El costo de una lesión

El jugador cubano Yulieski Gourriel. (Flickr)
El jugador cubano Yulieski Gourriel. (Flickr)
Víctor Ariel González

10 de abril 2015 - 16:10

La Habana/Nada menos que tres millones de dólares le ha costado a Yulieski Gourriel una lesión en el muslo. El club de béisbol Yokohama DeNa BayStars canceló el valioso contrato del cubano por no presentarse a tiempo para jugar en la actual temporada de la liga japonesa debido a lesiones sufridas durante la Serie Nacional de Béisbol de la Isla, en la que jugó con los Industriales de La Habana.

Gourriel habría tenido que incorporarse al equipo japonés a finales de marzo, pero prefirió quedarse en la Isla alegando que su dolencia requiere de un período lento de recuperación. "No entiende completamente lo que es un contrato", afirmó, según AFP, el gerente general del equipo, Shigeru Takad. El Yokohama DeNa BayStars envió incluso un emisario para constatar la dolencia de Gourriel e instarlo a que cumpliera su período de recuperación en el país asiático, una condición que estaba contemplada en el contrato entre el pelotero y el club. Tal vez no hubieran acontecido males mayores si Yulieski hubiese emprendido viaje.

Puede que se hubiese repuesto mejor disfrutando de la espectacular primavera en uno de los países más hermosos del mundo, así como de las excelentes condiciones de las instalaciones del Yokohama. Pero a pesar de esas garantías, el jugador residente en Cuba más mediático de los últimos años, y uno de los pocos privilegiados en la Isla que juegan además en el extranjero, no viajó.

La lesión que sufrió el jugador no sería lo más grave del reciente suceso, pues el Yokohama DeNa BayStars en principio habría accedido a hacerse cargo de este tipo de eventualidades. Lo extraño resulta que el cubano ni siquiera se tomó la molestia de intentarlo.

La Federación Cubana de Béisbol no tardó en calificar el desarrollo del proceso de despido como "respetuoso". También recalcó las "excelentes relaciones" entre la ya mencionada Federación y las organizaciones japonesas de este deporte.

Los asiáticos, sin embargo, declararon que este suceso no afectará contrataciones de otros cubanos. De hecho, esta misma semana aconteció el regreso del slugger granmense Alfredo Despaigne a tierras niponas. Otros nombres que figuran en los equipos japoneses son el jardinero espirituano Frederich Cepeda y el lanzador Héctor Mendoza de Isla de la Juventud, este último aún enfrascado en la pelea por darle el primer título nacional a su conjunto de casa.

El caso de Gourriel revela un problema frecuente en el béisbol cubano, donde no se deja tiempo a los jugadores para recuperarse de una dolencia o descansar

El caso de Yulieski Gourriel no es aislado y revela un problema bastante frecuente en el deporte en la Isla, donde no se deja tiempo a los jugadores para recuperarse de una dolencia o descansar. Su hermano Lourdes Jr., de 21 años, también firmó un contrato de dos años con el equipo japonés, pero renunció a viajar al país asiático con una lesión a la muñeca.

Debido a su participación en la liga cubana –no reconocida por medios oficiales como profesional–, donde el pago es muy inferior al de un contrato en la Liga japonesa, Gourriel dejó ir una valiosa oportunidad de jugar una temporada más en el extranjero y ganar mucho dinero. Si fue una decisión personal, en todo caso habría que respetar su elección, pero tampoco ha faltado quien tilde la actitud del cubano como una falta de profesionalidad.

El futuro de su carrera podría verse afectado por lo que parece una mala decisión. El jugador tiene 30 años y aún posee facultades para explotar su talento, aunque con lo acontecido entre él y el Yokohama se siente un mal precedente. Su caso debería servirle a varios compañeros suyos que en algún momento se vean en la disyuntiva: ¿darlo todo en Cuba, a riesgo de una lesión, y entonces perder el resto del año y un contrato jugoso? Se trata, sencillamente, de establecer prioridades.

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