Resucitan a 'Barbarroja' en el cine Yara con una función para militares

La Habana/Cuatro guaguas de las Fuerzas Armadas parquearon este jueves frente al cine Yara, en El Vedado habanero. Sus pasajeros –un aluvión de militares, casi todos reclutas del Ejército y la Marina– tenían papeletas para la función de las 2:00 pm: Soy Barbarroja, el documental de la cineasta Rebeca Chávez sobre uno de los más siniestros artífices de la Seguridad del Estado, el comandante Manuel Piñeiro. 

Habían pasado dos días desde que este diario llamara la atención sobre el sospechoso manto de silencio con que el oficialismo cubría al temido Barbarroja –de quien llegó a decir el escritor chileno Jorge Edwards que “limitaba e influía” los movimientos de Fidel Castro– durante el aniversario 65 de la Seguridad del Estado. 

Es de suponer que el contingente de las Fuerzas Armadas tuviera previsto, con suficiente antelación, ir al cine. Llamaba también la atención, en medio de la actual crisis de combustible, el despliegue de cuatro vehículos de gran envergadura para asistir a una función recreativa. Al terminar el evento, los militares se dispersaron hacia los puestos de comida cercanos y, alrededor de las 3:30 pm, regresaron a las guaguas. 

La mañana de este jueves, Prensa Latina anunció la proyección de Soy Barbarroja en el Yara y recordó que Piñeiro había sido “uno de los fundadores” de la contrainteligencia cubana, que debía el sobrenombre “al color de su barba desde que bajara de Sierra Maestra con el grado de comandante”. Aludía también a su rol como promotor –a distancia– de varias guerrillas en Latinoamérica. 

La agencia ofrecía pocos detalles sobre al audiovisual, que recicla fragmentos de una entrevista de la CNN en 1997 a Piñeiro, además de grabaciones de su primera mujer, la bailarina estadounidense Lorna Burdsall; su viuda, la marxista chilena Martha Harnecker; y su hija, la profesora de economía Camila Piñeiro. El documental solo ha sido proyectado una vez, en Televisión Cubana, a inicios de año, pero no fue publicado por el Canal Educativo en YouTube, como suele hacer con sus contenidos. 

El nombre de Barbarroja tampoco figuró en el resumen del discurso de Miguel Díaz-Canel, durante una gala de homenaje a la contrainteligencia en la que participó Raúl Castro y donde calificó a la historia de la Seguridad del Estado como “lo más fascinante, inspirador y patriótico” de la memoria cubana. Por su parte el nonagenario militar no se levantó de su asiento y su discurso –en realidad una pequeña carta– fue leída por el ministro del Interior, Lázaro Álvarez Casas. 

Piñeiro, hijo de gallegos acomodados y a la sombra de Castro desde los tiempos de Sierra Maestra, murió en 1998 en circunstancias sospechosas. La versión oficial asegura que “se estrelló contra un árbol” mientras manejaba él mismo su carro, lo cual era ajeno a su costumbre. Pese a su absoluta lealtad al régimen que contribuyó a formar, su biografía es poco conocida para la mayoría de los cubanos, y ha sido el gran ausente en las festividades por el 65 aniversario de la Seguridad del Estado. 

Se le atribuyen, no obstante, legendarias enemistades y es protagonista de numerosas teorías conspiratorias. Una de ellas, precisamente, apunta a las extrañas circunstancias de su muerte tras alejarse de la política mientras preparaba supuestamente su autobiografía.