La Seguridad del Estado acosa a los estudiantes y activistas que protestan por el ‘tarifazo’

La Habana/El régimen cubano ha intensificado, durante las últimas horas, el acoso contra la protesta estudiantil desatada por el tarifazo de Etecsa. Mientras los voceros de la propaganda oficial hablan de “diálogo” y “normalidad”, el aparato estatal ha desplegado su brazo represivo con la complicidad activa de autoridades académicas y de la dirección de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), organización secuestrada por la Unión de Jóvenes Comunistas. 

En redes sociales, circulan videos en los que varios alumnos denuncian la presencia de agentes de la Seguridad del Estado dentro de las universidades. 

Funcionarios del Ministerio del Interior han citado en los últimos dos días a estudiantes, visitado sus hogares, inspeccionado dormitorios universitarios y obligado a administradores de grupos digitales a cerrarlos. Uno de ellos, en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV), fue forzado a leer una “rectificación de actitud” ante sus compañeros para evitar sanciones mayores. En la Cujae habanera, el grupo estudiantil más activo desapareció del mapa digital tras la visita “no oficial” de dos hombres vestidos de civil. Desde Holguín, una joven profesora denuncia —bajo anonimato— que su familia teme por su seguridad, tras recibir la visita de dos oficiales de la contrainteligencia en su propia casa. 

No todos están dispuestos a renunciar a sus demandas

Muchos estudiantes prefieren no firmar sus denuncias ni comunicados, por temor a represalias directas. Algunos graban con disimulo las intervenciones de agentes y funcionarios, y luego hacen llegar esos materiales a influencers o medios independientes. A pesar del miedo cultivado durante décadas y de la presión institucional, no todos están dispuestos a renunciar a sus demandas. 

Este lunes, una parte del estudiantado de la UCLV publicó una declaración en la que denuncian censura institucional, complicidad de los representantes de la FEU, opacidad en las negociaciones, así como el intento de criminalizar la protesta pacífica mediante un “clientelismo institucional”, es decir, “premios” para quienes delaten a sus compañeros. Exigen el fin inmediato de la impopular medida de Etecsa y la retirada de los agentes de la Seguridad del Estado de los campus. El comunicado concluye con una frase rescatada del político republicano Eduardo Chibás: “Vergüenza contra dinero”. 

Miryorly García Prieto, activista solidaria con el movimiento estudiantil, recibió este martes una citación policial

Ni siquiera quienes no participan directamente en las protestas han escapado de la maquinaria represiva. Miryorly García Prieto, activista solidaria con el movimiento estudiantil, recibió este martes una citación policial con apenas 45 minutos de antelación. El documento, firmado por un capitán de apellido Martínez y nombre ilegible, rebosaba de errores: desde datos personales incorrectos hasta el uso de la palabra “compadecer” en lugar de “comparecer”.

Su “entrevista” fue atípica. Debía ser recibida por un capitán de la policía política, pero la interrogó un mayor de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) que supuestamente sabía muy poco sobre ella. El mayor, visiblemente alterado, la amenazó con acusarla por replicar “información falsa”, refiriéndose a los comunicados de estudiantes compartidos por la activista. También mencionó el delito de “desobediencia”, sin aclarar más detalles.

Una denuncia similar provino del activista Raymar Aguado Hernández. Alrededor de la 1:30 p.m., el jefe de sector de la PNR en la barriada de Cayo Hueso, identificado como Oribel Díaz, lo amenazó con “sufrir consecuencias” si no se presenta este miércoles en la estación de Zanja y Dragones. El oficial no especificó los motivos de la citación.  

Varios agentes de telecomunicaciones han devuelto sus licencias como cuentapropistas

El impacto de la represión contra las protestas se ha hecho notar también en el universo digital. Entre el 4 y el 6 de junio, etiquetas como #InternetParaTodos y #NoAlTarifazo alcanzaron altos niveles de actividad. Sin embargo, a partir del día 8, muchos canales fueron cerrados o silenciados. Las publicaciones con estos lemas cayeron no por apatía, sino debido a la represión y los altos costos de la navegación web implementados desde el pasado 30 de mayo.

El golpe económico de las nuevas políticas de Etecsa —limitando recargas nacionales para privilegiar las internacionales en divisas— se ha sentido con fuerza en toda la Isla. Varios agentes de telecomunicaciones han devuelto sus licencias como cuentapropistas ante la drástica caída de ingresos, según contó uno de ellos a 14ymedio. Las mipymes, por su parte, intentan contener la sangría de seguidores en redes sociales ofreciendo consejos para ahorrar datos móviles, aunque las visitas a sus canales continúan disminuyendo y las bajas de clientes no paran de aumentar. 

Algunos ya se atreven a bautizar los sucesos como “la primavera de los datos”

Mientras tanto, el régimen cubano despliega una estrategia represiva que busca deshacer la unidad entre los estudiantes, además de acusar a los exiliados y a Washington de estar detrás de las protestas. Pero esta vez algo parece haberse movido. La fractura entre el poder y el estudiantado se ha hecho visible. La solidaridad con quienes protestan ha llegado incluso desde sectores de la izquierda internacional que hasta hace poco defendían al Gobierno cubano sin fisuras. Algunos ya se atreven a bautizar los sucesos como “la primavera de los datos”.