El régimen cubano prohíbe a los activistas pisar la calle el Primero de Mayo

La Seguridad del Estado amenaza a periodistas independientes mientras que los centros de trabajo coaccionan a sus empleados para asistir

Este viernes, en varios parques de La Habana podían verse grupos de escolares con rudimentarios carteles que decían "¡Viva el 1 de Mayo!". (14ymedio)
Este viernes, en varios parques de La Habana podían verse grupos de escolares con rudimentarios carteles que decían "¡Viva el 1 de Mayo!". (14ymedio)
Juan Diego Rodríguez

29 de abril 2022 - 23:27

La Habana/La invitación del mandatario Miguel Díaz-Canel a participar en el desfile del Primero de Mayo no se extiende a todos los cubanos. La excepción son los numerosos activistas y periodistas independientes que esta semana han recibido por parte de la Seguridad del Estado una advertencia contundente: no salgan de sus casas este domingo.

El último de ellos, el escritor y fotógrafo Ariel Maceo, que este jueves fue citado y amenazado por la policía política para que no asista a la marcha convocada por el Gobierno. "Les dije que no me pueden controlar. Dice él que sí, pero no. Porque si me pudieran controlar entonces no tendrían que citarme porque temen a que haga algo", escribe el joven en una publicación en sus redes.

Ahí mismo, reconoce que se alteró cuando el agente que lo atiende comenzó a preguntarle sobre su vida privada. De cómo conoció a su novia pasó a decir, refiere Maceo, "que nosotros creemos que ellos son como el FBI", a lo cual respondió el escritor: "Ustedes no son como el FBI, sino como la Gestapo y la Stasi, deja la película, que Cuba es una dictadura". Explicarle a un agente de la Seguridad del Estado por qué Cuba es una dictadura es, discurre Maceo, "como explicarle a un niño que no se puede comer la galletica del piso, se la va a comer igual".

"Ustedes no son como el FBI, sino como la Gestapo y la Stasi, deja la película, que Cuba es una dictadura"

La policía política también citó y advirtió a los reporteros independientes Yoe Suárez, de Diario de Cuba; Anay Rendón, de Cubanet; Geysi Guía, de Periodismo de Barrio, y Luz Escobar, de 14ymedio.

La periodista Miriam Celaya no fue convocada a una unidad policial, pero el martes recibió la visita del "agente Alberto". "Muy ufano, incluso forzadamente cortés", cuenta Celaya en un post de Facebook, le comunicó que "no se va a permitir ninguna actividad en la calle el Primero de Mayo".

"Visto así, cualquiera pensaría que iban a suspender la marcha convocada por el PCC [Partido Comunista de Cuba] para 'celebrar el día de los trabajadores' y que yo –como jocosamente me dijo una amiga cercana a la que le comenté el breve encuentro– tendría que guardar la banderita y los tenis que habría tenido listos para marchar con el inexistente CDR de mi cuadra", ironiza la periodista en su escrito. "Pero no; contra toda lógica, Dicequealberto se tomó la molestia de venir a advertirme que no acudiera a donde yo, por voluntad propia, no iba a acudir".

Celaya argumenta que "o bien hay quienes se ganan muy fácilmente salarios y prebendas, o simplemente están muy nerviosos": "El 11J y las cárceles llenas de disidentes políticos, el éxodo masivo y constante, el naufragio del sistema, la irremontable crisis económica y vaya usted a saber cuáles y cuántos demonios más están afectando el sueño de los canes cerberos y de los máximos barrigones del Poder. Y, obviamente, también están afectando sus decisiones".

"Nos dijeron que tenemos que ir por nuestra cuenta hasta El Vedado y allí nos entregan una merienda. Yo me pregunto con qué transporte, porque cómo está la cosa"

El acoso a cubanos que de alguna u otra manera se han manifestado inconformes con el régimen contrasta con el entusiasmo infantil con el que el Gobierno está convocando a la marcha desde los medios oficialistas.

A las "diez razones para no dejar de ir el Primero de Mayo al desfile" repartidas por edificios y redes sociales de funcionarios, y que incluyen "romper la rutina diaria", "hacer ejercicio" y "tomar en directo las mejores fotos", se une algo menos amable: las habituales presiones en los centros de trabajo.

Así, un trabajador de una empresa mecánica estatal denuncia a este diario que su jefa ha advertido a los empleados que si no acuden al desfile del domingo les "afectará el pago de las utilidades", pues su ausencia bajará "los puntos de la evaluación". "Están haciendo una lista y entregan un pulóver", explica el hombre. "Nos dijeron que tenemos que ir por nuestra cuenta hasta El Vedado y allí nos entregan una merienda. Yo me pregunto con qué transporte, porque cómo está la cosa".

Este viernes, en varios parques de La Habana podían verse grupos de escolares con rudimentarios carteles que decían "¡Viva el 1 de Mayo!". En el Parque Mariana Grajales, en 23 entre C y D, las maestras repartían entre ellos banderitas cubanas mientras hacían repetir a los niños: "¡Viva Fidel! ¡Viva el Primero de Mayo!".

Algunos de los infantes iban disfrazados de médicos y otros de campesinos –la vanguardia laboral cubana–, aunque la mayoría llevaba su uniforme.

No lejos de ahí, en el Parque de El Quijote, la escena se repetía, ante la mirada crítica de algunos transeúntes. "Estos niños no han ni desayunado", cuestionaba una mujer. Los más pequeños repetían desganados las consignas y jugaban a arrugar el cartel dando con él en la cabeza de algún compañero.

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