Tensiones limítrofes de Venezuela y la paz en Colombia ocupan debates en la ONU

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se dirige a la Asamblea General de la ONU. (ONU/Kim Haughton)
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se dirige a la Asamblea General de la ONU. (ONU/Kim Haughton)

30 de septiembre 2015 - 03:12

Nueva York/(EFE).- Las tensiones de Venezuela con sus vecinos y el proceso de paz en Colombia surgieron este martes en la segunda jornada del debate de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, con el interés desplazado hacia otros contactos paralelos.

Los presidentes de Venezuela, Colombia, Surinam, Uruguay y la República Dominicana comparecieron hoy junto a los 29 jefes de Estado y de Gobierno ante la Asamblea General para hacer un repaso a su agenda nacional y a las preocupaciones que comparten.

El gobernante venezolano, Nicolás Maduro, se refirió en su discurso a las últimas tensiones fronterizas de su país con Colombia, y se mostró satisfecho de las gestiones realizadas para limar asperezas.

Maduro aseguró que junto al presidente colombiano, Juan Manuel Santos, se ha marcado "una ruta para despejar provocaciones, amenazas y ataques de paramilitares y de narcotraficantes contra Venezuela".

"La ruta va cumpliéndose. Puedo decir en este momento que tengo grandes expectativas positivas", añadió el presidente venezolano.

Pero otro el litigio fronterizo que tiene Venezuela con Guyana por la región de Esequibo no parece tan prometedor en cuanto a las soluciones que viene promoviendo la ONU en las gestiones de mediación entre los dos países.

Maduro y el presidente guyanés, David Granger, en una reunión con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, aceptaron el pasado domingo reinstalar a sus respectivos embajadores y trabajar para superar el conflicto por la zona de Esequibo.

"Queremos terminar con la agresión venezolana. Queremos desarrollar nuestro país, todo nuestro país, de acuerdo con la legislación internacional", dijo Granger

Este martes, en cambio, Granger utilizó la tribuna más importante de la ONU para denunciar las "agresiones" de su vecino y desarrollar una política de "intimidación y agresión" del Gobierno de Caracas.

"Queremos terminar con la agresión venezolana. Queremos desarrollar nuestro país, todo nuestro país, de acuerdo con la legislación internacional", dijo Granger en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.

La disputa fronteriza entre Venezuela y Guyana se reactivó a finales del pasado mes de mayo, casi en coincidencia con la asunción de Granger como presidente, después de que la compañía Exxon Mobil descubriera un yacimiento petrolero en las costas de Esequibo.

El litigio se remonta a la época en que Guyana era colonia británica y está bajo mediación constante de Naciones Unidas desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966 por ambos Estados.

Maduro, al aludir al tema en su discurso, agradeció a Ban la "diplomacia de la paz" que ha utilizado en su mediación con Granger y que "ha permitido canalizar exitosamente pasos para un reclamo histórico que tiene Venezuela desde 1835".

En medio de estas diferencias, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, intervino en el debate de alto nivel de la Asamblea General días después de que firmara con la guerrilla de las FARC un acuerdo clave dentro del proceso de paz que se desarrolla en Cuba.

"Hoy vengo a ratificar ante el mundo que, entre los más de 20 conflictos armados que subsisten en el planeta y que generan tanto dolor, pobreza y sufrimiento, hay uno, el de mi país, el de Colombia, que está en el camino final de una solución real", afirmó.

Y dijo que, si todo sigue su curso, el próximo año, cuando regrese a la Asamblea General lo hará "como presidente de una Colombia en paz, de una Colombia reconciliada".

"Han sido más de 50 años de guerra interna, en un país destinado al progreso y la felicidad, y estamos decididos a terminarla", afirmó el mandatario colombiano.

Las intervenciones en la Asamblea General quedaron eclipsadas por una cumbre para fortalecer la cooperación internacional con el fin de luchar contra el terrorismo de grupos radicales islámicos, convocada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama.

"Creo que lo que tenemos aquí hoy es la emergencia de un movimiento global que está unido por la misión de degradar, y en último, término destruir al Estado Islámico", dijo Obama en su discurso.

La cumbre contó con un gran ausente, Rusia, que envió a un funcionario de nivel medio al considerar que esa agenda debe llevarla a cabo el Consejo de Seguridad, el cual, de hecho, analizará mañana este mismo tema, a iniciativa rusa.

Además, en los pasillos de la ONU coincidieron hoy Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, en su segunda entrevista desde que ambos países decidieran impulsar una normalización de sus vínculos diplomáticos, después de medio siglo de desencuentros.

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