Marcar la tarjeta
La Habana/En muchos centros de trabajo, a lo largo de todo el país, los viejos relojes que servían para marcar la hora de entrada y salida de un empleado se han ido rompiendo con los años y la falta de mantenimiento. Aquel sonido de "trac" que se escuchaba en las primeras horas de la mañana cuando los trabajadores "ponchaban" uno tras otro sus tarjetas de asistencia, hoy es en la mayoría de estos lugares un eco del pasado.
La puntualidad ha devenido en un concepto un tanto elástico en Cuba y los trabajadores culpan de sus frecuentes retrasos a los problemas del transporte público, la lluvia, un corte eléctrico en sus barrios o una caída en las temperaturas por debajo de los 20 grados Celsius. Cualquier justificación parece servir, sobre todo si se tiene en cuenta que el salario promedio no supera el equivalente a 25 dólares al mes.
A falta de mecanismos certeros para comprobar que alguien llegó a tiempo a su jornada laboral, se han improvisado estas tarjetas en las que el empleado debe colocar a mano la hora en la que entró a trabajar y el momento en el que termina sus deberes. Esta de la foto es en un policlínico de La Habana, donde es común que los enfermeros y los médicos se ayuden "marcando" la tarjeta a los colegas más rezagados.