“¡Libertad!”: el grito que llevó a prisión a una madre cubana en Guanabacoa

Protestas

También se registraron cacerolazos en el municipio de La Lisa como respuesta a los apagones

Entre los detenidos se encuentra Sunamis Quintero García, quien no participó directamente en la protesta.
Entre los detenidos se encuentra Sunamis Quintero García, quien no participó directamente en la protesta. / Facebook
14ymedio

02 de julio 2025 - 18:06

La Habana/La madrugada del 29 de junio, el municipio habanero de Guanabacoa fue el epicentro de una protesta vecinal que dejó a su paso un incendio, una decena de detenidos y un ambiente de creciente tensión. El detonante fue un nuevo apagón, sumado a la falta de agua, que empujó a decenas de residentes de los barrios Barreto, Teguete y Potosí a salir a la calle entre gritos de “¡Libertad!” y el ruido de botellas estrelladas contra el pavimento.

La respuesta oficial no se hizo esperar. Patrullas policiales, agentes vestidos de civil y unidades antimotines se desplegaron en cuestión de minutos. “La policía se llevó a todo el que pudo”, denunció un vecino desde una cuenta anónima en redes sociales. 

"Empezó a gritar ‘¡Libertad! ¡Viva Cuba libre!’, y ahí mismo tres agentes se le fueron encima”

Entre los detenidos se encuentra Sunamis Quintero García, una joven madre cubana que, según testigos, no participó directamente en la protesta. “Estaba sentada en el portal. Cuando vio que venían los policías empezó a gritar ‘¡Libertad! ¡Viva Cuba libre!’, y ahí mismo tres agentes se le fueron encima”, denunció su madre, Moraima García, en un video difundido desde Florida, donde reside desde hace 13 años.

Quintero, madre de dos hijos pequeños, uno de cinco años y otro de apenas uno, fue inicialmente llevada a la estación policial de Guanabacoa. Desde allí, según su madre, fue trasladada a la unidad de Regla, luego al Vivac y más tarde a Villa Marista, sede de la Seguridad del Estado. Hasta la fecha, permanece incomunicada.

“Mi hija nunca antes se había manifestado. Está deprimida, con dos niños y sin comida. Gritó porque no aguantaba más”, explicó García. La familia ha denunciado que las autoridades intentan procesarla como cabecilla de la protesta, algo que considera una maniobra política para castigarla de manera ejemplar.

Las patrullas llegaron con las sirenas apagadas, por lo que muchos vecinos no notaron su presencia

Una vecina de Quintero aseguró a 14ymedio: “Que yo sepa, ella nunca se había metido en cosas de política, pero obviamente con la situación de ahora, todos estamos estresados”. La mujer relató que las patrullas llegaron con las sirenas apagadas, por lo que muchos vecinos no notaron su presencia hasta que comenzaron los arrestos. “Aquí casi no se ha hablado del tema, como pasa con tantas otras cosas... no sé si por miedo. Lo poco que he escuchado es que siguen presos. Ayer todavía la calle estaba llena de cristales”, añadió.

Organizaciones como Cubalex han confirmado no solo el arresto de Quintero, sino también el de una familia completa: Hiromi Moliner, su esposo –identificado como El Nene– y sus hijos mayores, Donovan Fernando y Deyanira López. Moliner, madre además de otros dos menores, se encuentra en condición de salud delicada tras ser operada de cáncer de mama hace un año.

Según Cubalex, los detenidos fueron llevados primero a la estación policial de Alamar y luego también trasladados a Villa Marista. Todos permanecen sin comunicación con sus familiares.

“A mi hija la tratan como una delincuente, como una líder peligrosa, y lo único que hizo fue no callarse”

“La represión fue desproporcionada, y las detenciones se realizaron sin orden legal ni respeto al debido proceso”, advirtió la organización. “El régimen recurre a la criminalización del descontento para apagar las voces ciudadanas que se alzan incluso en sus formas más elementales: gritar desde el contén”.

La protesta de Guanabacoa no fue un caso aislado. Un día después, el 30 de junio, se registraron cacerolazos en el municipio de La Lisa, también como respuesta a los prolongados cortes eléctricos. 

El caso de Sunamis Quintero García simboliza esa desesperación. Sin activismo previo, sin vínculos visibles con organizaciones opositoras, bastaron dos gritos desde su casa para convertirla en enemiga del sistema. “A mi hija la tratan como una delincuente, como una líder peligrosa, y lo único que hizo fue no callarse”, lamentó su madre.

También te puede interesar

Lo último

stats