“El Estado le teme al enriquecimiento de la gente”

Onel Vara Fernández mantiene una licencia de productor y vendedor de útiles del hogar en Camagüey. (14ymedio)
Onel Vara Fernández mantiene una licencia de productor y vendedor de útiles del hogar en Camagüey. (14ymedio)
Sol García Basulto

19 de noviembre 2016 - 13:13

Camagüey/Con una increíble habilidad para reciclar metales y plásticos, Onel Vara Fernández mantiene una licencia de productor y vendedor de útiles del hogar en Camagüey. Durante, los últimos 22 años este tenaz emprendedor ha vivido cada alta y baja del trabajo por cuenta propia en el país, una experiencia que comparte con los lectores de 14ymedio.

Pregunta. ¿Cómo recuerda el reinicio del sector privado en la década de los noventa?

Respuesta. El trabajo por cuenta propia o independiente, como se le debería llamar, ya tiene veintidós años, empezó en noviembre de 1994 con seis tipos de patentes. yo soy fundador del trabajo por cuenta propia, cuando yo empecé la patente que pagaba era de artesano.

P. ¿Eran bien vistos los trabajadores que optaron por esa modalidad no estatal?

En un principio, el trabajador independiente era visto como un disidente, un opositor. Nos dieron el nombre de “merolicos”

R. En un principio, el trabajador independiente era visto como un disidente, un opositor. Nos dieron el nombre de “merolicos”, por un personaje de una novela que se transmitía en aquel entonces. En esos tiempos todo lo que estuviera al margen del Estado era mal visto porque cuando triunfó la Revolución aquí desaparecieron hasta los limpiadores de zapatos. Pero he sido una persona a la que nunca le ha dado la gana de abandonar su país, al contrario, he preferido quedarme aquí para seguirlo defendiendo. Para mi la idea no es agredir, sino criticar al gobierno.

P. ¿Qué tipo de artículos produce?

R. Casi todo lo que se usa en una casa, desde cajas para instalación eléctricas y piezas de repuesto de algunos equipos, como propelas de lavadoras y poleas, hasta carretes de hilo.

P. ¿Recibió alguna preparación para hacer esta labor?

R. Mi trabajo no tiene nada que ver con lo que estudié que fue un técnico medio en Mecánica de Taller. Sin embargo todo lo que utilizo para mi trabajo lo hago yo mismo, desde herramientas y moldes hasta máquinas para fundir plásticos o rebobinar carretes, todo en sentido general. Lo hago no solo porque lo necesito, es que me gusta vivir haciendo cosas.

P. ¿Qué papel juega el trabajo por cuenta propia en la Cuba de hoy?

R. Del trabajo por cuenta propia vive un alto porciento de la sociedad. Además del trabajador oficial, también se benefician los ayudantes, los que venden el producto, y los familiares de ellos, hijos y ancianos.

P. ¿Considera usted que el Estado valora en su justa dimensión el trabajo de los cuentapropistas?

R. El Estado podría valorar más el trabajo de los emprendedores. He visto cajas eléctricas hechas fuera del país que dicen “Made in Italy”. Estas cajas eléctricas salen de los almacenes y organismos estatales, el Estado las importa pero no se diferencian mucho de las que yo hago. ¿Por qué ir a buscar a otro país estos productos, si tantos trabajadores independientes producimos este tipo de artículos? Los hacemos con la misma calidad y con plástico reciclado, que es más ecológico y económico. Pero el Estado le teme al enriquecimiento de la gente.

P. ¿Cree que la categoría de “productor vendedor de útiles del hogar define realmente su ocupación?

R. El término con que se define no me parece adecuado. Me considero más bien un orfebre, que es la profesión que encierra el trabajo manual. Antes pagábamos cien pesos por una patente de artesano que recogía casi todo lo que se podía hacer o vender, pero ahora se necesitan como cinco patente para hacer lo mismo, porque eso le da más ingresos a la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT). También le permite a los inspectores controlar más al trabajador. El Estado le teme al enriquecimiento de la gente.

P. ¿Qué papel jugará el sector privado en el desarrollo del país?

R. El futuro de este país está en el trabajador independiente, porque a pesar de que es perseguido por los inspectores, está menos al alcance del Estado y éste restringe la producción incluso en sus propias empresas. Pero el trabajador independiente no está en sus manos. Puedo trabajar de la manera que quiera, con cualquier materia prima y a la hora que quiera, eso me da un margen de creatividad más amplio.

Estamos también más al tanto de las necesidades de la gente. Eso es un punto a su favor, porque el Estado vive ajeno, aislado

Estamos también más al tanto de las necesidades de la gente. Eso es un punto a su favor, porque el Estado vive ajeno, aislado, pero el trabajador por cuenta propia sabe lo que se puede vender, porque es lo que necesita él mismo, su familia, su vecino, la gente que conoce.

P. ¿Y cómo les afecta el embargo de Estados Unidos en su trabajo?

R. El bloqueo es una estrategia política que usan los dirigentes de este país para justificar todo lo que hacen mal. Provocaron que el bloqueo se hiciera ley cuando derribaron las avionetas norteamericanas en 1992. Lo hicieron a propósito precisamente para eso, para tener un enemigo externo al que culpar. Sin embargo el bloqueo ha beneficiado al trabajador por cuenta propia. Gracias a que en Cuba no se ha vivido una sociedad de consumo es que se ha desarrollado el trabajador independiente.

En los países desarrollados la gente usa las cosas y luego las desecha, aquí hemos aprendido a vivir treinta años con una lavadora rusa. Cuando la lavadora se rompe el trabajador independiente es el que tiene las piezas. Hemos aprendido a ingeniárnosla y eso nos hace más fuertes. Cuando un trabajador independiente puede desarrollar su industria tiene todas las de ganar. Ahora solo falta que nos dejen hacerlo y eso no tiene nada que ver con el bloqueo de Estados Unidos.

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