El éxodo de reporteros golpea a la prensa independiente en Cuba

La emigración es uno de los mayores retos de una prensa que sigue estando, además, perseguida y satanizada

Los periodistas cubanos en el exilio Mónica Baró, Víctor Ariel González, Yariel Valdés y José Ramírez Pantoja. (Collage)
Los periodistas cubanos en el exilio Mónica Baró, Víctor Ariel González, Yariel Valdés y José Ramírez Pantoja. (Collage)
14ymedio

30 de enero 2022 - 13:43

La Habana/El periodismo independiente cubano ha tenido que reinventarse varias veces. La represión policial y la draconiana legislación contra la libertad de expresión que se mantienen en la Isla no son sus únicos obstáculos. La emigración es uno de los mayores retos de una prensa que sigue estando, además, perseguida y satanizada.

Los equipos de trabajo deben reconstruirse cada tanto por el éxodo de periodistas, editores y colaboradores. La sangría es constante y en los próximos meses el fenómeno podría acelerarse debido al nuevo Código Penal, que prevé castigar, de manera más estricta, cualquier proyecto que reciba financiamiento desde el extranjero, como los periódicos y revistas independientes.

Muchos reporteros no continúan el ejercicio periodístico una vez que están fuera de la Isla. Las cifras de exiliados en el gremio podría superar incluso el centenar en los últimos tres años.

En 2016, el periodista José Ramírez Pantoja protagonizó uno de los casos más sonados de censura dentro de la prensa oficial. El reportero fue expulsado de su trabajo en Radio Holguín tras ser acusado de reproducir en su blog las palabras de la vicepresidenta del periódico oficial Granma, Karina Marrón, quien mostró visionaria preocupación por un posible estallido social.

"Me dejaron sin trabajo ni sustento sin importarles los años que trabajé como periodista"

Desempleado del sector oficial, el reportero colaboró con medios independientes, incluyendo 14ymedio, bajo pseudónimo para evitar mayores represalias. No obstante, la Seguridad del Estado siguió vigilándolo de cerca. En 2019 pidió asilo en Estados Unidos. "Me dejaron sin trabajo ni sustento sin importarles los años que trabajé como periodista", denunció entonces.

Ahora, Pantoja es empleado en la Clínica Cano Health y asegura a este diario que estaría encantado de retomar su "labor periodística a tiempo completo en un medio de prensa". Considera que "desde el exterior hay mayor libertad y seguridad para ejercer un periodismo a favor de una Cuba democrática sin dictadura".

Pantoja enumera la lista de colegas que han salido recientemente de la Isla, incluso una conocida reportera "furibunda defensora" del régimen cubano que ahora reside en Miami.

En su listado hay hasta directores de cadenas provinciales de radio. "A tono con el éxodo social, los periodistas no se quedan detrás", remacha.

Mónica Baró se graduó de Periodismo en 2012 en la Universidad de La Habana, y ha colaborado con sitios como Periodismo de Barrio y El Estornudo. Salió de Cuba en enero de 2021 rumbo a España y desde allá mantiene el ojo y la pluma puestos en la Isla. Sus reportes, de hecho, han sido claves para armar la dispersa información sobre los detenidos del 11 de julio.

"Lo ideal para mí es hacer periodismo en Cuba pero cuando me fui prácticamente era imposible hacer el tipo de periodismo que hacía. Lo que hacía en mis últimos meses allí era activismo o resistir"

Baró ha podido seguir ejerciendo su profesión en el portal CiberCuba y se siente "privilegiada", porque conoce otros colegas que no han logrado insertarse en un medio informativo. "Es bien difícil cuando sales de Cuba encontrar un trabajo como periodista que te sustente. Hay muchos estigmas en cuanto a las capacidades de los periodistas cubanos".

"La distancia, desde luego, supone un obstáculo para el ejercicio del periodismo, porque nada se compara con el terreno, con estar viviendo esa realidad. Por más que te mantengas al tanto de lo que está pasando, que tengas familia en Cuba o seas empática, la vivencia yo creo que es insustituible", reconoce.

No obstante, "hay que preguntarse qué es hacer periodismo cubano y qué es Cuba. ¿Cuba es solo el territorio geográfico o toda la Cuba que está expandida por el mundo? ¿El periodismo cubano es solo el que se hace desde la Isla o también el que se está haciendo desde el exilio?", cuestiona.

"Lo ideal para mí es hacer periodismo en Cuba pero cuando me fui prácticamente era imposible hacer el tipo de periodismo que hacía. Lo que hacía en mis últimos meses allí era activismo o resistir". Baró sentía que ya no podía seguir reportando como antes y refiere: entre "volverme una activista el 80 o el 90% del tiempo o hacer un periodismo desde la distancia, elegí el desafío de la distancia".

Advierte que "cuando sales dejas de ser atractiva para muchos espacios, como espacios de formación que esperan que regreses a Cuba para que ejerzas lo que aprendiste y eso de alguna manera troncha tu carrera y tu formación. Te están pidiendo básicamente que vuelvas a un contexto en que tu seguridad está en riesgo".

"No sé si pueda sostener el periodismo por mucho más tiempo", subraya ante la precariedad material que marca la vida de todo emigrado en sus primeros años.

"No sé si pueda sostener el periodismo por mucho más tiempo", subraya ante la precariedad material que marca la vida de todo emigrado en sus primeros años

Redacciones completas, periodistas premiados con galardones internacionales y hasta directores de medios entran en la lista de quienes se han radicado fuera. Agencias como Hablemos Press sucumbieron ante la salida de prácticamente todos sus reporteros, mientras que otros sitios informativos han tenido que reubicar su sede en Madrid, Nueva York o Ciudad de México.

Este enero, el reportero Yariel Valdés González contaba en su cuenta de Facebook su incorporación al equipo de trabajo de Telemundo 51 en Miami. "Cada vez que pasaba por la carretera próxima a esta torre me decía: Algún día llegaré", escribió ante el edificio del canal. "Un gran sueño hecho realidad desde que llegué a este país, hace menos de dos años".

Valdés fue liberado en marzo de 2020 de un centro de inmigración de Louisiana, después de que una Corte de Apelaciones ratificara su caso de asilo político. Mientras vivía en la Isla, fue colaborador de la revista Washington Blade, la publicación más antigua de Estados Unidos destinada a la comunidad LGTBI. Ahora, sonríe en una foto mientras sostiene en su mano la identificación como empleado de Telemundo 51.

En otros casos, la emigración ha servido para reencontrarse con su profesión original. Víctor Ariel González fue uno de los fundadores de 14ymedio en mayo de 2014, pero antes se había graduado como ingeniero civil en la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría, conocida como la Cujae. Varios arrestos y operativos policiales lo llevaron a pedir refugio en Estados Unidos, a donde llegó en 2015.

González logró un empleo como editor en el portal informativo Cubanet. Su tiempo en ese medio, con sede en Miami y fundado en 1994, lo mantuvo en contacto con los reporteros independientes dentro de la Isla. "El cambio fue radical" en la manera de hacer periodismo, recuerda. "Para mí el periodismo había sido hacer la historia" en contacto con la realidad, algo que no era posible estando fuera.

El régimen provoca este éxodo obstaculizando el trabajo informativo con normativas, al estilo del Decreto 370, la temida Ley 88 y una larga lista de regulaciones que penalizan el ejercicio independiente del periodismo

Como editor, le tocó aplicar "las tijeras" del corrector sobre los textos que llegaban desde Cuba y también escribir notas informativas. "La ingeniería la elegí desde que estaba en el preuniversitario, después descubrí el periodismo y me gustó, pero cuanto llegué a Estados Unidos me impresionaron las carreteras, los edificios y las estructuras. Supe que no quería dedicarme eternamente a la edición".

"Fue un momento hermoso porque resultó también un redescubrimiento personal, como sacar de una gaveta todos esos conocimientos que había adquirido durante la carrera de ingeniería y darme cuenta de que todavía los tenía". A medida que iba pasando el tiempo la ingeniería "ganó prevalencia sobre el periodismo", concluye.

El régimen provoca este éxodo obstaculizando el trabajo informativo con normativas, al estilo del Decreto 370, la temida Ley 88 y una larga lista de regulaciones que penalizan el ejercicio independiente del periodismo. La Seguridad del Estado se dedica a reforzar el acoso sobre los reporteros y sugerirles salir del país para poner punto final a tanta presión.

Para Abraham Jiménez Enoa, la salida de la Isla estuvo cargada de dramatismo. Durante cinco años pesó sobre él una prohibición de viaje y finalmente a inicios de 2022 logró viajar por primera vez del país y aterrizar en Madrid para luego viajar a Barcelona. En un texto sobre su exilio, que publicó en la revista Gatopardo, define a Cuba como un lugar donde los "periodistas independientes reciben trato de terroristas".

Cuando un periodista se va, hay que empezar por el principio con el que llega nuevo. Eso, si llega, porque cada día la gente tiene más miedo"

Aunque la columna que mantuvo en esa publicación se titulaba Desde el Malecón y Jiménez Enoa siempre pensó que "duraría hasta que saliera por primera vez de Cuba, que una vez pusiera un pie en otro lugar, habría que cerrar este repositorio", ahora se plantea seguir colaborando con Gatopardo. "Pero ya no sobre mi encierro, esa habitación la dejaré clausurada y pasaré a otra".

"No es lo mismo salir de Cuba que salir de cualquier otro país por primera vez", puntualiza el periodista sobre el acto de cruzar las fronteras nacionales, quizás en un guiño a lo que, casi 80 años antes, el poeta Virgilio Piñera definiera magistralmente como "la maldita circunstancia del agua por todas partes".

Mientras Jiménez Enoa no para de asombrarse por los lumínicos que encuentra en las calles barcelonesas, las librerías repletas de títulos y la variedad de yogures en el mercado, a miles de kilómetros de ahí, Rafael, un reportero que escribe con pseudónimo para un medio independiente que trata de abrirse paso entre las convulsas aguas legales de la Isla, prepara su escapada.

"Formar un reportero es algo que lleva mucho tiempo", comenta una de las editoras del proyecto en el que trabaja Rafael y que prefiere protegerse bajo el anonimato. "Debe aprender a recopilar información, manejo de datos, cuidado de las fuentes y acostumbrarse a la línea editorial de un medio. Cuando un periodista se va, hay que empezar por el principio con el que llega nuevo. Eso, si llega, porque cada día la gente tiene más miedo".

Después de casi un año narrando las calles habaneras, el joven ha decidido poner rumbo a Nicaragua para llegar a Estados Unidos. Su profesión anterior era cocinero y en Miami lo espera un primo que se gana la vida conduciendo un camión. El periodismo podría ser solo un breve capítulo en su vida. Para el equipo que se queda, su salida hace un agujero con difícil solución.

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