Del abandono de Trump por Irán a la bronca de Lula: momentos clave de la Cumbre del G7

Canadá

El evento concluye con dudas sobre el consenso con EE UU en temas clave, como Ucrania

Foto de familia de la cumbre del G7 en Canadá.
Foto de familia de la cumbre del G7 en Canadá. / Europa press
EFE

18 de junio 2025 - 09:06

Kananaskis/La Cumbre del G7 en Kananaskis (Canadá) concluyó este martes tras dos días de reuniones y un acuerdo unánime contra la escalada de las tensiones entre Israel e Irán, asunto que marcó el encuentro y que llevó al presidente estadounidense, Donald Trump, a regresar a su país tras la primera jornada.

Los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido se citaron el domingo con múltiples frentes abiertos y aparentemente sin un consenso multilateral a la guerra arancelaria de Trump.

Sin embargo, el intercambio de bombardeos entre Teherán y Tel Aviv como respuesta al ataque israelí contra varias instalaciones nucleares y objetivos militares iraníes sí llevó a los mandatarios a la unanimidad.

El intercambio de bombardeos entre Teherán y Tel Aviv como respuesta al ataque israelí contra varias instalaciones nucleares y objetivos militares iraníes sí llevó a los mandatarios a la unanimidad

El G7 acusó a Irán de ser "la principal fuente de inestabilidad y terrorismo" en Oriente Medio y reafirmó su posición de que Teherán "no debe, bajo ninguna circunstancia, adquirir un arma nuclear", a la vez que solicitó resolver la crisis y una desescalada que incluya un alto el fuego en la Franja de Gaza.

En la misma declaración conjunta, que parecía improbable y fue emitida tras la cena de trabajo que los líderes mantuvieron el lunes, el grupo acordó que "Israel tiene derecho a defenderse.

Los bombardeos entre Israel e Irán empujaron a Trump a abandonar el encuentro el lunes para viajar a Washington a reunirse con su Consejo de Seguridad Nacional mientras EE UU considera su entrada directa en el conflicto.

El líder republicano descartó que su regreso tuviera que ver con la negociación de un alto el fuego entre Jerusalén y Teherán y en su lugar pidió a Irán la "rendición incondicional" y ha advertido que aunque saben "dónde se esconde el llamado ‘Líder Supremo'", "no va a eliminarlo (¡matarlo!), al menos no por ahora".

La segunda jornada de trabajo estaba destinada a los países invitados por Canadá: México, Ucrania, Brasil, Corea del Sur, Australia y Sudáfrica.

Al inicio de la sesión conjunta, y cuando el primer ministro canadiense, Mark Carney, se disponía a pronunciar las palabras de bienvenida, el presidente brasileño, Luis Inácio Lula da Silva, interrumpió para dirigirse a su equipo.

Carney intentó entender lo que Lula estaba diciendo en portugués con cierto enfado a sus colaboradores. En otra dos ocasiones, el primer ministro canadiense intentó retomar el control, entre la sonrisas del presidente francés, Emmanuel Macron. Pero Lula siguió mirando en dirección contraria y hablando con su equipo.

Finalmente se aclaró la situación: su aparato de traducción simultánea no funcionaba correctamente y el sonido era demasiado bajo para que el presidente brasileño pudiera entender a Carney.

Las cámaras que retransmiten encuentros como estos siempre dejan imágenes clave de momentos distendidos entre los líderes. En esta, el más viral estuvo en manos del presidente francés, Emmanuel Macron, y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

La italiana, que acostumbra a protagonizar escenas así por sus expresiones faciales, fue grabada mientras el francés le susurraba algo al oído que le hacía reaccionar con un gesto con los ojos que puede ser interpretado como sorpresa o hartazgo.

Además de la firma de la declaración sobre Oriente Medio, Trump aprovechó para formalizar el acuerdo comercial alcanzado con el Reino Unido, después de imponer a casi todo el mundo aranceles mal considerados "recíprocos".

El estadounidense y el primer ministro británico, Keir Starmer, sellaron el pacto con un apretón de manos y una foto algo accidentada

El estadounidense y el primer ministro británico, Keir Starmer, sellaron el pacto con un apretón de manos y una foto algo accidentada.

Cuando el neoyorquino fue a abrir la carpeta que contenía el documento, todos los papeles se cayeron al suelo. Fue Starmer quien se agachó a recogerlos mientras él lo miraba. Además, Trump se refirió al trato como un "acuerdo con la Unión Europea", cuando el país abandonó el bloque en 2020.

Carney ejerció de anfitrión, pero las cámaras apuntaban en todo momento a Trump. Antes del inicio formal del encuentro, en una comparecencia conjunta ante las cámaras, el estadounidense acaparó una rueda de prensa improvisada para hablar sobre Rusia o China e incluso criticar a su antecesor inmediato, el demócrata Joe Biden (2021-2025).

Carney cortó entonces esa sesión: "Voy a ejercer mi rol como presidente del G7 ya que tenemos unos minutos más con el presidente y su equipo y luego tenemos que empezar la reunión", dijo imponiéndose.

El presidente del Consejo Europeo, António Costa, entregó a Trump una camiseta de su compatriota Cristiano Ronaldo con un guiño a la necesidad de "jugar en equipo".

"Jugando por la paz. En equipo", escribió el representante comunitario en X, donde acompañó su mensaje con tres fotografías, en una de las cuales se podía leer la dedicatoria de Ronaldo, que aludía también a ese juego "por la paz".

La Cumbre, anécdotas aparte, ha acabado sin un comunicado final conjunto que demuestre el consenso en temas clave con EE UU.

Carney, se esforzó durante su rueda de prensa final en despejar las dudas de los medios de comunicación sobre el nivel de consenso que existió con el presidente de EE.UU., Donald Trump, durante las dos jornadas de trabajo en temas como el conflicto en Ucrania.

Carney se enfrentó a varias preguntas sobre las razones por la falta de una declaración conjunta sobre Ucrania.

Carney se enfrentó a varias preguntas sobre las razones por la falta de una declaración conjunta sobre Ucrania

"No hubo ningún problema (con el presidente Trump). Tenemos una declaración, la del presidente del G7. Por supuesto, ayer por la noche se produjeron una serie de trágicos eventos en Oriente Medio así que fue más importante emitir una declaración del G7 sobre eso", justificó Carney.

Ante la insistencia de los medios, el primer ministro canadiense rechazó en varias ocasiones que las presiones de Estados Unidos fueran la razón por la que Ucrania no recibiera el mismo tratamiento que Israel.

"Estados Unidos lo apoyó. Los líderes expresaron al presidente Trump apoyo por sus esfuerzos", repitió Carney en referencia a la declaración del presidente del G7 que se emitió al final de la cumbre en vez del tradicional comunicado conjunto.

En la declaración del presidente del G7, redactada por Carney, se lee que los líderes del grupo "expresaron apoyo a los esfuerzos del presidente Trump para alcanzar una paz justa y duradera en Ucrania. Reconocieron que Ucrania se ha comprometido a un alto el fuego sin condiciones y acordaron que Rusia tiene que hacer lo mismo".

"Los líderes del G7 están decididos a explorar todas las opciones para ejercer la máxima presión sobre Rusia, incluidas las sanciones financieras", añadió el texto.

Pero el regreso anticipado y precipitado de Trump a Washington, tras solo una jornada de trabajo en Kananaskis y pocas horas antes de la reunión que tenía programada con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, no contribuyó a convencer a muchos medios de comunicación.

Como tampoco lo fue que Zelenski abandonara también antes de lo previsto la cumbre, pocas horas después de llegar.

Carney también se refirió a la "importancia de unas relaciones constructivas y estables con China" a la vez que se solicita al gigante asiático que evite "distorsiones de mercado y una sobrecapacidad dañina".

"Los líderes trataron sus continuadas preocupaciones sobre las actividades desestabilizadoras de China en los mares del Este y del Sur de China, así como la importancia de mantener la paz y estabilidad en el estrecho de Taiwan", afirmó el texto.

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