1/11Tras la plaza, hasta los confines de la ciudad, se extiende un barrio marginal/Héctor Darío Reyes
2/11Frente al Mausoleo una valla gigante evita que se vea el barrio marginal que rodea la Plaza de la Revolución. Como reza el dicho popular en Santa Clara, "el Che mira a los pobres"/Héctor Darío Reyes
3/11Vallas, paredes, muros, muestran frases y dibujos que a veces no concuerdan con su rostro o ni siquiera fueron pronunciadas por él/Héctor Darío Reyes
4/11A un costado del mausoleo hay un puesto lleno de gangarrias que aluden al Che/Héctor Darío Reyes
5/11Frente al Tren Blindado, un quiosco de ARTEX abarrotado de camisetas, boinas y souvenirs/Héctor Darío Reyes
6/11En los bajos del hotel Habana Libre el rostro de Guevara alterna con la propaganda para turistas y las oficinas para contratar un alojamiento con "todo incluido"/Reinaldo Escobar
7/11Los murales con el rostro del argentino no pueden escapar al deterioro de una realidad que poco se parece a la que él proyectó/Silvia Corbelle
8/11Muchos quieren sacarle partido económico a esa imagen de boina y chamarra que alterna con las maracas y las pinturas de autos antiguos en los puestos de venta a turistas
9/11En Moscú, a pesar de las diferencias ideológicas que tuvo el Che con el PCUS, su imagen se vende en las tiendas de recuerdos, al lado de Lenin y otros dirigentes soviéticos/Héctor Darío Reyes
10/11En lugares tan lejanos como Laos, los trabajadores exhiben también al Che/Héctor Darío Reyes
11/11En una tienda de Sihanoukville, Camboya, la imagen de Che Guevara se exhibe junto a banderas, artículos y camisetas de rock/Héctor Darío Reyes