El tanque de la prosperidad
El tanque de agua indica un rasgo de leve prosperidad en medio de la miseria
La Habana/Derrumbes y demoliciones van dibujando en el paisaje urbano de la capital un retrato de abandono y desolación. Las pinceladas del tiempo no logran borrar la huella que las vivencias humanas dejaron en los muros carcomidos. Sin embargo, la vida continúa y la necesidad de solucionar las necesidades cotidianas moviliza la inventiva.
Esa institución conocida como “el tanque de agua” preside azoteas y balcones. Nadie puede quedarse colgado del suministro que en las sofocadas redes hidráulicas llega a los hogares durante unas horas cada día y, en muchos casos, algunas veces por semana.
Con su tapa correcta para impedir los criaderos de mosquitos, el flotante que regula el llenado, un respiradero que permite un buen flujo de salida, el tanque indica un rasgo de leve prosperidad en medio de la miseria. Es como un anuncio lumínico que atrae las miradas, la codicia y las envidias. Conectada a él hay una “familia con recursos”, murmuran en el barrio.
Un turista que pasa no puede aguantar la tentación de llevarse la imagen en su cámara. Un bromista le hace creer que esa ruina es fruto “del último bombardeo imperialista”, pero lo que hipnotiza la mirada del visitante es el brillante tanque azul simbolizando la resistencia de un combate mucho más largo, la audaz respuesta de alguien que no se quiere dar por vencido.
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