La corrupción centra un virulento debate electoral entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez

Los candidatos de PP y PSOE a la presidencia del Gobierno español se enzarzan a 5 días de las elecciones

Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en el debate electoral en presencia del moderador. (Fotograma)
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez en el debate electoral en presencia del moderador. (Fotograma)

15 de diciembre 2015 - 09:49

Madrid/(EFE).- La corrupción centró este lunes un bronco debate electoral entre el presidente del Gobierno español y candidato a la reelección, el conservador Mariano Rajoy, y el socialista Pedro Sánchez, ante los comicios generales del 20 de diciembre.

El candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), segundo en los sondeos tras Rajoy, recordó en el "cara a cara" al líder del Partido Popular varios casos de corrupción que han llegado a los tribunales, entre ellos el referido a Rodrigo Rato, compañero de partido y de Gobierno en tiempos de José María Aznar, o su apoyo al que fuera tesorero del partido Luis Bárcenas.

Sánchez reprochó a Rajoy el coste que ha tenido para la democracia y las instituciones que no hubiera dimitido hace años cuando apareció el caso Bárcenas, en la cárcel desde verano de 2013 tras destaparse su fortuna en bancos de Suiza y contra el que hay abierto un proceso por la presunta existencia de una caja B del partido gobernante.

Durante más de una hora, el presidente del Gobierno y candidato a la reelección prefirió no darse por aludido y continuó con su discurso centrado en la recuperación económica y el empleo.

Sánchez: "El presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente y usted no lo es"

Sin embargo, una frase del aspirante socialista terminó por sacar a Rajoy de sus casillas cuando dijo: "El presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente y usted no lo es".

El candidato del PP detuvo en seco la diatriba al afirmar: "Hasta aquí hemos llegado" y "eso no se lo voy a aceptar".

A partir de ahí fue un reproche tras otro, aunque las palabras más duras llegaron de Rajoy, que tachó a su oponente de "ruin, mezquino, miserable y deleznable" en varias ocasiones, visiblemente enfadado.

"Yo soy un político honrado, como mínimo tan honrado como usted", añadió Rajoy, quien emplazó a Sánchez a acudir a un juzgado si tiene algo contra él.

"Usted no es un político decente", volvió a replicar Sánchez, y subrayó el candidato socialista que la diferencia entre ambos es que él se considera "un político limpio", a lo que jefe del Gobierno le contestó que él también es honrado y que no es la única persona en la historia que se ha equivocado con un nombramiento.

Ni siquiera el proceso independentista en Cataluña o la reforma de la Constitución española que promueve el PSOE han conseguido incendiar el debate electoral como en otras ocasiones.

En clave económica, el rescate de la banca y la recuperación económica centraron buena parte de la discusión en la que, como es lógico, ha habido pocos puntos de acuerdo.

Para Sánchez, el PP "presume mucho" de índices de crecimiento pero, a su juicio, la mayor parte es fruto de los "vientos favorables" procedentes del exterior, como la bajada del precio del petróleo, la compra de deuda pública por parte del banco Central Europeo o la depreciación del euro, mientras los españoles sufren recortes y aumenta la desigualdad.

"No hay ningún país del mundo que deje hundir a su sector financiero", recriminó Rajoy

Rajoy afeó al líder socialista que intente pintar una "España tenebrosa" que considera que no existe olvidándose de los años del presidente José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2011), y obviando que parte de la banca española estaba quebrada, precisamente, por la falta de control del PSOE, añadió.

"No hay ningún país del mundo que deje hundir a su sector financiero", recriminó Rajoy, al negar, como denunció Sánchez, que el rescate de la banca haya supuesto el de toda la economía española.

Continuar por la senda del crecimiento y de la recuperación económica es la promesa electoral de Rajoy, que terminó el debate apelando a la estabilidad, la seguridad y la certidumbre de un PP en el Gobierno.

Para conseguirlo pidió una mayoría suficiente en el Congreso o de lo contrario, alertó, será "imposible" la gobernabilidad de España, y enunció sus cuatro objetivos: empleo, pensiones, lucha contra el terrorismo y defensa de la unidad de España. "De lo que se trata ahora es de perseverar en ese cambio", ha proclamado.

Justo lo contrario de lo que prometió Sánchez, quien recalcó que el PSOE es "la única opción" para reunir a todos los españoles e impulsar el cambio político que necesita "imperiosamente" el país.

"Necesitamos reunirnos todos los españoles para impulsar ese cambio. Cuenten conmigo, yo cuento con vosotros", concluyó.

La mayoría de las encuestas dan como ganador al PP seguido del PSOE, Ciudadanos y Podemos pero el número de indecisos supera el 40%

Los españoles están llamados a votar el próximo domingo 20 de diciembre en unas elecciones en las que renovarán el Congreso de los diputados y una parte del Senado (cámara de representación autonómica). La mayoría de las encuestas dan como ganador al partido en el Gobierno (PP) seguido del PSOE. El tercer y cuarto puestos se los disputan los partidos emergentes Ciudadanos y Podemos.

La novedad en estas elecciones generales es la previsible ruptura del tradicional bipartidismo español, puesto que los cuatro primeros partidos están a poca distancia porcentual unos de otros (entre un 25% del primero y un 17% del cuarto, según los sondeos). En las últimas elecciones generales, el PP obtuvo 186 escaños, seguido del PSOE con 110 y, a mucha distancia, IU (Izquierda Unida) con 11.

El último barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) otorga un máximo de 128 escaños al PP (la más optimista de las encuestas para el partido gobernante), 89 al PSOE, 66 a Ciudadanos y 49 a Podemos. No obstante, el elevado número de indecisos (41,6%), la imposibilidad de comparar los resultados de los partidos que se presentan por primera vez (Ciudadanos y Podemos) y la forma de repartir escaños en el sistema electoral español siembran de incertidumbre las encuestas.

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