"Esa alma del pueblo herida es lo peor que ha dejado el castrismo"

El padre José Conrado Rodríguez presenta en Miami su libro 'Sueños y pesadillas de un cura en Cuba'

El padre José Conrado Rodríguez (al centro) durante la presentación de su libro en el Museo Americano de la Diáspora Cubana, acompañado por Manuel Salvat y Myriam Márquez. (14ymedio)
El padre José Conrado Rodríguez (al centro) durante la presentación de su libro en el Museo Americano de la Diáspora Cubana, acompañado por Manuel Salvat y Myriam Márquez. (14ymedio)
Mario J. Pentón

27 de octubre 2017 - 16:03

Miami/"La Iglesia Católica de Cuba tiene un futuro de esperanza porque a pesar de las fuerzas que han querido sembrar el odio en la nación cubana siempre ha triunfado el amor". Este fue el mensaje central del padre José Conrado Rodríguez, presbítero de la iglesia de San Francisco de Paula en Trinidad, durante la presentación este jueves en Miami de su libro Sueños y pesadillas de un cura en Cuba.

"Esa es la gran victoria de Cuba y de los cubanos: nos quisieron separar, nos apartaron físicamente, pero jamás pudieron arrancarle a este pueblo el amor. Nos amábamos, nos amamos y nos seguiremos amando a pesar de todo el aislamiento y la siembra de desconfianza. El amor ha vencido", dijo emocionado el sacerdote.

El anfiteatro del Museo Americano de la Diáspora Cubana resultó pequeño para las más de 150 personas que acudieron a la presentación de un texto definido por el autor como "íntimo" por los pasajes que aborda relacionados con la historia de la Iglesia cubana de los cuales ha sido un testigo de primer orden.

"Llevo sobre mi pecho la cruz de los dolores de mi pueblo", dijo Rodríguez, recordando las palabras que pronunció en su primera eucaristía en la cual portaba una cruz hecha con la madera del presidio al que confinó el Gobierno revolucionario durante 10 años al sacerdote católico Miguel Ángel Loredo.

"Llevo sobre mi pecho la cruz de los dolores de mi pueblo", dijo Rodríguez, recordando las palabras que pronunció en su primera eucaristía

La génesis del libro, refleja la profunda polémica en torno a este hombre capaz de enfrentarse a las autoridades de la Isla y a sus propios pastores para pedir más libertad para el pueblo de Cuba.

"No es un libro coherente. Son momentos diferentes y eso quiero que quede claro", dijo Rodríguez. La idea de hacer el libro surgió tras una petición de un profesor del Instituto San Gimignano en Italia especializado en sociología religiosa, quien anteriormente había pedido un análisis de la situación de la Iglesia en Cuba al cardenal Jaime Ortega. El contraste entre la experiencia de Ortega y Rodríguez llevó al catedrático a buscar la visión de un cura de pueblo para confrontarla con la del purpurado.

"Mi vocación como sacerdote es servir a los más pobres y los más necesitados, aquellos a los que se les vira el rostro porque se comprometen", recordó el cura, quien en 1994 escribió una carta abierta al gobernante cubano Fidel Castro y en 2009 hizo lo mismo con su hermano Raúl.

"La crisis económica afecta a todos los hogares y hace que las personas vivan angustiosamente preguntándose: ¿Qué voy a comer o con qué me voy a vestir? ¿Cómo conseguiré lo más elemental para los míos? Las dificultades de cada día se tornan tan aplastantes que nos mantienen sumidos en la tristeza y la desesperanza", decía la carta enviada a la Plaza de la Revolución y que nunca recibió respuesta.

El libro Sueños y pesadillas de un cura en Cuba comienza con un prólogo de Felipe J. Estévez, obispo de San Agustín, en Florida. El prelado elogia la "fidelidad creativa" del sacerdote cubano en los años de dura persecución contra la fe católica que siguieron al triunfo revolucionario en 1959.

"El hacer puentes entre personas, instituciones, diversos puntos de vista, ser lugar de encuentro para los diversos, desde su ser de sacerdote de Cristo ha sido y es parte esencial de su vida", indica el obispo.

A continuación Rodríguez presenta un panorama de "la Cuba de los hermanos Castro" durante sus cuarenta años de sacerdocio a lo que siguen sus reflexiones sobre la necesidad de reforma de la Iglesia cubana y un proyecto para ello. El libro también cuenta con tres entrevistas sobre la necesidad de esta institución religiosa en la Isla de ser más audaz y algunas reflexiones en torno a la situación del país en el momento actual.

"Este libro dice cosas muy graves. Entre ellas la desesperanza aprendida, tal vez el mal peor de los cubanos en este momento. El sentir que no pueden hacer nada por cambiar sus vidas", dijo durante la presentación la directora del Museo Americano de la Diáspora Cubana, Ileana Fuentes.

"Esa alma del pueblo herida es lo peor que ha dejado el castrismo", añadió.

“Este libro dice cosas muy graves. Entre ellas la desesperanza aprendida, tal vez el mal peor de los cubanos en este momento. El sentir que no pueden hacer nada por cambiar sus vidas”

El editor del texto, Manuel Salvat, resaltó lo autobiográfico del libro. "Este es un sacerdote que ha estudiado mucho y está muy bien informado. Todo lo pone al servicio de Dios y de su pueblo. Este libro es una herramienta esencial para conocer el presente y el futuro de la patria", apostilló. "En este pueblo difícil que es el Miami cubano todos lo quieren", dijo visiblemente emocionado. Lo recaudado por las ventas del libro irá destinado a reparar la iglesia de San Francisco de Paula y a cubrir necesidades materiales de los feligreses en Trinidad.

Por su parte la exdirectora de el Nuevo Herald Miriam Márquez señaló que la primera y única vez que el Gobierno cubano la dejó entrar a la Isla el padre Conrado le permitió ver la realidad de la Isla más allá de lo que el oficialismo mostraba.

Para Jorge Graña, productor de EWTN y exseminarista en Santiago de Cuba, Rodríguez representa el profetismo en la Iglesia de Cuba. "Profeta no es el que predice el futuro, sino el hombre de la verdad, quien lleva la voz en su corazón y consuela y alienta al pueblo. Ese es José Conrado", dijo.

"Mucho antes de que el papa Francisco pidiera que los pastores tuvieran olor a oveja, José Conrado salía a las periferias y sentía el dolor del pueblo. Las ovejas saben quién es su pastor y por eso lo siguen tantos", añadió.

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