"¿Ya se sabe quién va a salir?", preguntan los cubanos en las colas

Los comicios presidenciales de EE UU despiertan un interés nunca visto en las calles de la Isla

Los habaneros están este martes más preocupados por los vientos políticos de Estados Unidos que por los que trae el huracán 'Eta'. (14ymedio)
Los habaneros están este martes más preocupados por los vientos políticos de Estados Unidos que por los que trae el huracán Eta. (14ymedio)
14ymedio

03 de noviembre 2020 - 22:08

La Habana/"¿Tú crees que los resultados estén antes del cañonazo de las nueve o que haya que esperar mucho?", pregunta a bocajarro un vecino a otro que acaba de salir del ascensor de un edificio de doce plantas en Centro Habana. El hombre, contrariado con la pregunta, tarda algunos segundos en darse cuenta de que le hablan de las elecciones presidenciales de este martes en Estados Unidos.

Si hasta hace unos días los debates en el parque que rodea al céntrico edificio estaban protagonizados por temas como la unificación monetaria, el coronavirus o la crisis económica que atraviesa Cuba, este 3 de noviembre parecen haber sido desplazados "por fuerzas mayores", al decir de una vecina. "En este barrio el que no tiene un hijo en Hialeah tiene un sobrino en Las Vegas", sentencia la mujer.

Un joven se acerca al grupo con un móvil en la mano y gesto de estar revisando las redes sociales. "¿Ya se sabe quién va a salir?", le cuestiona un anciano que añade "para algo tienen que servir los aparaticos esos". A pocos metros, en un desolado estanquillo de venta de periódicos, todavía a las ocho de la mañana ni siquiera ha comenzado a venderse el periódico Granma. "Nadie sabe qué va a pasar", advierte otro pensionado.

La Habana, que este martes amaneció bajo fuertes vientos y con cielo gris, es una ciudad volcada en la otra orilla, pendiente de lo que pasa a 90 millas de su territorio. La expectativa parece mayor que en comparación con otras elecciones estadounidenses, una pasión que pocos saben si adjudicarla al reciente acceso a otras fuentes informativas desde internet o a la polarización de los comicios en EE UU y sus repercusiones en la Isla.

"En este barrio el que no tiene un hijo en Hialeah tiene un sobrino en Las Vegas"

En una panadería de la calle Infanta, los nombres de los candidatos estadounidenses suenan un poco distorsionados. Nadie sabe muy bien cómo pronunciar ninguno de los dos, pero todos hablan de quién puede ser el próximo inquilino de la Casa Blanca. Lo hacen como quien siente que en esas cinco letras, sean cuales sean, les va la vida.

"Mi hija tiene mucho miedo, ella vive en Miami y piensa que con una segunda vuelta de Trump todo se puede poner muy malo aquí, pero yo le recuerdo que esta guantanamera sobrevivió al Período Especial y a otros malos momentos", explica a 14ymedio una mujer que espera para comprar los dos panes racionados que reciben ella y su nieto de 13 años.

"Cuando mi hija se fue le dije que no podía mirar atrás y ahora no quiero que vote allí pensando en lo que yo estoy viviendo aquí. Si se fue para ser libre es para ser libre, no para seguir cargando los problemas de aquí. Mi nieto y yo vamos a resolver, ya veremos cómo pero vamos a resolver", asegura. Un hombre mayor, cercano en el turno de la cola, aclara que "Trump no estaría mal pero que no cierre las remesas".

Pero las interrogantes que se escuchan en las calles mezclan pronósticos con deseos. "No te estoy preguntando quién tú quieres que gane sino quién tú crees que gane", advirtió un joven desde su bicicleta a un barbero en la calle Ayestarán mientras evitaba el tráfico, más colapsado que de costumbre debido a las restricciones de movilidad en varias avenidas afectadas por los árboles caídos o el peligro de inundaciones que han caracterizado la jornada.

En la ciudad profunda nada escapa a la apuesta. "Ya no aceptamos más", responde un banquero de La Víbora a un moroso cliente que solo este martes ha visto en la pugna entre demócratas y republicanos un filón para ganar algo de dinero. "Las apuestas están cerradas desde el sábado", puntualiza el apuntador, que, a media lengua, asegura que "los rojos, no los rojos que nosotros conocemos sino los otros rojos; están más apoyados".

Yo quisiera hacer como se hace en el fútbol: irme para una cafetería y pedir unas cervezas mientras en la pantalla vemos cómo van las votaciones, pero eso aquí todavía no es posible"

Las cadenas por WhatsApp y Telegram tampoco han faltado. Una avalancha de mensajes que llaman a convencer a los familiares en EE UU de que voten por uno u otro candidato, como si los vínculos familiares pudieran decidir el trazo sobre la boleta. Videos, "revelaciones", memes y advertencias se han juntado para colapsar las redes en una Isla donde el costo de la conexión a internet es inalcanzable para muchos.

"Lo que yo estoy esperando es que acabe de pasar este virus electoral porque me tiene loco", confiesa un joven con el nick de Black Warrior, un apasionado de los videojuegos que siente que los comicios han "añadido confusión, congestión en las redes y una polarización que me quita los deseos de entrar a mi cuenta de Facebook".

A pesar de las expectativas a flor de piel, la gente sabe que no puede manifestar mucho interés, a fin de cuentas es un tema tabú. "Yo quisiera hacer como se hace en el fútbol: irme para una cafetería y pedir unas cervezas mientras en la pantalla vemos cómo van las votaciones, pero eso aquí todavía no es posible", lamenta Walfrido, un residente en Nuevo Vedado que en la mañana fue a preguntar a un hotel cercano si iban a "transmitir en vivo las elecciones".

"El empleado tuvo que reírse pero esto no es de risa, aquí hay que parecer que a uno le importa pero no tanto", comenta Walfrido a este diario. "Si vestirse de rojo o de azul nunca ha importado mucho, este martes puede marcarte", añade. El joven, graduado de ingeniería informática pero actualmente desempleado, eligió un pulóver con una imagen de un burro para salir a la calle y mostrar sus simpatías. "Nadie se da cuenta, la gente cree que está informada pero está a mil millas".

Elefante o burro, quién sabe. La posibilidad de aplastar de uno o la callada laboriosidad de otro parecen preocupar o satisfacer por igual a los cubanos, aunque sigue habiendo muchos que ni siquiera saben que este martes se celebran las elecciones estadounidenses. "A mí que me importa, ni tengo familia allí ni nadie que me mande un dólar, yo todo eso lo veo como una película", opina Nicia, una señora de 81 años que recoge latas vacías en las cercanías del parque de la Fraternidad.

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