Cubanos entran como 'espaldas mojadas' a Estados Unidos

Matrimonio Feijoo Agramonte
El matrimonio Agramonte Feijóo viajó miles de kilómetros y tres continentes para llegar a Estados Unidos. (14ymedio)
Mario J. Pentón

24 de marzo 2017 - 20:48

Miami/Cruzar a nado el río Bravo, frontera natural entre Estados Unidos y México, se ha convertido para los cubanos en una nueva vía para entrar ilegalmente a EE UU tras el fin de la política de pies secos/pies mojados en enero pasado.

"Los agentes de la Patrulla Fronteriza han aprehendido a un total de 45 cubanos entre los puertos de entrada en los sectores a lo largo de la frontera del suroeste desde el 12 de enero", dijo el portavoz de la Patrulla Fronteriza en el sector de Laredo, Richard Pauza, en un comunicado a 14ymedio.

Niuvis Ramos, una cubana que fue detenida en el T. Don Hutto Residential Center, dijo a 14ymedio que varias de las casi 40 mujeres que estaban junto a ella en el centro de detención del servicio de Aduanas e Inmigración de Estados Unidos habían escogido el mismo camino que miles de migrantes centroamericanos en su desespero por llegar "a tierras de libertad".

"Algunas de ellas al ser detenidas por la patrulla fronteriza demostraron miedo a regresar a Cuba. Ahora esperan defender su caso ante un juez en Estados Unidos", dijo Ramos, recientemente liberada tras semanas de detención en la ciudad de St.Taylor, en Texas.

La repentina derogación de la política pies secos/pies mojados la dejó a ella y a más de una decena de isleños con la puerta en las narices y la frontera mexicana a sus espaldas, aunque asegura que su caso es diferente al de quienes cruzaron ilegalmente.

"Querían que regresáramos a México [Los oficiales], pero les dijimos que no, que nosotros habíamos entrado antes de que la política migratoria cambiara, que no era nuestra culpa que no nos procesaran antes", añade.

Aunque Ramos logró su 'parole' (admisión provisional), espera por la liberación de su esposo, Rismari Manuel Torres

Aunque Ramos logró su parole (admisión provisional), espera por la liberación de su esposo, Rismari Manuel Torres, quien junto a otros nueve hombres y dos mujeres luchan desesperadamente por demostrar que llegaron apenas unas horas antes de la decisión del presidente Barack Obama.

"Ellos estaban en los puestos migratorios en el momento de la obamada", relata Irina Feijóo, esposa de Adalberto Agramonte, quien llegó a Estados Unidos apenas unos días antes del fin de la política migratoria que beneficiaba a los cubanos, respaldada por un pasaporte portugués, heredado de su abuela.

"Aunque habían entregado todos los papeles y llegaron antes de las 4:30 pm, los oficiales de la frontera no los procesaron porque habían recibido órdenes de detener el flujo de cubanos", añade.

El abogado de inmigración Jorge Rivera, quien asumió la defensa de estos cubanos, se mantiene muy optimista sobre el caso.

"Hemos establecido un precedente con el caso de la cubana Jennifer López, que llegó el día 11 a la estación migratoria pero no fue procesada hasta después del fin de la política pies secos/pies mojados", explica Rivera.

Tras probar que López estaba en territorio norteamericano antes de finalizada la política de acogida, le fue otorgado un parole, con el cual podrá esperar hasta el año y un día en que se convierte en elegible para regular su estatus legal bajo la Ley de Ajuste Cubano de 1966.

"Esa es nuestra estrategia para salvar a los últimos cubanos que llegaron a Estados Unidos bajo la administración Obama", dice Rivera, que ofrece gratuitamente sus servicios a los migrantes.

La familia Agramonte Feijóo viajó miles de kilómetros y tres continentes para llegar a Estados Unidos.

El hombre, de 52 años, y su esposa, que era doctora en Camagüey, llegaron a Europa en 2010, amparados por la ciudadanía portuguesa de Feijóo y tras dos intentos de escape en balsa hacia Estados Unidos.

Tras pedir asilo, Agramonte y otros ocho migrantes fueron detenidos y desde entonces se encuentran en el Centro de Detención de Río Grande, Texas

"Comenzamos a trabajar en España y a reunir algún dinero para continuar el viaje a Estados Unidos. Allí nos agarró la crisis económica que nos dejó sin empleo y tuvimos que marcharnos a Ecuador", dice.

Feijóo tiene una especialización en medicina general integral y se fue a Ecuador junto a su esposo, aprovechando la llegada masiva de profesionales de la salud de la Isla que inundaron el sistema sanitario público en la nación andina.

"Los primeros dos años pude trabajar. Sufrí en carne propia la xenofobia contra los cubanos que se vive en ese país. Mi esposo, que es mecánico industrial no consiguió trabajo. Con lo que habíamos reunido conseguimos un visado a México pero de repente llegó esta desgracia", comenta Feijóo.

Tras pedir asilo, Agramonte y otros ocho migrantes fueron detenidos y desde entonces se encuentran en el Centro de Detención de Río Grande, Texas. Otras dos cubanas están detenidas en Laredo, junto a la frontera con México.

"Les hicieron una entrevista y todos demostraron un temor fundado de regresar a Cuba. Él no tiene documentos de ningún otro país así que si lo deportan tendría que ser allí", dice Feijóo, quien no tiene familia en Estados Unidos y no quiere ni imaginar "lo dura que sería esa separación".

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