Muere el dramaturgo y actor cubano Amado del Pino
La Habana/El dramaturgo, actor y crítico literario Amado del Pino (Camagüey, 1960) murió este domingo en Madrid a los 56 años de edad y víctima del cáncer, según confirmaron a 14ymedio varias fuentes cercanas a la familia.
El muro de Facebook de Del Pino y de su esposa, Tania Cordero, se ha llenado de condolencias a lo largo del día, en especial de cubanos emigrados que recordaban su trabajo dentro de la Isla. “Allá donde vayas sigas escribiendo como lo hacías”, era uno de los tantos mensajes dejados en la red social.
Graduado del Instituto Superior de Arte en la especialidad de Teatrología y Dramaturgia en 1982, trabajó como asesor teatral en el Conjunto Dramático de Camagüey, Teatro de Arte Popular y otros grupos del país.
El dramaturgo tuvo una destacada trayectoria en las tablas nacionales, una labor que fue reconocida con el Premio Internacional de Teatro Carlos Arniches a partir de su pieza Cuatro Menos. Su desempeño como periodista y crítico de teatro también le valió el Premio Internacional de Periodismo Miguel Hernández, además de desempeñarse como jefe de la página cultural del periódico Juventud Rebelde y redactor de la revista Revolución y Cultura.
El gran público lo recuerda por su personaje en la película Clandestinos dirigida por Fernando Pérez. En la cinta representa a un goloso revolucionario con dificultades para seguir una huelga de hambre desde prisión. Del Pino le otorga cierto toque de humor a la seriedad del tema, hasta el punto de que su frase sobre embarrarse con unos frijoles negros se ha incorporado al habla popular.
Amadito, como lo llamaban sus amigos, actuó también en el filme Guantanamera (1994), de Tomás Gutiérrez Alea, que sería duramente criticado por Fidel Castro, en el discurso más largo de su vida política
Amadito, como lo llamaban sus amigos, actuó también en el filme Guantanamera (1994), de Tomás Gutiérrez Alea, que sería duramente criticado por Fidel Castro, en el discurso más largo de su vida política. El mandatario aseguró que el argumento de la cinta ironizaba sobre las dificultades para trasladar el cuerpo de un fallecido, lo que denotaba "falta de sensibilidad humana y de solidaridad".
La huella de Del Pino en el teatro está marcada por la doble condición de dramaturgo y crítico. La primera le mereció el Premio Internacional de Teatro Carlos Amiches por su obra Cuatro Menos y por la segunda el Premio Internacional de Periodismo Miguel Hernández. En 2005 recibió la Distinción por la Cultura Nacional.
Sus textos se sumergen en las contradicciones sociales, echan mano del realismo, la poesía y de las búsquedas estructurales, además de mezclar la calidad literaria y la efectividad teatral.
Sus obras Penumbra en el noveno cuarto y El zapato sucio se han representado en diversos países y son objeto de estudio en el Instituto Superior de Arte cubano. La versión para teatro de la novela Vientos de Cuaresma de Leonardo Padura, también se cuenta entre sus grandes aciertos.
Aunque en los últimos años estaba radicado fundamentalmente en España mantuvo su presencia en Cuba alternando, como confesaba a sus amigos, “entre la nostalgia por Madrid y por La Habana”. Al momento de redactar esta nota no se conocía todavía si sus restos serían trasladados a la Isla.