"Soy un fundamentalista del optimismo: tarde o temprano la ciber-alfabetización va a llegar"

El investigador de cine Juan Antonio García Borrero ha sido víctima de la censura al intentar realizar una ciber tertulia en Camagüey

Juan Antonio García Borrero. (Sol García Basulto)
El investigador de cine Juan Antonio García Borrero. (Sol García Basulto)
Sol García Basulto

03 de noviembre 2015 - 13:52

El investigador de cine cubano Juan Antonio García Borrero ha sido víctima de la censura al intentar realizar una ciber tertulia en el popular Café Ciudad de la ciudad de Camagüey. La Oficina del Historiador no ha explicado las razones que la han llevado a suspender el encuentro y no se han hecho esperar los reclamos en el blog Cine cubano: La pupila insomne, que mantiene este crítico cinematográfico desde hace más de ocho años.

Pregunta. ¿Que iba a suceder en esta ciber tertulia?

Respuesta. Íbamos a ofertar un café en homenaje a uno de los documentalistas más importantes que tiene el cine cubano y quien además nació en Camagüey: Nicolás Guillén Landrián. También íbamos a hablar de La Tendedera, un servicio del Joven Club, y a celebrar un conversatorio con el director Jorge Luis Sánchez, realizador de la película Cuba Libre. Él iba a estar online aprovechando la conexión wifi. Queríamos exhibir un corto y, por último, se hablar sobre el consumo informal y lo que esto significa en la era de las nuevas tecnologías

P. ¿Qué objetivos tiene el proyecto?

R. Difundir la producción audiovisual de los realizadores camagüeyanos y de los estudiantes del Instituto Superior de Arte (ISA). Tenemos en nuestras manos herramientas poderosas tanto para la emancipación del individuo, como para que las instituciones tengan una proyección desde un punto de vista comunitario que esté a la altura de estos tiempos. Estamos en la era de la digitalización absoluta, ya se está utilizando en Cuba la wifi en diversos sitios públicos.

Hubiera sido una contribución a que esa ciudadanía que se está conformando desde un punto de vista cívico fuera ciber-alfabetizada, al igual que en su momento la campaña de alfabetización enseñó a todos a leer y a escribir

Sin embargo, las instituciones están con los brazos cruzados. No son capaces de establecer estrategias que ayuden a que eso que está ocurriendo de un modo informal en los diversos puntos de conexión que la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (Etecsa) ha habilitado les favorezca.

Por ejemplo, en el parque Agramonte la biblioteca provincial podría beneficiarse facilitando el servicio de lectura electrónica. En general, buscamos que se tome conciencia de que es posible desde las instituciones beneficiarse con la revolución electrónica en vez de ir en contra de las nuevas tecnologías.

P. ¿Cuánto esfuerzo se frustró al suspenderse el evento?

R. Habíamos conseguido una suerte de plataformas en las que iban a coincidir entes o instituciones que normalmente están separados, como es el caso de Etecsa, la universidad, la Oficina del Historiador, la empresa Santa María, etcétera. Que hubiéramos conseguido conciliar todos estos recursos y que de repente no se haya podido realizar la tertulia es un impacto negativo. Hay gente que me ha dicho: "bueno, ¿tanto esfuerzo para qué?".

Lo peor es la congelación de la idea de aprovechar estas herramientas de las que estamos hablando y que sigamos sin fomentar el uso creativo de estos dispositivos. Hubiera sido una contribución a que esa ciudadanía que se está conformando desde un punto de vista cívico fuera ciber-alfabetizada, al igual que en su momento la campaña de alfabetización enseñó a todos a leer y a escribir.

P. ¿Cuáles fueron las razones para cancelar la actividad?

R. No puedo explicar las razones por las cuales no se pudo realizar el proyecto porque no las tengo. Pero no pierdo la esperanza de que se materialice de un modo institucional en algún momento, pienso que más que censura debe ser autocensura dado que no existe todavía una preparación en los directivos fundamentalmente sobre cómo asumir este desafío.

La UNEAC pudo haber intervenido de alguna forma, por lo menos podría haber hecho esto que ustedes están haciendo: indagar sobre el porqué de la cancelación

Soy un fundamentalista del optimismo: tarde o temprano la ciber-alfabetización va a llegar. Lo que para nosotros puede parecer extraordinario, en el resto del mundo es algo absolutamente natural. Por eso puede resultar tan triste que las instituciones no se percaten de que tienen la oportunidad de trabajar con la conexión inalámbrica

P. ¿Entonces se ha conformado?

R. Soy optimista y espero que en algún momento el proyecto se materialice y además de la tertulia conformemos brigadas que vayan desde el parque Agramonte hasta los barrios periférico demostrando los beneficios de la tecnología. Lo importante es seguir insistiendo.

P. En uno de los artículos publicados en el blog, menciona que la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) fue una de las instituciones que más obstáculos puso a la ciber tertulia. ¿Cuáles fueron?

R. El más grave de ellos fue el hecho de no brindarnos su apoyo. Pudo haber intervenido de alguna forma, por lo menos podría haber hecho esto que ustedes están haciendo: indagar sobre el porqué de la cancelación.

P. ¿Tiene planes de futuro para llevar a cabo el encuentro?

R. Mejor no decirlos. Lo más importante es que la gente percibió que el proyecto puede ser realizado por cualquier persona o institución, y que no necesitamos grandes esfuerzos económicos para sugerir la idea de la utilidad de estos recursos que están siendo infrautilizados. Yo no me rindo, pienso que puede ser interesante para la institución, es decir, no considero la opción de hacerlo de una manera informal, con amigos, en paladares privados, porque me parece más interesante hacerlo desde la institución. Sobre todo teniendo en cuenta que se está diciendo en todo el país que hay que informatizar la sociedad y que hay que colaborar con que se tenga una opinión mucho más crítica sobre la tecnología.

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