Un ladrón roba dos veces en la misma casa y sigue en libertad pese a las denuncias

La familia se queja de malos tratos recibidos en las denuncias, por parte de las autoridades, incluso haberlos hecho sentir como delincuentes

Liss Echevarría González, la propietaria del inmueble, señala el garaje de donde fueron robadas las motocicletas. (14ymedio)
Liss Echevarría González, la propietaria del inmueble, señala el garaje de donde fueron robadas las motocicletas. (14ymedio)
14ymedio

21 de abril 2022 - 15:53

La Habana/Una familia de Nuevo Vedado, en La Habana, todavía no sabe si está viviendo dentro de una película de pésimo guion. Un ladrón ha robado en dos ocasiones en su vivienda y el presunto perpetrador sigue sin ser detenido ni llevado ante un tribunal. Desesperadas, las víctimas han optado por difundir las irregularidades de su caso.

Todo comenzó cuando Randiel Alexis Anca Álvarez, de 26 años, entró en la madrugada del 29 de julio de 2021 en la casa de Omar Díaz Escaurido y Liss Echevarría González. Acompañado de otros cómplices, el joven violentó el candado de la reja exterior, entró al garaje y robó dos motocicletas. Aprovechó que el matrimonio dormía y que la calle 38 y avenida Zoológico, donde viven, está ubicada en un área de la ciudad apenas transitada.

Tras notar la ausencia de los vehículos, el matrimonio supo quién era el culpable porque lo conocían como cliente del taller de mecánica que tiene Díaz en su casa. Además, el impaciente ladrón había anunciado, un mes antes en las redes sociales, la venta de esas motos. Con esa sospecha lo denunciaron a la policía. Los uniformados llegaron a casa de Anca Álvarez, encontraron los vehículos y los recuperaron.

Parecía que el mal rato había pasado, pero a la familia le esperaba vivir un giro inesperado de la situación. Los investigadores imputaron a Anca Álvarez un delito de receptación y no el de robo con fuerza en vivienda habitada. La diferencia es de un año en prisión en el primer caso, a los 30 años tras las rejas, en el segundo. Además, el acusado pudo estar en libertad a la espera del juicio.

Transcurridos apenas tres meses, el mismo delincuente penetró otra vez en su casa y volvió a robar

Las víctimas tendrían que vivir todavía un inquietante déjà vu. Transcurridos apenas tres meses, el mismo delincuente penetró otra vez en su casa y volvió a robar aquellas dos motos, añadiendo una tercera.

El mismo día del robo, Anca Álvarez se accidentó conduciendo uno de los vehículos robados. Terminó en el hospital con fracturas en una pierna y sus víctimas vieron en aquel percance una posibilidad de llamar la atención de las autoridades policiales. Ahora sí no iba a poder escapar de la mano férrea de la justicia, pensaron.

Pero la respuesta de los uniformados no resultó la que esperaban. Al estar el sospechoso convaleciente, los policías de la estación de Zapata y C, en El Vedado, alegaron que así no podían interrogarlo y tampoco iban a incluir en el expediente de la investigación toda la documentación obtenida al analizar el lugar del accidente de tránsito.

Inconformes con el proceso policial, el matrimonio consiguió, después de muchas presiones, que el caso pasara al Departamento Técnico de Instrucción Penal de la calle Picota, en La Habana Vieja. Pero el traslado del expediente no empezó con buen pie. Los nuevos investigadores se negaron a procesar al delincuente esgrimiendo su estado de salud.

Radiel aprovechó ese tiempo y vendió por piezas los vehículos, según denuncian a 14ymedio sus víctimas. Sirvieron de poco las denuncias a las fiscalías municipal y provincial, al Departamento de Atención a la Ciudadanía del Ministerio del Interior y, mucho menos, las cartas enviadas al Consejo de Estado. Hasta el momento, todos esos reclamos parecen haber caído en saco roto.

"Ha habido negligencia y de alguna manera abuso de poder, sobre todo cuando a nosotros, que somos las víctimas, nos han tratado como a delincuentes"

La familia se queja también de los malos tratos recibidos durante sus denuncias. "Ha habido negligencia y de alguna manera abuso de poder, sobre todo cuando a nosotros, que somos las víctimas, nos han tratado como a delincuentes", dice Liss Echevarría de manera contundente.

Para hacer notar la absurda situación, la familia ha enviado una larga denuncia a cuanto medio de prensa, oficial o independiente, conoce. El pasado domingo. Echevarría mostró a este diario el garaje de la casa donde ocurrieron ambos robos. En el lugar se guardan los vehículos de los clientes a los que Díaz repara sus motocicletas, por lo que no es raro que haya varias de ellas cada jornada.

Echevarría se aferra a un milagro: que la publicación de su denuncia llegue a oídos de los altos cargos policiales en La Habana. "Hemos tratado de concertar una entrevista con la coronela Moraima Bravet Garófalo, jefa de la Dirección General de Investigación Criminal del Ministerio del Interior, que nos han dicho que es muy estricta; pero no hemos conseguido que nos atienda", lamenta.

"Tengo la esperanza de que cuando su nombre aparezca en un medio ella sabrá que queremos que nos escuche". El matrimonio está lanzando una botella al mar turbulento de tantas denuncias por robo que se escuchan por toda la ciudad.

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