Los remedios naturales también se extinguen en las farmacias cubanas

Matanzas

"No tienen frascos, no tienen nada", lamentan los consumidores de jarabes hechos con plantas

Las farmacias naturales bien abastecidas ya son una rareza en Cuba.
Las farmacias naturales bien abastecidas ya son una rareza en Cuba. / 14ymedio
Julio César Contreras

29 de julio 2025 - 07:18

Matanzas/Un cartel en letras mayúsculas que reza "No pase" detiene en seco a Ramón apenas cruza la puerta de la farmacia de medicina natural en la esquina de Milanés y 2 de Mayo, en Matanzas. No es que esperara un local resplandeciente, pero el polvo acumulado sobre los cristales, los tarjetones de cartón colgando de una mesa deslucida y la mirada ausente de la dependienta, absorta en su teléfono, dan más la sensación de abandono que de atención sanitaria.

"Estoy buscando jarabe de jengibre para ver si controlo mis problemas digestivos", dice, con voz baja, como si pidiera algo clandestino. La respuesta es tan dura como su malestar: "No hay". Ramón no se sorprende. "Si la producción nacional de azúcar no alcanza para el consumo, ¿qué puede esperarse para la confección de medicamentos naturales?", lanza al aire, más resignado que molesto.

"Si la producción nacional de azúcar no alcanza para el consumo, ¿qué puede esperarse para la confección de medicamentos naturales?"

En los cristales donde debiera haber frascos de extractos, sobres de infusiones o cremas vegetales, solo hay carteles escritos a mano, algunos torcidos, otros descoloridos por el sol. Los precios –inscritos aún con centavos– resultan una rareza en medio del país hiperinflacionado: escoba amarga a 6,67 pesos, romerillo a 12,67, llantén a 3,00. Pero los papeles que aún no han sido retirados del mural son como fantasmas: productos que estuvieron, que ya no están o que tal vez nunca llegaron. La empleada, sin levantar la vista, murmura que no se puede producir por falta de insumos. Ni frascos, ni azúcar, ni alcohol. Ni técnicos en el laboratorio que permanece cerrado, como si se tratara de una pieza de museo mal conservada.

Los consumidores ven irrelevante que los precios sean bajos si no hay disponibilidad.
Los consumidores ven irrelevante que los precios sean bajos si no hay disponibilidad. / 14ymedio

Miguel, otro cliente habitual, llegó buscando jarabe de manzanilla, único sobreviviente de su tipo en el inventario. Aquejado de una tos seca y de recuerdos, rememora: "Ellos producían las medicinas aquí mismo. Había bastante variedad y tenían un buen trato con las personas. De todo aquello no queda ni la cortesía para que la gente se sienta, por lo menos, atendida". Consumidor regular de Imefasma –el clásico extracto natural a base de jengibre y miel–, lamenta que ya ni siquiera hay donde envasarlo. "No tienen frascos, no tienen nada", resume. "De qué sirve que los precios estén bajos si no hay nada que comprar".

El panorama de esta pequeña farmacia refleja un colapso mayor. Según datos oficiales, más del 70% del cuadro básico de medicamentos en el país presentaba afectaciones en 2024 y la situación ha seguido agravándose. De los 651 productos previstos, 461 están en falta o tienen disponibilidad limitada. El problema se extiende también a los remedios naturales, antes promovidos por las propias autoridades como alternativa "soberana" ante la crisis de la industria farmacéutica.

En provincias como Camagüey, los directivos han admitido públicamente que la producción de jarabes de cebolla, orégano y miel se ha derrumbado junto con la cosecha nacional de la caña de azúcar

En provincias como Camagüey, los directivos han admitido públicamente que la producción de jarabes de cebolla, orégano y miel se ha derrumbado junto con la cosecha nacional de la caña de azúcar. El plan anual de 370.000 frascos de Imefasma apenas se ha cumplido en un 26%. Y en general, solo se ha producido el 56% de los medicamentos naturales programados. Las autoridades sanitarias, que en otros momentos incentivaron la siembra de plantas medicinales, ahora ven cómo las farmacias vacías se llenan de polvo y las fórmulas tradicionales desaparecen de los laboratorios.

A todo esto se suma el problema eléctrico. La farmacia de Milanés y 2 de Mayo, como tantas otras, no puede conservar nada que necesite refrigeración. La frase "vuelva el mes que viene" ha dejado de tener sentido cuando los meses pasan y las estanterías siguen vacías. Algunos pacientes regresan al monte en busca de hojas, otros se resignan a las infusiones caseras. "Habrá que buscar las hierbas o morirse sin remedio", dice una señora saliendo con las manos vacías.

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