
Opinión
El humor como exorcismo
Me acodé en la ventanilla con cuidado. El cristal tenía una rajadura que lo atravesaba y con cada sacudida parecía que iba a hacerse trizas. Unos minutos, una calzada por la que se desplazaba el ...
Me acodé en la ventanilla con cuidado. El cristal tenía una rajadura que lo atravesaba y con cada sacudida parecía que iba a hacerse trizas. Unos minutos, una calzada por la que se desplazaba el ...