Una rotura hidráulica sirve de baño a los caballos en Nuevitas
"Se me cae la cara de vergüenza cada vez que veo ese río de agua potable perdiéndose, con tanta gente que la necesita"
Nuevitas/En la esquina que forman las calles Maceo y Augusto Arango en la ciudad de Nuevitas hay un agujero donde se depositan las aguas de un salidero que recorre varias cuadras de esa ciudad en la provincia de Camagüey. Allí acuden varios vecinos a bañar a sus caballos luego de trabajar con ellos transportando pasajeros o carga en carretones.
De los 40.000 habitantes de esta localidad, la mayoría se beneficia de las aguas a través de las redes del acueducto, pero solo reciben el suministro en sus casas cada ocho días. Otros dependen de camiones pipas que no tienen un ciclo fijo de distribución. Jorge, uno de los jóvenes que suele acudir a esta "fuente”, dice: "Si uso el agua de mi casa para bañar a las bestias no podríamos bañarnos ni mi madre, ni mi mujer ni mis hijos ni yo mismo".
Los delegados de circunscripción ya no saben qué responder a sus electores en las Asambleas de Rendición de Cuentas, en las que la escasez de agua es un tema recurrente
El pasado 10 de agosto, cuando se hicieron estas fotos, se estaba celebrando el Día de los trabajadores hidráulicos, y el acto central de la provincia se realizó precisamente en la planta potabilizadora de Nuevitas, una instalación inaugurada en el año 2001 con la capacidad de suministrar hasta 600 litros por segundo y que enfrenta ahora una reparación capital.
La prensa local informaba que ahora "se avanza para dejar listo el primer módulo de 300 litros por segundo", que además de surtir a la población satisface la demanda de una fábrica de fertilizantes, la termoeléctrica, la restauración y ampliación de la industria de cemento y el servicio a la red hotelera de Cayo Sabinal.
Los delegados de circunscripción ya no saben qué le van a responder a sus electores en las Asambleas de Rendición de Cuentas, en las que la escasez de agua y los salideros son un tema recurrente. "A mí se me cae la cara de vergüenza cada vez que paso por la calle Maceo y veo ese río de agua potable perdiéndose, con tanta gente que la necesita", comentó uno de estos delegados a un vecino que en plena calle le reclamaba por alguna solución al problema.
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