La falta de pienso obliga al sacrificio masivo en una empresa de genética porcina en Cuba

La medida amenaza con romper la cadena de reproducción y cría, además de poner en riesgo fondos europeos por producción de biogás

La empresa Genspor trabaja con seis genotipos raciales de cerdo, que van desde el Criollo, pasando por el Landrace, el Yorkshire y el Duroc, hasta llegar al CC-21 y el L-35. (14ymedio)
La empresa Genspor trabaja con seis genotipos raciales de cerdo, que van desde el Criollo, pasando por el Landrace, el Yorkshire y el Duroc, hasta llegar al CC-21 y el L-35. (14ymedio)
Natalia López Moya

26 de julio 2023 - 13:02

Santa Clara/El césped está recién cortado y alrededor de las naves de cría todo parece ordenado. Nada delata la crisis que se vive puertas adentro de la Empresa de Genética Porcina (Genspor) de Placetas, Villa Clara. La falta de alimento animal ha golpeado duramente la producción de cerdos que sirven de base para buena parte de las granjas estatales del centro de Cuba.

"Nos queda pienso para unos pocos días y ya desde La Habana nos orientaron que elijamos los mejores animales y al resto los sacrifiquemos", cuenta a 14ymedio uno de los reclusos que trabaja en esta Unidad Empresarial de Base de Genspor, accionista mayoritaria de la Sociedad Mercantil Ganaderías S.A.

El preso, que prefiere mantener su anonimato por temor a represalias, forma parte de las decenas de prisioneros que laboran en el centro de cría. Con una capacidad para más de 3.000 ejemplares, la unidad de Placetas es una de las mayores del país, de otras 14 que tiene Genspor, una de ellas dedicada a la logística y el transporte de los cerdos.

La entidad no solo comercializa ejemplares para la reproducción, sino que vende los desechos del proceso a otras empresas estatales que obtienen biogás a partir de ellos

"El problema no es solo que sin comida fallan todas la etapas de cría ahora, sino que luego, cuando tengamos alimento otra vez, nos va a ser muy difícil levantar la producción porque se habrá interrumpido la crianza", lamenta el trabajador, que purga una condena por robo con fuerza pero ya se encuentra al final de su tiempo en prisión y ha sido asignado a esta granja de trabajo.

La entidad no solo comercializa ejemplares para la reproducción, sino que vende los desechos del proceso a otras empresas estatales que obtienen biogás a partir de ellos. "Es una cadena que se rompe si no tenemos suficientes animales", añade el recluso. "Nos han dicho que no hay pronóstico de cuándo va a entrar, otra vez, pienso para los puercos, así que esto empieza ahora pero nadie sabe cuándo termina".

El proyecto de biogás, en el que se inserta Genspor, recibe fondos de la Unión Europea, unos recursos que podrían peligrar si la empresa no logra mantener el suministro de residuos para obtener energía en otras granjas, industrias y locales de Villa Clara.

En la nave principal, cuya fachada lleva el nombre de la empresa, se crían, además, 500 gallinas que correrán la misma suerte que los cerdos. Desde la capital cubana han dado luz verde a sacrificar buena parte de los animales ante la debacle en el suministro de alimento y ya han comenzado a venderlas a granjas de la zona para ser procesadas.

La empresa Genspor trabaja con seis genotipos raciales de cerdo, que van desde el Criollo, pasando por el Landrace, el Yorkshire y el Duroc, hasta llegar al CC-21 y el L-35. Hace poco más de un año, José Antonio Piña López, director general de la entidad, aseguraba que disponían del pie de cría necesario para garantizar la pirámide productiva, sin mencionar si tenían asegurados los alimentos para lograrlo.

En la unidad de crianzas de Placetas, ubicada en la finca La Pastora, en el batey Hermanos Ameijeiras, el pronóstico de Piña López no ha logrado cumplirse en sus amplias naves, donde se crían las variedades Yorkshire y Landrace. "Se trató de no parar la crianza. Se ha tenido que sustituir parte del alimento a los animales por otros productos, como yuca deshidratada, pero se ha llegado a un punto en que ni eso se puede garantizar", explica a este diario un graduado de la Universidad Central Marta Abreu que realiza el doctorado vinculado a la empresa.

"Cuando un lugar así tiene que reducir su masa porcina drásticamente por falta de alimento, todos salen afectados: el Estado y los productores privados"

"Este tipo de instalaciones son vitales para un país, para preservar su genofondo y mejorarlo, porque aquí se tienen en cuenta y se monitorean muchos factores: la resistencia al clima, a las enfermedades, la consanguinidad y también cuál variedad es mejor para ciertas producciones. Cuando un lugar así tiene que reducir su masa porcina drásticamente por falta de alimento, todos salen afectados: el Estado y los productores privados", sentencia.

En sus redes sociales, Genspor se anuncia como la "empresa líder en la producción de animales raciales, de alto valor genético, con más de 56 años de experiencia en la crianza en condiciones del trópico". En 2021, según sus directivos, la entidad entregó 23.000 hembras y 11.000 machos para la multiplicación de ejemplares en los sectores estatal y privado. Pero tras ese dato, las cifras de la empresa se vuelven muy opacas.

"Todo ha ido de mal en peor porque los animales no se están desarrollando bien", añade el académico. Si entre 2017 y 2020 disminuyó la obtención de carne de cerdo en bandas en un 36% en toda la Isla, los dos últimos años el desastre se ha profundizado aún más y el producto ha desaparecido de las tarimas de muchos mercados agropecuarios. "Los otros que conozco que también están haciendo el doctorado están muy desanimados con esto".

"En algunas zonas del país, como el oriente, se ha apostado por el cerdo criollo, de piel más oscura y que se adapta mucho mejor a una gran variedad de alimentos, pero el problema es que, aunque come de todo y es muy resistente, produce menos carne, porque es de porte pequeño y no gana mucho tamaño durante su vida", explica a este diario el estudiante de la Facultad de Ciencias Agropecuarias.

"Cuando se deteriora un proyecto de genética porcina, lo que está pasando en realidad es que se está cortando de raíz la posibilidad de revitalizar la producción a corto o mediano plazo de todo un país. Por ejemplo, los productores particulares que tuvieron que parar la crianza por falta de pienso ¿A quién le van a comprar los ejemplares genéticamente aptos para reiniciar su faena?", prosigue el joven.

"En la Facultad han pasado a los estudiantes de varios años a las clases por encuentro porque no hay comida para darles en el comedor de la universidad"

La falta de alimentos llega más lejos aún y "en la Facultad han pasado a los estudiantes de varios años a las clases por encuentro porque no hay comida para darles en el comedor de la universidad", añade la fuente.

En lugar del cerdo nacional, los mercados en divisas y los portales digitales destinados a que los emigrados compren productos a sus familias en la Isla, se han llenado de cortes de carne provenientes de la industria porcina brasileña, española, mexicana y estadounidense. Una libra de bistec de animales criados en Cuba supera los 500 pesos en los pocos locales que aún la comercializan, mientras que las tiendas online venden esa misma cantidad por más de seis dólares.

"El temor que tenemos los presos que trabajamos en esto es que tengamos que volver a la prisión y ya no tenga sentido tenernos aquí, porque casi no hay cerdos para criar", advierte el recluso que labora en la Empresa de Genética Porcina de Placetas. "Ellos son los que nos permiten un respiro y yo prefiero estar aquí rodeado de pestes que en una celda".

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