Obama busca rebajar la división racial en ceremonia tras la masacre de Dallas

El presidente de EE UU y la primera dama, Michelle Obama, durante la ceremonia en Dallas junto a sus predecesores en el cargo, George y Laura Bush. (@WhiteHouse)
El presidente de EE UU y la primera dama, Michelle Obama, durante la ceremonia en Dallas junto a sus predecesores en el cargo, George y Laura Bush. (@WhiteHouse)
Alfonso Fernández

13 de julio 2016 - 10:53

Washington/(EFE).- El presidente de EE UU, Barack Obama, encabezó este martes la ceremonia de homenaje a los cinco policías asesinados en la matanza de Dallas del jueves pasado con un discurso en el que recalcó que los estadounidenses "no están tan divididos como parece" y recordó el "respeto" que merece el trabajo policial.

Obama, que acortó su viaje oficial a España un día tras la masacre de Dallas, acudió a la ciudad tejana acompañado de su esposa Michelle, y el vicepresidente estadounidense Joe Biden en un momento en el que el espectro de la agitación racial en el país ha vuelto a reaparecer.

"Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como parece. Estoy aquí para decir que debemos rechazar esa desesperación", afirmó Obama en un emotivo discurso en el que trató de remarcar los logros alcanzados en material racial las últimas décadas y urgió a potenciar los valores comunes.

"Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como parece. Estoy aquí para decir que debemos rechazar esa desesperación", afirmó Obama

Subrayó, además, la importancia vital del "peligroso" trabajo diario de la policía, puesto en duda por los últimos casos de abusos policiales contra minorías, especialmente la afroamericana.

"Una abrumadora mayoría de los agentes de policía merece nuestro respeto, no nuestro desdén", remarcó ante los aplausos de los asistentes al evento en la ciudad tejana.

Precisamente, la matanza de Dallas del pasado jueves se produjo cuando se estaba llevando a cabo una marcha en protesta contra recientes casos de violencia policial contra dos afroamericanos en Luisiana y Minesota, y que acabó en sendas muertes.

El principal sospechoso, Micah Xavier Johnson, de 25 años, aseguró durante su enfrentamiento con la policía, y antes de ser abatido, que su objetivo era "matar policías blancos".

La masacre de Dallas, que dejó cinco policías muertos y once heridos (9 policías y 2 civiles), es el suceso en el que mayor número de agentes de seguridad han fallecido en EEUU desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.

"La policía no espera que les den las gracias a menudo (...) Pero el estilo de vida de este país depende de su servicio. Ellos están respaldando los derechos constitucionales", sostuvo Obama, el primer presidente afroamericano de la historia de EE UU.

A continuación tenía previsto reunirse en privado con las familias de los cinco policías fallecidos.

Obama estuvo también acompañado por su predecesor en la Casa Blanca, el republicano George W. Bush, residente del área de Dallas y que en una de sus pocas apariciones públicas tras dejar la presidencia, en 2009, ofreció unas breves palabras.

"La policía no espera que les den las gracias a menudo (...) Pero el estilo de vida de este país depende de su servicio. Ellos están respaldando los derechos constitucionales", sostuvo Obama

"Hoy, la nación está de luto, pero aquellos que consideramos a Dallas nuestra casa, hemos perdido cinco miembros de nuestra familia", afirmó el cuadragésimo tercer presidente estadounidense.

"Cuando la mayoría de nosotros imagina que arriesgamos nuestra vida para proteger a nuestra esposo o esposa, estos agentes tomaron ese riesgo por desconocidos", dijo Bush, quien remarcó que el país debe buscar "la unidad de la esperanza" y "no la del dolor".

Durante el fin de semana se produjeron numerosas manifestaciones en diversas ciudades del país, que han dejado más de 300 detenidos, en protesta por la muerte la pasada semana de dos afroamericanos desarmados en Baton Rouge (Luisiana) y Falton Heights (Minesota).

Las marchas fueron convocadas por el movimiento Black Lives Matter (las vidas de los negros importan), surgido hace dos años tras la muerte de otro afroamericano en Ferguson (Misuri).

Las manifestaciones continuaron anoche y la protesta de Atlanta (Georgia), que fue una de las más numerosas, terminó con altercados y 16 detenidos.

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