Largas filas en las paradas de guagua en La Habana por falta de combustible

Las restricciones de movilidad en la capital vigentes desde este lunes provocan un malestar generalizado

El transporte es, junto al suministro de alimentos, uno de los principales dolores de cabeza para los residentes de La Habana. (14ymedio)
El transporte es, junto al suministro de alimentos, uno de los principales dolores de cabeza para los residentes de La Habana. (14ymedio)
Juan Diego Rodríguez

17 de mayo 2021 - 21:07

La Habana/Los lunes son los días más difíciles para el transporte público en La Habana y el de hoy está resultando especialmente complicado. La movilidad en la capital cubana se ha visto reducida desde este 17 de mayo debido al déficit de combustible, un recorte que ha provocado largas filas en las paradas y un malestar generalizado.

El transporte, junto al suministro de alimentos, es uno de los principales dolores de cabeza para los residentes de esa urbe con más de dos millones de habitantes donde por décadas el moverse de un lugar a otro ha sido un problema, ya sea por la falta de combustible, el deterioro de los vehículos o, últimamente, las restricciones impuestas por la pandemia.

"Salí para tratar de llegar al trabajo pero finalmente tuve que llamar para decir que no iba a poder ir", explica a este diario Luisa María, de 65 años y trabajadora de un comedor estatal cerca del Capitolio. La empleada reside en Alamar, una barriada en La Habana del Este que tradicionalmente ha sufrido las deficiencias del transporte. Considerada una ciudad dormitorio, este lunes ha sido particularmente complicado en la zona.

"Trabajo en un sector priorizado, porque cocinamos para muchas personas viejitas que van a almorzar al comedor nuestro y no tienen otro lugar donde alimentarse, pero hoy dos compañeras de trabajo y esta servidora no hemos podido llegar"

"Trabajo en un sector priorizado, porque cocinamos para muchas personas viejitas que van a almorzar al comedor nuestro y no tienen otro lugar donde alimentarse, pero hoy dos compañeras de trabajo y esta servidora no hemos podido llegar por el tema del transporte", explica Luisa María. "La otra opción era coger un almendrón, pero ya a estas alturas del mes no queda dinero para eso".

En el municipio de Diez de Octubre las multitudes en las paradas eran mayores que días atrás. "El chofer del taxi privado en el que tuve finalmente que trasladarme dijo que varios clientes que había recogido esta mañana era gente que se frustró esperando la guagua y al final tuvo que terminar en los carros privados".

"Así es muy difícil mantener el límite de pasajeros que tenemos establecidos por la pandemia", se queja el conductor de la ruta 54, que va de La Habana Vieja a Lawton. "La gente no entiende, les digo que no pueden subir más porque es lo que está orientado pero prefieren arriesgarse. Yo soy chofer no policía".

Varias de las personas que esperaban en la parada, ubicada en una estrecha acera y sin resguardo del sol, portaban cajas o bolsas pesadas esta mañana. A través del transporte público se mueven mercancías de un municipio a otro, en un momento en que los productos básicos escasean y el desabastecimiento obliga a trasladarse más para hacer compras.

"Se me descongela el pollo si la guagua no llega en la próxima hora", lamenta una señora con una bolsa de nailon en la que lleva un paquete de muslos congelados. "Marqué en la cola anoche y hoy fui de las primeras en comprar, porque mi hermana que vive en este barrio me avisó, pero ahora se me ha trabado el paraguas con el transporte de regreso".

Desde enero pasado y con el repunte de casos de covid-19 en la capital cubana, las autoridades decidieron suspender el transporte público entre las 9 de la noche y las 5 de la madrugada. También se reguló el aforo de los vehículos: los pasajeros pueden ocupar todos los asientos pero el límite es de hasta 30 pasajeros de pie en ómnibus articulados, 20 en ómnibus rígidos y solo 10 en ómnibus de menor formato.

"La gente se queja, pero lo que está pasando en otras provincias es que está suspendido todo el transporte público; los habaneros siguen siendo privilegiados", asegura el acompañante de un paciente oncológico que ha debido trasladarse hasta la capital cubana para seguir el tratamiento.

"La gente se queja, pero lo que está pasando en otras provincias es que está suspendido todo el transporte público; los habaneros siguen siendo privilegiados"

"En Cienfuegos, de donde nosotros somos, han suspendido todo el transporte desde hoy. Tuvimos suerte de poder salir a tiempo y ahora llevamos más de una hora en esta parada y no hemos podido movernos hacia El Vedado, que es donde tenemos la consulta", cuenta el cienfueguero en las cercanías del cine Mónaco en Santo Suárez.

En Cienfuegos, que registra actualmente el número más alto de contagiados desde que comenzó la pandemia, las autoridades anunciaron que a partir de este lunes "se paraliza el transporte público que incluye la comunicación entre municipios y los medios de traslado alternativos como mototaxis, coches, bicitaxis y máquinas de alquiler".

Algunos creen que la restricción del transporte capitalino, aunque motivada por la falta de combustible, puede contribuir a frenar nuevos casos de covid-19. "Lo que tienen que hacer es cancelar toda la movilidad y que no haya ninguna ruta en funcionamiento, solo la transportación vital para la salud y la economía", dice un pasajero en la parada frente al Parque Maceo de Centro Habana.

Sin embargo, este tipo de opiniones no son bien recibidas por quienes consideran que un cierre total del transporte agravaría la búsqueda de alimentos, ya de por sí complicada. "Se ve que usted no es el que cocina en su casa, porque si fuera el que se debe ocupar de buscar y hacer la comida seguro no pensaría así", respondía una pasajera a la propuesta.

Con la demora de la guagua, la parada se convirtió por largos minutos en un pequeño parlamento con voces encontradas sobre la pertinencia de mantener el transporte público funcionando. "¿Y le van a decir a los jefes que no nos pasen la raya roja cuando lleguemos tarde?", preguntó un joven que intentaba llegar al municipio de Playa.

"Mi jefe tiene el carro de la empresa pero yo no, yo tengo que usar el transporte. Se ve que esto no afecta por allá arriba", lamentaba. "Parece una broma porque hace poco nos decían que Japón había donado guaguas muy modernas pero ahora no hay combustible para echarlas a andar. Cuando no falta una cosa falta la otra".

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