Sherritt registra pérdidas en el níquel y debe importar personal técnico extranjero en Cuba
Minería
El empresario William Pitt señala que Canadá mandará ayuda alimentaria para mejorar la imagen de la compañía en las zonas donde opera
Holguín/El desplome de la minería de níquel y cobalto en Cuba avanza sin freno, con consecuencias directas tanto en la economía de la Isla como para la canadiense Sherritt International, su socio histórico en la extracción de minerales. Según su más reciente reporte trimestral, la compañía experimenta pérdidas multimillonarias, una reducción drástica en la producción, y recortes importantes en su fuerza laboral en Canadá, mientras las condiciones operativas en el país se deterioran.
Los ingresos de Sherritt en el segundo trimestre de 2025 cayeron a 43,7 millones de dólares, desde los 51,4 millones del mismo período de 2024
Pitt Wasmer es el miembro de una de las familias propietarias de minas confiscadas por el Gobierno cubano en 1960
El empresario William Pitt Wasmer, heredero de una de las familias propietarias de minas confiscadas por el Gobierno cubano en 1960, compartió con 14ymedio un análisis detallado sobre la crisis que atraviesa la industria del níquel en la Isla. El documento revela que la producción de sulfuros mixtos –base para el refinamiento de níquel y cobalto– no cumplió las expectativas debido al empeoramiento de las condiciones en el territorio cubano. Las medidas de presión renovadas por parte de EE UU, la escasez de mano de obra calificada y los apagones frecuentes han contribuido en la degradación de los resultados.
La situación llevó a Sherritt a despedir más del 10% de su personal en Saskatchewan (Canadá), donde opera la planta refinadora, y otro 10% en su oficina corporativa de Toronto. También se ha reducido la cúpula ejecutiva, de siete a cinco miembros, y se han pospuesto varios planes de expansión tanto en Cuba como en Canadá.
Tras estos anuncios, el valor de las acciones cayó un 3,45%, cerrando en 0,14 dólares canadienses, muy cerca de su mínimo en las últimas 52 semanas (0,12). Esta cifra representa una caída del 63% respecto al año anterior, reflejo del deterioro sostenido.
Las sanciones ambientales en Indonesia y el cierre de operaciones en el Congo podrían reducir la competencia global
Sherritt revisó a la baja sus previsiones de producción para 2025, de 33.000 a 27.000 toneladas de níquel, y de 3.600 a 3.000 toneladas de cobalto. Aun así, la empresa se aferra a un moderado optimismo, basado más en factores externos que en mejoras locales. La imposición de sanciones ambientales en Indonesia y el cierre de operaciones por condiciones laborales en el Congo podrían reducir la competencia global, y con ello ofrecer un respiro.
La compañía ha admitido, por primera vez en términos directos, que la situación en Cuba es crítica. La falta de trabajadores capacitados ha obligado a importar técnicos desde fuera para garantizar el mantenimiento en la mina de Moa, mientras la inestabilidad eléctrica ha obligado a operar con recursos limitados. Sherritt mantiene su capacidad propia de generación, pero la disponibilidad de diésel y gasolina sigue siendo incierta, y un paro total del sistema afectaría gravemente el proceso químico de refinamiento.
Los ingresos por níquel bajaron un 15% en precios y 14% en volumen
La situación perjudica no solo a la planta Pedro Soto Alba, en Moa, sino también a las operaciones en Punta Gorda y la planta Comandante Ernesto Che Guevara, donde se ha recurrido incluso a estudiantes universitarios para cubrir puestos técnicos.
Los ingresos por níquel bajaron un 15% en precios y 14% en volumen. El cobalto reportó un aumento del 27% en precios, pero no logró compensar las pérdidas por menor volumen. Según Yasmin Gabriel, directora financiera de Sherritt, los ingresos combinados fueron menores principalmente por la baja en las ventas de níquel, lo que ha empujado a la empresa a una política agresiva de contención de costos.
La disponibilidad de gas también ha sido limitada por problemas en los pozos de extracción
En el sector eléctrico, las plantas operadas por Sherritt en consorcio con Energas continuaron enfrentando contratiempos. En particular, la planta de Varadero funcionó con control de frecuencia para estabilizar la red nacional, lo que redujo la producción, aunque mantuvo ingresos estables gracias a compensaciones pactadas. No obstante, la disponibilidad de gas también ha sido limitada por problemas en los pozos de extracción.
En paralelo, el Gobierno canadiense anunció que contribuirá con ayuda alimentaria a más de 78.000 personas en zonas donde Sherritt mantiene operaciones energéticas y mineras en la Isla. La decisión levanta preguntas: ¿por qué ahora? ¿Por qué justo en estas localidades? Pitt Wasmer sugiere que Ottawa busca amortiguar el rechazo social hacia Sherritt por los efectos contaminantes de sus actividades, y evitar una mayor erosión de la imagen canadiense entre la población cubana.