Paisaje invernal después de un largo sofoco

Ancianos caminan por las calles de La Habana aquejados por el frío. (14ymedio)
Ancianos caminan por las calles de La Habana aquejados por el frío. (14ymedio)
Marcelo Hernández

10 de enero 2017 - 00:11

La Habana/La Habana es un escenario invernal. Las olas superan el muro del Malecón en las zonas bajas, los vientos sacuden hasta las ramas más gruesas de los árboles y la gente transita abrigada y encogida por las calles. La llegada el pasado sábado de un nuevo frente frío ha cambiado la imagen de una ciudad que hasta hace pocos días vivió el quinto diciembre más cálido desde 1951.

La caída por debajo de los 20 grados Celsius se comenzó a sentir en la zona occidental de la Isla y el domingo se extendió a la parte central y oriental. El frío ha llegado acompañado por lluvias y vientos intensos que han hecho que se desplome también la asistencia a las escuelas y a los centros de trabajo estatales.

El efecto del invierno se refleja en la heladería Coppelia, donde hay muy poca afluencia de público. “Este es el mejor momento del año para venir”, apuntó con picardía un usuario que aprovechaba la poca demanda para pedir una ensalada con cinco bolas de diferentes sabores.

Los de mayor edad se quejan de los dolores de huesos que llegan con “el frío”, mientras que los turistas siguen paseando por el casco histórico de La Habana ligeros de ropa y con una gruesa capa de protector solar sobre la piel. Para ellos el invierno cubano es pura broma.

Los de mayor edad se quejan de los dolores de huesos que llegan con “el frío”, mientras que los turistas siguen paseando por el casco histórico de La Habana ligeros de ropa

La prensa oficial ha advertido de “la conveniencia de proteger a los niños, ancianos y personas aquejadas por determinadas enfermedades crónicas”, pero los problemas habitacionales fuerzan a muchos a pasar bastante tiempo fuera del hogar, en parques y calles, para no recargar la congestionada convivencia dentro de las casas.

Esta es, además, la temporada del amor. “Así sí se puede uno abrazar, sin tanto sudor por todas partes”, sostenía una enamorada adolescente, acurrucada junto a su novio en un portal de la calle Galiano. En mayo o junio probablemente solo transitarán tomados de la mano, si acaso.

Los más elegantes sacan las bufandas, las boinas con olor a naftalina de tanto tiempo guardadas y los suéteres de cuello de tortuga. Es “ahora o nunca” para usarlos. En pocos días puede estar de vuelta el eterno verano que los turoperadores promocionan y que los nacionales sufren el resto del año.

Los especialistas del Instituto de Meteorología han advertido que el clima será más cálido, seco y extremo para finales de este siglo. La temperatura se incrementará una media de hasta cuatro grados Celsius y el país sufrirá una disminución de las precipitaciones del 15 al 50%.

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