La española Meliá ofrecerá a los turistas el primer hotel sin apagones en Cuba

Además de habitaciones de lujo, el Meliá Trinidad Península cuenta con 1.500 paneles solares y un calentador de agua "autónomo"

El complejo cuenta con siete bares, siete restaurantes, spa, piscinas independientes en las habitaciones y nueve salones de eventos. (Escambray)
El complejo cuenta con siete bares, siete restaurantes, spa, piscinas independientes en las habitaciones y nueve salones de eventos. (Escambray)
14ymedio

10 de octubre 2023 - 21:09

La Habana/La hotelera española Meliá inaugurará este noviembre en Ancón, Sancti Spíritus, su primer hotel "autosuficiente". Con 1.500 paneles solares para generar electricidad y un sistema autónomo de calentamiento de agua, las promociones del Meliá Trinidad Península insisten en su "moderna tecnología" fotovoltaica, aunque no aluden a lo que parece ser su objetivo: que el turista no sufra los molestos apagones que el Gobierno de la Isla ha previsto para este fin de año.

Una cisterna para la recogida de agua de lluvia con vistas a regar las áreas verdes, además de un sistema de control automático de la temperatura en las habitaciones, son otros de los beneficios del hotel que –desde que se comenzó a construir en 2018– ha sido promocionado con ímpetu por la prensa oficial por su política ecológica y "respetuosa con el medio ambiente".

Meliá promete, además, como un "valor añadido" de la instalación, el "contacto con los pobladores de Trinidad", villa que, aunque cerca, está situada a 10 kilómetros del complejo turístico, una distancia prudencial para mantener lejos a los locales.

El Meliá Trinidad Península cuenta además con 401 habitaciones de lujo –las más caras a 400 euros la noche– muchas de ellas en la categoría The Level, un espacio solo para adultos con atención personalizada y servicios exclusivos.

El Meliá Trinidad Península cuenta además con 401 habitaciones de lujo –las más caras a 400 euros la noche– muchas de ellas en la categoría The Level

El complejo cuenta además con siete bares, siete restaurantes, spa, piscinas independientes en las habitaciones –además de las compartidas del hotel y las de la zona The Level– y nueve salones para eventos y negocios con capacidad para 1.425 personas.

Los excesivos lujos del Meliá Trinidad Península estarán abiertos para reservar desde esta temporada alta, pero no serán los cubanos quienes disfruten de ellos. En contraste con la crisis de alimentos en el país, el complejo promete largos menús internacionales, y frente a la escasez de combustible, los clientes de Meliá tendrán su propio sistema de transporte. La cadena, no obstante, se respalda en su compromiso ecológico para hacer la vista gorda y el régimen la acompaña en su cometido.

El pasado 16 de septiembre, con motivo del Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono, los hoteles Meliá Internacional Varadero, Meliá Varadero y Meliá Las Américas, en la península matancera, y Meliá Buenavista, Meliá Cayo Santa María y Sol Cayo Santa María, en Villa Clara, recibieron un reconocimiento por parte del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente cubano, dijo entonces la prensa oficial.

"Es curioso que el Gobierno hable en estos términos, cuando siempre ha hecho muy poco para proteger el entorno de los grandes hoteles de los Cayos"

"Es curioso que el Gobierno hable en estos términos, cuando siempre ha hecho muy poco para proteger el entorno de los grandes hoteles de los Cayos", contó a este diario una especialista que colaboró a finales de los años 90 y principios de los 2000 con el Instituto de Ecología y Sistemática para que la construcción de infraestructura turística en los Cayos de Ciego de Ávila y los de Villa Clara no afectara el medioambiente como lo estaban haciendo.

Por ejemplo, refirió entonces la misma especialista, "hubo un pequeño equipo que fue a Cayo Guillermo y descubrió que la construcción de un aeropuerto local había arrasado no solo con un sitio arqueológico de los indios siboneyes, sino también con toda el área donde anidaban los flamencos". Después de "mucha bulla y un informe", los especialistas lograron que la Academia de Ciencias presionara para legislar sobre patrimonio arqueológico y natural. "Incluso nos valió a los implicados un 'estímulo' de 40 CUC, pero igual que tantas cosas en este país, todo quedó en papel mojado. Se sigue destruyendo el patrimonio".

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