comúnmente son conocidas por ser epicentros de la compraventa de narcóticos no paran de extenderse y entre los consumidores, aunque en su mayoría siguen siendo los jóvenes, también pueden encontrarse adultos y ancianos, tanto mujeres como hombres.

Lejos de enfocarse en la prevención y rehabilitación, el Gobierno cubano ha optado por hacerle la guerra a quienes se ven involucrados en delitos por consumo y tenencia de drogas. Es raro el día en el que en la prensa oficial o el noticiero no se hable de un juicio ejemplarizante contra vendedores y consumidores. Este mismo miércoles, Granma informó de la sanción, a 20 años de cárcel, a un residente en Ciego de Ávila por cultivar marihuana. Otra persona fue condenada a tres por conocer y no denunciar el delito  

El mismo día, la Fiscalía de Santiago de Cuba divulgó el caso –sin especificar la condena– de una ciudadana venezolana de 64 años, juzgada por “el delito relacionado con las drogas ilícitas o sustancias de efectos similares”.

Ambos juicios fueron difundidos un día antes de la celebración, este jueves, del Día Internacional de lucha contra el uso indebido y tráfico ilícito de drogas, una jornada que el Gobierno ha aprovechado para subrayar su “tolerancia cero” hacia los estupefacientes.

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