"Al cubano le gusta lo prohibido"

Rolando Lorenzo León produce un programa distribuido en el 'paquete' enfocado en la vida y los negocios privados de la Isla

Q Manía TV
Rolando Lorenzo León, productor de Q Manía TV. (14ymedio)
Luz Escobar

22 de septiembre 2016 - 10:46

La Habana/Se confiesa "hijo de la televisión" pero también reconoce que Cuba se "ha quedado un poco atrás" en las últimas décadas en la innovación y calidad de ese medio. Para recuperar el camino, Rolando Lorenzo León ha creado un programa de entretenimiento enfocado en la vida de los artistas y los negocios del sector privado que circula de manera alternativa a través del paquete.

Esta semana ha hablado con 14ymedio sobre Q Manía Tv, la producción que absorbe todas sus energías y sus sueños.

Pregunta. ¿Cómo nace la idea de este programa alternativo de televisión?

Respuesta. Q Manía Tv surge en mayo de este año a partir de Bola8 Tv, un proyecto anterior en el que estaba trabajando como productor general y que se distribuía por el paquete. Ese espacio solo duró un poco más de mes, pero alcanzó un rating tremendo y luego surgieron diferencias en el equipo y lo dejé. Tras la separación, decidí emprender mi propio proyecto. Quería demostrar que se puede hacer un gran programa, un buen producto, con pocas personas que sepan lo que tienen que hacer y sean profesionales.

"Si la televisión cubana me paga y no me censura, tendría mi programa ahora mismo llegando a los 11 millones de cubanos por un canal de la televisión nacional"

P. ¿Cuál es el enfoque de Q Manía Tv y con qué frecuencia aparece?

R. Partió de la idea de "qué manía" tienen los cubanos de saber lo que pasa con los artistas. Mi manía, o la manía de mi equipo, es que se enteren de a dónde van nuestros artistas y los artistas internacionales que eligen a Cuba como destino. El resultado es un producto con una identidad nacional, una factura bien pretenciosa, y dirigido al cliente cubano, a la familia cubana.

Comenzó como un proyecto de quince minutos con una frecuencia semanal. Hasta ahora ha tenido 10 ediciones y llegará a 12 en esta temporada. Faltan todavía dos por producir que ya están grabados, pero he tenido que distribuir mi tiempo en otros proyectos... porque tengo que vivir.

P. Eligió el paquete como principal camino de distribución.

R. Sí, salimos por ese canal alternativo al que muchos temen, otros odian y otros disfrutan. Si la televisión cubana me paga y no me censura, tendría mi programa ahora mismo llegando a los 11 millones de cubanos por un canal de la televisión nacional. No se trata de ser reaccionario ni contracorriente, sino de una factura, porque la televisión no se puede hacer con dos kilos.

P. Además de los artistas hacen un énfasis especial en los emprendedores.

R. Se pensó desde el principio en los negocios privados, también porque el programa lleva una producción y no soy millonario. Quería que el programa mostrara dónde ir a comer o arreglarse el pelo a partir de una producción limitada. Aunque el cuentapropismo cubano o las cooperativas no están preparadas para una publicidad estable. La gente ve el paquete como una publicidad pero la publicidad está en todos lados.

P. ¿A cuánto ascienden los gastos de la producción?

R. Un programa ideal de 27 minutos debería poder recaudar unos 1.000 CUC a la semana para costos de producción. La televisión cubana factura más de esa cantidad por cada emisión de un programa habitual. Nosotros llevamos cuatro meses al aire y facturamos en producción un cuarto de lo que vale un programa en la televisión cubana, que no tiene audiencia y lo que está es llenando un hueco en la parrilla.

P. ¿Tiene una idea del volumen de la audiencia?

R. Nos está viendo muchísima gente. Aunque tengo obras que hice trabajando en la televisión nacional, nunca recibí tanto del público. Es que al cubano le gusta lo prohibido.

P. ¿Qué problemas ha tenido durante las filmaciones en locales estatales?

R. Cuando comenzamos había mucho conflicto con el tema de los conciertos en lugares como La Casa de la Música, donde los directivos le temían al hecho de éramos un programa del paquete. Lo que hicimos fue establecer comunicación directa con los artistas y ellos nos grababan el concierto y luego nos pasaban las imágenes. Otros directivos entendieron que no había daño en el proyecto y que un lugar descomercializado no genera dividendos, así que nos facilitaron las cosas.

"Si se están abriendo las puertas para la música y el potencial humano es uno de los renglones más importantes de la economía cubana, la televisión no debe quedarse atrás"

P. ¿Aspira a colocar este producto en mercados internacionales?

R. Nos gustaría, y creo que eso es parte del desarrollo natural del momento histórico que estamos viviendo. Si se están abriendo las puertas para la música y el potencial humano es uno de los renglones más importantes de la economía cubana, la televisión no debe quedarse atrás. Noto un reverdecer del talento en este país que quiere decir cosas y no tiene que, para eso, perder su identidad ni sus raíces.

Sin embargo, si para estar en un canal internacional tengo que adaptarme a lo que no pienso ni creo, no estaré en ningún medio internacional.

P. ¿Llegará algún día este programa a la programación nacional?

R. Mi horizonte no tiene límite. No estoy en contra de estar en la televisión siempre que se adapte a mi manera de hacer y de decir. Pero es más factible que tomen mi programa y me lo plagien a que me lo paguen, porque hay gente con miedo a darle espacio a una figura joven.

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