Sin luz, con pocos alimentos y escasa información, así se espera al huracán en el oriente de Cuba
Huracán
"Sabemos más de Melissa por Facebook, que por Cubavisión", afirma a este diario una joven en Holguín
La Habana / Holguín/La inminente llegada del huracán Melissa, convertido ya en categoría 5 –con vientos máximos sostenidos de 280 km/h–, encuentra a buena parte del oriente cubano a oscuras, desinformada y sin suficientes preparativos visibles. Los apagones, la falta de poda de árboles, el deterioro de las viviendas y la escasez de alimentos componen un escenario de vulnerabilidad que preocupa a los residentes, quienes afirman seguir el avance del ciclón más por las redes sociales que por los medios estatales. La situación es preocupante, teniendo en cuenta que se espera que en Cuba las inundaciones y las fuertes lluvias comiencen desde esta misma noche.
"Sabemos más de Melissa por Facebook, que por Cubavisión", afirma a este diario una joven residente en el municipio cabecera de Holguín, que se ha refugiado con su familia "en la casa con placa" de unos parientes. "Para colmo, una rastra se llevó el poste del tendido eléctrico y ahora lo más seguro es que no lo arreglen hasta que pase el ciclón. Aunque, de todos modos, los apagones no han parado", añade la holguinera.
A pesar de los anuncios oficiales de que la Policía recorre los barrios alertando a la población con altoparlantes, varios vecinos de la ciudad reportan a 14ymedio que no han escuchado ningún anuncio de ese tipo. En el trayecto hacia Gibara, los pobladores aseguran que no se han realizado las podas de árboles necesarias para evitar caídas sobre las vías o los tendidos eléctricos. "San Germán debía tener corriente al mediodía, pero seguimos en apagón", escribió en Facebook un residente de la comunidad. La mayoría de los comentarios en respuesta al texto mezclan las quejas y los rezos ante la cercanía del huracán.
"Dijeron que iban a reducir los apagones, pero es cuando peor estamos"
Desde Guantánamo, Niober García denuncia que los preparativos son mínimos. "No veo gran cosa que se haya hecho. Oí que pasó un carro con un altoparlante por una avenida, pero yo no lo vi. En una de esas oportunidades en que pusieron la corriente, vi que habían llevado un ómnibus para evacuar al personal de la zona baja de San Antonio, previendo que no pasara lo que sucedió la otra vez", explica a este diario. García hace referencia a las inundaciones provocadas por el huracán Oscar en 2024, donde perdieron la vida ocho personas, principalmente en San Antonio del Sur e Imías.
El guantanamero asegura además que los apagones han empeorado justo cuando más se necesita estar informado. "Aquí la gente no tiene mucha posibilidad de saber lo que está pasando. Dijeron que iban a reducir los apagones, pero es cuando peor estamos. En mi zona la rotación se perdió y pasamos más de 12 horas sin corriente".
Otro vecino de esa provincia, de 52 años, denuncia que las autoridades "prometieron adelantar los mandados de la canasta básica, pero nada de nada". Luego recuerda que ni siquiera han entregado los productos normados que se deben desde agosto. Sobre la electricidad, comenta: "La pusieron a las 12:24 y la quitaron apenas 40 minutos después. La ponen y la quitan. Es una locura, este país está colapsado".
Los extensos apagones, en esa zona de la Isla, contrastan con lo anunciado la mañana de este lunes por la Unión Eléctrica. "Por la cercanía del potente huracán Melissa, se decidió priorizar la disponibilidad de energía existente en el país a la región oriental de Cuba para poder asegurar una mejor preparación de la población para enfrentar el evento meteorológico, por lo que el resto de las provincias tendrán una mayor afectación".
En Contramaestre el escritor Arnoldo Fernández aprovechaba los momentos con electricidad y conexión a internet para mantener un reporte sobre los preparativos en su municipio. El también historiador teme que Melissa "cuando llegue a Cuba será un diluvio, acompañado de vientos, todo lo que fue nuestro pasado material quizás lo borre para siempre".
El miedo a un empeoramiento de la situación epidemiológica, marcada en los últimos meses por la extensión de arbovirus, también está en el centro de la atención de los residentes en las zonas que serán más afectadas por el ciclón. Desde la ciudad de Camagüey, Nora, de 79 años, todavía no se recupera de los efectos que el chikungunya ha dejado en su cuerpo. Doctora retirada, llama a extremar las precauciones tras el paso de Melissa porque "puede crearse una situación aún más propicia para la proliferación de vectores".
Eduardo, desde El Cobre, en Santiago de Cuba, también reporta que “no tienen corriente” y que “en la bodega solo han dado una libra de azúcar, correspondiente a los mandados de julio, los cigarros y un paquete de espaguetis”. Añade que la única actuación ocurrida ha sido “una iniciativa del cura de la iglesia, que ha albergado personas en el motel que ellos tienen allí”. Informa además de que ha habido ráfagas de viento que “han tumbado matas de plátano” y que en El Cobre “no hay ni policías ni ambulancias”.
En Baracoa, la mañana de este lunes ha transcurrido sin grandes señales de la cercanía de Melissa. "Hay una calma preocupante", cuenta vía telefónica a este diario Dosiel, un guantanamero de 31 años que vive a escasos metros del mar. "Mi hermano llamó temprano desde Miami y nos puso al tanto de todo porque aquí la información ha llegado por retazos, incluso pensábamos que Melissa había perdido fuerza y resulta que ya es categoría 5".
Para prepararse para el huracán, la familia ha colocado algunos sacos con arena sobre el techo de su vivienda. "Son tejas de fibrocemento y no podemos permitirnos que salgan volando y perderlas porque aquí todo el tema de los materiales de construcción es muy complicado". Cuando el huracán Sandy afectó la ciudad, hace 13 años, la familia de Dosiel sufrió el derrumbe "de un cuarto y el baño".
Desde entonces, solo han podido limpiar las ruinas y levantar un excusado de madera porque "no hemos podido conseguir todos los materiales para la reparación". Ahora, tratan de reforzar las ventanas con unos "clavos reciclados" que les regaló un vecino y si el ciclón los obliga a no salir de casa por varios días tienen una menguada reserva de alimentos: "Mi hermano intentó mandarnos un paquete con latas y galletas pero en la página de la tienda le dijeron que no podían garantizar ya las entregas en Baracoa, así que lo que tenemos es un poco de azúcar, perritos caliente y una lata de sardina".
En la ciudad de Holguín, Heberto le teme tanto a los vientos como a la subida de los precios. Con apenas una semana de diferencia, el holguinero comprobó este sábado como en la Feria de Los Chinos la libra de frijol negro pasaba de 380 a 410 pesos, el arroz aumentaba de 250 a 280, y el azúcar importada, la única que se encuentra a la venta ante la debacle de la zafra cubana, saltaba de 300 a 320. El principal mercado agropecuario de la ciudad está resultando un termómetro preciso de cómo van los ánimos.
"La gente trata de comprar comida que no se eche a perder porque es probable que nos esperen varios días sin electricidad", explica a este diario Heberto. "Los apagones siguen igualitos, con más de 12 horas diarias sin electricidad", se queja el hombre que cree que eso puede comprometer que las personas estén informadas y que pueda "poner a cargar las baterías de los equipos". En su vivienda, con un techo sólido, ya están "albergados unos parientes que llegaron de Rafael Freyre porque allí viven en una casita muy malita".
La organización People for the Ethical Treatment of Animals (Peta) ha hecho un llamado a los países más afectados por Melissa a reforzar también los cuidados sobre los animales. Entre las recomendaciones enumera la de no dejarlos "atados ni encerrados en jaulas, caniles o cobertizos" ya que "en caso de derrumbes, inundaciones o deslaves, no podrían escapar para ponerse a salvo".
La entidad, con sede en Estados Unidos, recomienda tener "un plan de emergencia" que incluya a los animales de compañía y pide que en caso de evacuación, no abandonar a perros y gatos, entre otras mascotas muy dependientes del cuidado humano. El área por donde se espera que Melissa toque territorio cubano es mayoritariamente rural y también con presencia de abundantes montañas, lo que dificulta aún más el traslado de personas, animales y pertenencias.