"Ni siquiera es arroz de Sancti Spíritus", se quejan los clientes por los altos precios del producto

La cosecha de 2023 no tendrá buenos resultados, pues se sembró menos de la mitad de las 140.000 hectáreas previstas a nivel nacional

Es casi imposible comprar arroz sin dormir la noche anterior en los portales de los puntos de venta, para alcanzar un número en la cola. (Escambray)
Es casi imposible comprar arroz sin dormir la noche anterior en los portales de los puntos de venta, para alcanzar un número en la cola. (Escambray)
14ymedio

10 de febrero 2023 - 19:09

La Habana/Las autoridades de Sancti Spíritus esperan que un milagro salve el suministro del arroz para las familias cubanas este 2023 porque no "hay respaldo para venderlo de forma liberada, sistemática ni estable", advirtió Ricardo García Hernández, coordinador de Programas y Objetivos del gobierno provincial, en una entrevista publicada este jueves por Escambray.

El funcionario adelantó que la mesa de las familias espirituanas estará desprovista de este alimento en "buena parte del mes", al tiempo que lanza una advertencia más dura: "Tampoco se prevé una mejoría para el año".

Jorge, un estibador de los almacenes provinciales interrogado por 14ymedio, afirma que la situación no es "normal" y que "no debería estar pasando", puesto que Sancti Spíritus se caracteriza por su producción arrocera. La explicación está en una nueva estrategia administrativa: "La misión es reponer el arroz de la reserva central, que está prácticamente en cero", asegura.

Lo sensato, comenta Jorge, sería equilibrar la producción: poner la mitad en venta y guardar lo demás. "El resultado es que el precio del arroz sube diez pesos cada tres o cuatro días. Y eso es cuando se encuentra algo", lamenta. Solo en puestos de venta, como el de Kilo 12 o en los Trinitarios, se puede comprar. Eso sí, a 140 pesos la libra y después de hacer una cola descomunal.

"El resultado es que el precio del arroz sube diez pesos cada tres o cuatro días. Y eso es cuando se encuentra algo", lamenta

"Ni siquiera es arroz de Sancti Spíritus", se queja el almacenero a este diario, que garantiza que, sin embargo, la provincia sigue produciendo, aunque las cantidades actuales no se comparan a las de antaño y no son suficientes para el abasto local. "El fin de semana van a venderlo a 45 pesos en ciertas placitas de la ciudad", adelanta, pero aclara que será casi imposible adquirirlo sin dormir la noche anterior en los portales de los puntos de venta, para alcanzar un número.

La situación es "crítica", coincide el coordinador García Hernández. La venta ha llegado a suspenderse en las ferias agropecuarias para llevar el poco suministro a los mercados populares, donde la mayoría de las familias "podrán adquirirlo más organizadamente y hasta donde alcance".

El funcionario insiste en que el poco arroz que se compró a los productores no satisface para nada la demanda, por lo que el Gobierno también decidió concentrarlo en los municipios de Sancti Spíritus y Trinidad, que tienen la mayor tasa de población de la provincia, desde donde se controlará la venta de 10 libras por cada núcleo familiar. Aunque Escambray reconoce que las familias pueden adquirir el grano en hasta 130 pesos la libra en el mercado informal.

García Hernández es de la idea de retomar la siembra de arroz popular, como era "hace unas décadas", donde los campesinos cultivaban con métodos tradicionales para el consumo familiar y el excedente se entregaba a los centros de acopio para la venta libre. Pero esto depende de que los productores cuenten con financiamiento y se garantice el suministro de insumos agrícolas, en un momento donde la Isla se enfrenta a un duro déficit de fertilizantes y herbicidas.

"La provincia no puede desarrollar las plantaciones del grano" y en los últimos años las bases productivas disminuyeron porque "se garantizaba la venta liberada en ferias y mercados"

"La provincia no puede desarrollar las plantaciones del grano" y en los últimos años las bases productivas disminuyeron porque "se garantizaba la venta liberada en ferias y mercados". Además se contaba con el suministro de la Arrocera Sur del Jíbaro, que este año ha estado casi paralizada, agregó el coordinador.

La producción arrocera, como la mayoría de los sectores agrícolas, se ha desplomado en Cuba y cada vez depende más de las importaciones. En 2022, la cosecha quedó en 120.000 toneladas, lejos de las 700.000 necesarias para el consumo nacional.

Oslando Linares Morell, director de la División Tecnológica de Arroz del estatal Grupo Empresarial Agrícola, declaró al diario Granma en enero pasado que la demanda para este año se sitúa en 600.000, una drástica reducción desde la cifra estimada en 2022 y que puede atribuirse a un alivio tras la salida masiva de más de un cuarto de millón de cubanos en los últimos 12 meses.

El Gobierno cubano estima que para el autoabastecimiento se tendrían que sembrar 200.000 hectáreas anuales, con un rendimiento de seis toneladas por hectárea y una producción de 1.200.000 toneladas de cereal húmedo.

Pero la producción inicia con pie izquierdo y Linares Morell señaló que los planes de cosecha para 2023 "son bastante bajos" con un 40% del plan previsto, es decir, que solo se lograron sembrar 68.000 de las 140.000 hectáreas previstas a nivel nacional.

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