Las relaciones entre EEUU y Cuba se normalizan también en el mundo del arte
(EFE).- La normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba abre un sinfín de nuevas posibilidades en el mundo del arte, desde colaboraciones bilaterales entre museos a ambiciosos viajes y exposiciones de los artistas cubanos, que suscitan más interés que nunca para los coleccionistas neoyorquinos.
"Estuve allí cuando el presidente (Barack Obama) anunció las nuevas relaciones con Cuba y era un día de fiesta: la gente estaba eufórica y muy contenta sobre las posibilidades artísticas de estas nuevas relaciones", explicó a Efe la directora ejecutiva del Museo del Bronx, Holly Block.
El centro anunció recientemente una colaboración histórica con el Museo de Bellas Artes de La Habana, que representa el mayor intercambio artístico entre Cuba y Estados Unidos en los últimos 50 años, y que es fruto de largas negociaciones que empezaron mucho antes del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre países.
"Pienso que a partir de ahora veremos más trabajo aquí, en Estados Unidos, y tendremos una perspectiva más amplia de la escena artística cubana, que no estará tan aislada", subraya Block, quien ha viajado a Cuba y ha seguido durante muchos difíciles años el trabajo de artistas contemporáneos cubanos.
La comisaria ha hecho del arte cubano su especialidad -en 2001 publicó "Art Cuba: The New Generation"- y destaca la dificultad de organizar eventos para los artistas deCuba en Estados Unidos, una situación que espera que cambie a partir de ahora.
"Nunca estábamos seguros de que pudieran conseguir visas o permiso para venir, era muy difícil planear, no había incentivos por parte de las instituciones culturales ni gubernamentales, y era complicado conseguir dinero para proyectos relacionados con Cuba porque solamente puedes ir a individuales", dijo.
El arte es, en teoría, una excepción al embargo, aunque la mayoría de artistas cubanos han tenido problemas para exponer y viajar a EEUU, tal y como le sucedió a Alexandre Arrechea, uno de los miembros del colectivo de Los Carpinteros, que se encuentran entre los nombres más destacados del panorama artístico del país.
"En las dos últimas exposiciones que ha tenido conmigo no ha podido venir. Es como hacer arte sin verlo", considera Alberto Magnan, el propietario cubano de la galería MagnanMetz en el barrio neoyorquino de Chelsea, la meta de la mayoría de salas de compraventa de productos artísticos en la ciudad de los rascacielos.
El galerista explica que, a raíz del nuevo estatus entre Cuba y EEUU, ha recibido muchas llamadas de compradores que demuestran un interés creciente en el arte cubano.
Según Magnan, lo que resulta especialmente atractivo de muchas pinturas es "el uso de material", ya que, por falta de recursos, los artistas "tuvieron que inventarse una manera nueva de hacer el arte" y elevaron sus posibilidades "a otro nivel".
"Se puede ver el arte de la belleza por lo que es, pero siempre tiene el sentido o el mensaje de lo político", asegura, al señalar uno de los cuadros de Roberto Diago que tiene en su galería, que recuerda a las cicatrices que asociaban a los negros con los esclavos en la isla.
Los artistas cubanos afincados en EEUU, por su parte, coinciden en que este nuevo estatus de relaciones será positivo para sus compatriotas. Leslie Sardinias, que vive en Nueva York desde hace tiempo, matiza que las mejores consecuencias se darán a largo plazo, cuando se supere la etapa del "interés que despierta lo novedoso".
"Cuba ahora es como un parque temático, van y compran mucho arte allí porque es exótico. Cuando le quitas a alguien la manzana de la mano, más la quiere, por lo que grupos enormes de coleccionistas estadounidenses arrasaban en la isla, y ahora eso va a cambiar", considera el pintor, que está exponiendo ahora en Nueva York.
"Va a cambiar -continúa- en el sentido de que se va a regularizar el mercado del arte. El verdadero artista con nivel internacional y que tenga algo que decir será descubierto. También será mucho mejor para el mercado emergente y sobre todo para galerías cubanas que tienen prohibido participar en grandes ferias".
En el mismo sentido, el fotógrafo cubano -y casi neoyorquino- Luis Mallo destaca que la verdadera revolución será para los artistas que residen en la isla, que "dependen de coleccionistas que van a visitar, a través de promociones y viajes culturales".
"Espero que esto cree un poquito más de recursos y de acceso para ellos", subraya.
El primer paso comenzará esta primavera, cuando más de 80 obras de arte, fechadas entre el 1960 y la actualidad, de la colección permanente del Museo del Bronx viajarán a Cuba para ser expuestas del 21 de mayo al 16 de agosto, coincidiendo con la duodécima Bienal de la Habana.